lunes, 24 de septiembre de 2012

La guerra de divisas (II): el verdadero origen de la crisis financiera global



Queridos lectores,

La primera mitad del siglo XX, con las guerras mundiales y la gran depresión, moldeó con fuerza el pensamiento de nuestros antepasados. Un poco antes, durante el tercio final del siglo XIX y la primera década del siglo XX se había desarrollado una auténtica primera globalización bajo el patrón-oro y el imperio británico.

El comercio, el sistema de pagos, las relaciones financieras y la deuda, en definitiva la competencia económica, fueron fuente de inestabilidad política y contribuyeron en buena medida a crear las condiciones propicias para el desastre.

Las instituciones acordadas en Bretton Woods son el fruto de ese pensamiento forjado por la guerra. Entre las personas que padecieron aquellos tiempos tempestuosos se encontraba el célebre John Maynard Keynes, y sin duda su idea del BANCOR, que pretendía un ajuste simétrico de las balanzas de pagos entre acreedores y deudores, era en parte fruto de lo vivido.

Ya en 1920 Keynes había escrito “Las consecuencias económicas de la paz” advirtiendo de los peligros que implicaban las onerosas reparaciones de guerra impuestas a Alemania tras la 1ª guerra mundial. El problema de la deuda externa que tan común se ha hecho en nuestra época.

Durante la 1ª globalización los gobiernos habían dado prioridad al equilibrio externo –repago de los saldos de la balanza de pagos- sobre el equilibrio interno –estabilidad de precios y pleno empleo-. Pero al terminar la guerra las circunstancias eran muy distintas. Aprovechando la participación de Rusia en esta, estalla una revolución popular que tras muchos avatares y una guerra civil cambiaría por completo las estructuras de poder y los derechos de propiedad establecidos.

El comunismo prometía un mundo mejor pero no fue capaz de cumplir sus promesas

El miedo a nuevas revueltas hizo interiorizar a los gobiernos el objetivo interno de pleno empleo y estabilidad de precios.

Todas estas consideraciones estaban en la mente de Keynes y de los participantes en la conferencia internacional de Bretton Woods, lo que no evitó que se adoptase un mal plan que, tal y como anticipó Robert Triffin, nacería con fecha caducidad.

Poco tiempo después de que Nixon suspendiese la ventanilla del oro y tras dos devaluaciones del dólar en 1971 y 1973, los países productores de petróleo deciden subir su precio unilateralmente. El Sha de Irán declara:

Por supuesto que [el precio mundial del petróleo] va a subir. ¡Sin duda! ...; Y cómo…. Vosotros [las naciones occidentales] aumentasteis el precio del trigo que nos vendéis un 300%, y lo mismo para el azúcar y el cemento ...; Vosotros compráis petróleo crudo y nos lo vendéis de nuevo, refinado como petroquímica, a cien veces el precio que nos habéis pagado ...;. es justo que, de ahora en adelante, vosotros tendréis que pagar más por el petróleo. Digamos diez veces más.

Un sistema de pagos en dinero fiat y con tipos de cambio flexibles nunca puede escapar de la sospecha.

El shock petrolero y la década de los setenta marcaron nuestro futuro, dando paso a la 2ª globalización, fundada en el libre comercio y, primero y principal, la libertad de movimiento de capital, es decir, las finanzas.

El problema del repago de los saldos en la balanza de pagos y la determinación de los tipos de cambio de las monedas, se deja a los tejemanejes del mercado. Como es obvio esto requiere una demolición del pensamiento que originó las instituciones de Bretton Woods, pero la historia nos enseña que en ciencias sociales siempre es posible encontrar una teoría a mano para entrar en la confrontación ideológica.


Milton Friedman sería uno de los académicos valedores de la visión intertemporal de la balanza de pagos y Nigel Lawson, ministro de economía con Margaret Thatcher, su equivalente a nivel político. La opinión de que el déficit por cuenta corriente no importa suele denominarse “doctrina Lawson" por un discurso pronunciado en 1988 por el Sr. Lawson, quien, al comentar el déficit por cuenta corriente del Reino Unido, afirmó que la situación de su país era sólida porque ese déficit se debía al endeudamiento del sector privado, y no del sector público.

Y sigue opinando publicamente de economía

Según esta visión un déficit en la balanza de pagos no sería más que una predilección por el consumo presente, indicando que queremos ahorrar en el futuro. Si pensamos que un déficit público puede ser financiado en gran parte –como fue el caso de España o Grecia- por acreedores extranjeros, esto da pie a interpretar que el estado tiene preferencia por consumir ahora ya que prevé ahorrar en el futuro. Pero no, el estado sería un ente aparte dentro de la economía, regido por leyes muy distintas, y por tanto el déficit público siempre sería peligroso, según esta visión intertemporal.

