El mapa no es el territorio |
Hace ya algún tiempo que no miro
los datos de las fluctuaciones de las monedas y divisas, volúmenes de deuda
externa, tipos de interés, balanza de pagos y otros datos que pueden ayudarme a
trazar un mapa sobre la salud financiera de los países y sistemas bancarios.
Sin embargo, echando un vistazo al informe de este año de la FAO sobre
seguridad alimentaria me encuentro con esta gráfica:
Que parece explicar parcialmente
la “primavera
latina” que se está viviendo en el sur del contienen americano. Como se
puede ver en la gráfica, desde 2014 se vive una situación de retroceso
económico en la región, y de estancamiento en África. Por el contrario, Asia,
liderada por la locomotora china, mantiene un crecimiento fuerte. En cuanto a
las economías desarrolladas, mantienen cierto dinamismo, que como luego
comentaremos, va por barrios.
La gráfica me ha hecho recordar
algunas “fallidas” predicciones pasadas, que conviene ahora recordar, separando
el grano de la paja, lo que puede seguir teniendo validez de aquel pensamiento frente
a lo que se ha quedado obsoleto:
Nueva crisis financiera
global
A inicios de 2014 me preguntaba ¿Estamos
entrando en una fase de la crisis sistémica global?, en una tormenta de
ideas que posteriormente desarrollé con algo más de detalle en Crónica
de una depresión anunciada: regularidades e incertidumbres. El razonamiento
central detrás de ambos artículos se podría resumir de la siguiente forma: tras
la crisis del petróleo de los años 70 y el comienzo de la globalización, con el
fin del control de los movimientos de capital, se van sucediendo una serie de
crisis financieras periódicas, con la particularidad de que en distintos
periodos van afectando a grupos de países distintos. En concreto, a veces el
epicentro de la crisis serían las economías emergentes, y en otro momento lo
serían las economías desarrolladas, existiendo siempre cierto contagio a través
del canal financiero, como
el célebre caso de Long Term Capital Management.