Hoy sabemos empíricamente que las economías tienen mayor intolerancia a la deuda externa que a la deuda pública, encaje esto o no en una teoría. Sin embargo, lo sorprendente es que haya hecho falta un estudio académico para resaltar algo que se hizo patente desde el principio.

Observando por regiones la evolución histórica de las balanzas de pagos se pueden ver los distintos procesos de ajuste provocados por la deuda externa. Como hemos discutido en varias ocasiones, esto se hace decreciendo, mediante una disminución de la demanda interna, recortando importaciones, a través de una devaluación o una deflación.

A raíz del shock petrolero de 1973, los países desarrollados dejaron de ser exportadores netos de capital, para endeudarse con los países pobres, si bien con saldos relativamente modestos ¿Sería esto la causa de la estanflación de la época?


Los nuevos precios hicieron rentable la explotación de yacimientos en Alaska, el Mar del Norte, China y Méjico ¿la causa de la “recuperación” de los 80?

Otras regiones, como América Latina, tuvieron más dificultades para financiarse. Tan pronto como en la década de los 80 desarrollaron intolerancia a la deuda externa, y las restricciones a la llegada de capital y el pago de intereses les llevó a una “década perdida”.


En el año 1992, la crisis en Europa provocó en varios de ellos la misma acusada intolerancia a la deuda externa, (especialmente los nórdicos: Suecia, Noruega, Finlandia) lo que les obligó a convertirse en ahorradores, aunque por poco tiempo.

Dos años más tarde, la crisis se trasladaría a los países emergentes. La rentabilidad de sus bonos a 10 años respecto al bono norteamericano, la famosa “prima de riesgo”, sigue patrones muy similares en todos ellos.



La correlación tan estrecha del rendimiento de los bonos en 24 países, muy distintos entre si, nos indica claramente que estamos ante la primera gran crisis financiera global tras la Gran Depresión. En el gráfico también apreciamos como estas restricciones de financiación, o intolerancia a la deuda externa, provoca que en 1999 la balanza de pagos del conjunto de las economías emergentes se de la vuelta y pasen a ser exportadores netos de capital.

Está gráfica es a su vez muy similar a otra que os resultará más familiar: la evolución actual de los bonos de los países de la llamada “periferia” europea.



El documental “La Batalla por la economía mundial”, es un panfleto que nos cuenta las bondades de la globalización, a pesar de lo cual es recomendable visionar los capítulos 5 y 6, que desarrollan está 1ª gran crisis global –en realidad esos capítulos desarrollan toda la historia económica de los 90, la crisis ocupa la parte final del capítulo quinto y el principio del sexto, con un anticipo que toca la crisis mejicana sobre el minuto 20 del capítulo 5º. Es realmente muy acertada la pregunta que realiza el narrador al comienzo de cada episodio ¿Es el terrorismo global la otra cara de la globalización? Evidentemente si, pero esa afirmación requiere un extenso desarrollo que realizaremos en su momento-, para comprender la estupefacción y el pánico con la que se vivió ese periodo en los centros de poder político occidentales.




Como se puede comprobar en la gráfica anterior sobre el diferencial de los bonos soberanos, estos países sufrieron limitaciones de financiación muy importantes, y en algunos casos bastante injustificadas –la república de Corea es la 13ª economía mundial y tenía una deuda pública del 10% del PIB-. Esas limitaciones provocaron una fuerte caída de sus importaciones, de su demanda interna y de su producción, hasta conseguir dar la vuelta a la balanza de pagos. Empequeñecieron su consumo para convertirse en ahorradores, originando un nuevo ciclo de endeudamiento que ha sido célebre con el nombre de "Global Imbalances”



En realidad, como hemos podido comprobar, hablar de “Global Imbalances” como un fenómeno reciente es pueril, ya que la característica esencial de todo este periodo que comenzó en los años 80 han sido los desbalances y su proceso de ajuste mediante varias crisis.

Durante los años 80 esto pudo permanecer oculto, ya que en la crisis de deuda Latinoamericana esta tenía el apellido de pública, que pudo ensombrecer su característica de externa. Es decir, se pudo argumentar que el origen de la crisis eran los problemas fiscales de los gobiernos y no la financiación de las balanzas de pagos por los mercados financieros internacionales. Sin embargo, como hemos podido ver, en realidad sigue un patrón común con las crisis de los noventa y con la crisis actual.

La única característica diferencial de los recientes “Global Imbalances”, es la magnitud tan enorme de los desequilibrios acumulados en cuatro países: EEUU, España, Portugal y Grecia. Especialmente ha llamado la atención un desequilibrio de este calibre en la primera economía mundial y país mediático por excelencia.

¿Qué hay detrás de estos “Global Imbalances”? El proceso de ajuste ineficiente, a través de una reducción de la demanda agregada, de los países emergentes afectados por la crisis a finales de los 90; y una acumulación, como nunca antes se había conocido en la historia, de activos de reserva internacional.

Reservas oficiales de divisas en billones de dólares

Para conseguir esta acumulación de reservas se debía mantener un tipo de cambio fijo con el dólar.

El tipo de cambio de la moneda china permaneció inalterado desde 1994 hasta 2005

El gigantesco déficit comercial y los bajos tipos de interés en EEUU, que hacían más rentables inversiones en el extranjero, provocaban ambos el mismo efecto: una gran salida de dólares hacía el exterior. Esto a su vez creaba un exceso de oferta de dólares en los mercados cambiarios, y una presión hacía la baja en el valor del dólar.

Sin embargo, los bancos centrales de los países emergentes y Japón cambiaban los dólares por moneda local, retirándolos del mercado y no permitiendo la devaluación del dólar. Naturalmente, las empresas exportadoras o los beneficiarios de inversiones extranjeras podían haber utilizado directamente los dólares en lugar de cambiarlos. Para evitar esto, en algunos países, como China, se utilizaba y se utiliza cierta represión financiera: solo se permite una cierta cantidad de dólares a ciudadanos y empresas, estando obligados a cambiar el excedente sobre esta cantidad por Ley. Aunque generalmente suele ser suficiente lo que los economistas llaman “home bias”, la predisposición de los residentes de un país a poner el grueso de su ahorro en productos financieros locales.

Con el tiempo, se llegó a hablar de una guerra comercial con China. Según el autor del artículo enlazado

Los estadounidenses están cada vez más preocupados por la creciente influencia económica de China. Con tasas de crecimiento constantemente por encima del nueve por ciento, lo acusan de robar empleos en Estados Unidos, de mantener el yuan infravalorado por vinculación al dólar, de exportar deflación mediante la venta de sus productos en el extranjero a precios desleales, de violar los derechos de sus trabajadores para mantener costos laborales bajos, y de no cumplir sus compromisos con la Organización Mundial del Comercio (OMC).
China no está robando empleos en Estados Unidos o utilizando prácticas desleales de comercio para socavar nuestro poderío económico y exportar su camino hacia el poder global. De hecho, casi el 60 por ciento de las exportaciones chinas a los Estados Unidos son producidas por empresas de propiedad extranjera, muchas de ellas estadounidenses. Estas empresas han trasladado sus operaciones al extranjero en respuesta a las presiones competitivas hacía costos de producción más bajos, y así ofrecer mejores precios a los consumidores y una mayor rentabilidad para los accionistas. Importadores estadounidenses con posiciones dominantes en China, tales como Wal-Mart y Hallmark, tienen el poder de obligar a los proveedores chinos a mantener sus costos lo más bajos posibles. Tan solo Wal-Mart compró $ 18000 millones de dólares en productos chinos en 2004, convirtiéndose en el octavo mayor socio comercial de China - por delante de Australia, Canadá y Rusia.
Entonces, ¿de quién es realmente "la culpa" de "la deflación exportada" de China y del aumento de sus exportaciones? Los importadores estadounidenses, los consumidores estadounidenses que compran productos chinos a precios muy bajos, y los accionistas estadounidenses que exigen resultados. Una guerra comercial sostenida con China dañaría a estos grupos más que a nadie.

Es absolutamente demoledora la coincidencia de estos argumentos con los que citábamos al principio de la serie y que servían de base para la reflexión de Zygmunt Bauman. Siguiendo a Bauman podríamos traducir la cita anterior de la siguiente forma: “los sindicatos y políticos locales americanos no tienen nada que decir sobre la relación comercial con China, los accionistas –los que deciden- de las corporaciones y los consumidores americanos pueden declarar viciados y nulos sus argumentos”. Había voces críticas, pero en general Chimérica funcionaba con poca oposición.

Los accionistas y los consumidores son el centro. Pese a que no estoy de acuerdo con esos argumentos, la hipótesis de una guerra comercial defendida por sindicatos no se sostiene examinando los hechos.

El crecimiento de los “global imbalances” se produce justo tras la crisis del sudeste asiático, momento clave de está historia. En segundo lugar, tal y como muestran los datos, la distribución de las reservas acumuladas por los emergentes no se aleja demasiado del óptimo necesario para protegerse de un “sudden stop”, un corte súbito de la financiación obtenida en los mercados globales de capital. La última parte de estas crisis había consistido en ataques especulativos contra el banco central, que se había visto impotente para defender el tipo de cambio ante el agotamiento de sus reservas. Por tanto la actitud lógica era acumular reservas en cantidad suficiente. Según el artículo enlazado:

Sorprendentemente, sin embargo, las reservas observadas en vísperas de la crisis financiera global –de media-, no distan de las reservas óptimas que se derivan de este modelo, lo que indica que el exceso de acumulación de reservas en los mercados emergentes no era evidente. Sin embargo, la heterogeneidad se impuso en todas las regiones: desde un punto de vista preventivo, América Latina estaba más cerca del modelo basado en niveles óptimos, mientras que las reservas en el este de Europa estaban por debajo de los niveles óptimos, y las de Asia por arriba. Sin embargo, hay otros motivos para la acumulación de reservas: encontramos que las diferencias entre las reservas observadas y las reservas óptimas por motivos preventivos se explican en parte por la presencia percibida de un prestamista de última instancia, o características tales como ser un gran productor de petróleo.

Los asiáticos acumularon más reservas, dentro de un proceso general de acumulación en todos los emergentes, porque no tienen petróleo, ni están cerca de un prestamista de última instancia – EEUU o Europa -. Recordemos, según podemos ver en los videos, que Estados Unidos concedió un préstamo de emergencia a México. Esa parte parece una auténtica tomadura de pelo, con Clinton hablando de millones de pobres hambrientos que se podían haber agolpado en la frontera para justificar la intervención, pero cuando la crisis se trasladó a Asia, afirmó que eran “solo unas chispas en el medio del camino hacía la prosperidad económica”.

Esas crisis del siglo XXI habían seguido un patrón similar, grandes “bonanzas de flujos de capital” que permite a los bancos locales captar pasivo. Un “boom” económico que deteriora la relación real de intercambio, es decir, provoca inflación o apreciación de la moneda y hace que los bienes exportables sean menos competitivos, produciendo un desplazamiento de la actividad económica hacía bienes no exportables como la construcción. La parte final de la crisis era un “sudden stop”, un paro repentino en los flujos de capital que impide a los bancos renovar los préstamos de corto plazo y que provoca una crisis cambiaria que hunde a toda la economía.

Los emergentes adoptaron una estrategia para neutralizar cada uno de los síntomas: desarrollo del sector exportador y abandono del sector de bienes no exportables, esterilización de los flujos de capital y acumulación de pilas de reservas para prevenir las crisis cambiarias. Esa estrategia funcionó, pero en 2005, después de un intenso debate sobre el gigantesco déficit comercial, las autoridades de EEUU deciden salir a la palestra para quitarle hierro al asunto. En una alocución en marzo de 2005 titulada “El exceso de ahorro global y el déficit por cuenta corriente de EEUU”, once meses antes de ser nombrado presidente de la Reserva Federal, un discurso en general sólido y bien fundamentado, con las pequeñas mentiras justas para cambiar nuestras conclusiones, Ben Bernanke afirmaba:

En la última década una combinación de diversas fuerzas ha creado un aumento significativo de la oferta mundial de ahorro - un exceso de ahorro global - que ayuda a explicar tanto el aumento en el déficit de cuenta corriente de EE.UU. como el nivel relativamente bajo a largo plazo las tasas de interés reales en el mundo de hoy.

Efectivamente, parece que ha existido un exceso de ahorro, si comparamos el incremento de las reservas mundiales con el crecimiento de la economía mundial, vemos que estos no tienen relación alguna.

Crecimiento en relación a un año base (1997) de reservas y PIB mundial

Un aspecto particularmente interesante del exceso de ahorro mundial ha sido un cambio notable en los flujos de crédito hacía las economías en desarrollo y mercados emergentes, un cambio que ha transformado esas economías de prestatarios en los mercados internacionales de capitales a grandes prestamistas netos.
La amplia atención prestada al desequilibrio comercial en los medios de comunicación y en otros lugares ha tentado a algunos observadores a atribuir el creciente déficit de la cuenta corriente a factores tales como los cambios en la calidad o composición de las manufacturas en EE.UU. y en el extranjero, cambios en la política de comercio exterior, o competencia desleal. Sin embargo, creo - y sospecho que la mayoría de los economistas están de acuerdo - que los factores específicos relacionados con el comercio no pueden explicar ni la magnitud del desequilibrio de la cuenta corriente de EE.UU. ni su fuerte aumento reciente. Por el contrario, la balanza comercial de EE.UU. es la cola del perro; en su mayor parte, se ha determinado pasivamente por los ingresos nacionales y extranjeros, los precios de los activos, tipos de interés y tipos de cambio, que a su vez son el producto de más fuerzas motrices fundamentales. En cambio, una perspectiva alternativa sobre la cuenta corriente parece probable que sea más útil para explicar los últimos acontecimientos. Esta segunda perspectiva se centra en los flujos financieros internacionales.
Como ya he sugerido, la mayoría de los economistas que han ofrecido explicaciones de la gran magnitud y el aumento del déficit en cuenta corriente de EE.UU. y el endeudamiento externo del país, han hecho hincapié en el comportamiento del ahorro-inversión más que en factores relacionados con el comercio (y voy a hacer lo mismo hoy). En esas líneas, uno comúnmente se entera de que el déficit de cuenta corriente de EE.UU. es el producto de una caída en picado de la tasa de ahorro nacional, que en los últimos años se ha reducido a un nivel que está lejos de ser suficiente para financiar la inversión interna. Por ejemplo, en 1985 el ahorro nacional bruto de EE.UU. fue del 18 por ciento del PIB, y en 1995 fue del 16 por ciento del PIB, en 2004, por el contrario, en EE.UU. el ahorro nacional fue inferior al 14 por ciento del PIB. Aquellos que enfatizan el papel del bajo ahorro en EE.UU. a menudo llegan a la conclusión de que, en su mayor parte, el déficit de cuenta corriente de EE.UU. es "made in USA" y es independiente (en una primera aproximación) de los acontecimientos en otras partes del mundo.
Que ese ahorro nacional insuficiente en EE.UU. es la fuente del déficit en cuenta corriente debe ser verdad hasta cierto punto, de hecho, la afirmación es casi una tautología. Sin embargo, unir la evolución de la cuenta corriente a la disminución del ahorro lleva a la pregunta de por qué el ahorro de EE.UU. ha disminuido. En particular, aunque el descenso de ahorro en EE.UU. puede reflejar cambios en el comportamiento de los hogares o de la política económica en los Estados Unidos, también puede ser en parte una reacción a los acontecimientos externos - una hipótesis que voy a proponer y defender momentáneamente.
Como se puede comprobar, la mayor parte de la oscilación hacia el superávit no ocurrió en los países industriales en su conjunto (aunque algunos países industriales individuales hicieron grandes movimientos hacia el superávit). La cuenta corriente agregada de los países industriales se redujo más de $ 388 mil millones entre 1996 y 2003, lo que implica que, por el aumento de $ 410 mil millones en el déficit de cuenta corriente de EE.UU., sólo alrededor de $ 22 mil millones fueron compensados por mayores superávit en otros países industrializados. La mayor parte del incremento en el déficit de cuenta corriente de EE.UU. se vio compensada por cambios en las posiciones de cuenta corriente de los países en desarrollo, que pasó de un déficit colectivo de US $ 88 millones a un superávit de $ 205 mil millones - un cambio neto de $ 293 mil millones - entre 1996 y 2003. Los datos disponibles sugieren que las cuentas corrientes de economías en desarrollo y de mercados emergentes aumentaran en $ 60 mil millones adicionales de superávit en 2004.
Este notable cambio en la balanza por cuenta corriente de los países en desarrollo plantea al menos tres preguntas. En primer lugar, ¿qué acontecimientos o factores indujeron este cambio? En segundo lugar, ¿qué relación causal (si la hay) existe entre este cambio y la evolución de la cuenta corriente en Estados Unidos y en otros países industrializados? En tercer lugar, ¿en la medida en que el movimiento hacia el superávit en las cuentas corrientes de los países en desarrollo ha tenido un impacto diferencial en los Estados Unidos en relación con otros países industrializados, que explica la diferencia?
En mi opinión, una razón clave para el cambio en las posiciones de cuenta corriente de los países en desarrollo es la serie de crisis financieras que esos países experimentaron en la última década más o menos. En la década de 1990, la mayoría de los países en desarrollo eran importadores netos de capital, en 1996 Asia emergente y América Latina pidieron prestado cerca de $ 80 mil millones en los mercados mundiales de capital. Estas entradas de capital no siempre se utilizan de manera productiva. En algunos casos, por ejemplo, los gobiernos de países en desarrollo han pedido prestado para evitar la consolidación fiscal necesaria, en otros casos, sistemas bancarios opacos y mal gobernados no pudieron asignar esos fondos a los proyectos que prometen los mejores resultados. La pérdida de confianza de los prestamistas, junto con otros factores como la sobrevaloración de los tipos de cambio fijos y la deuda que era a corto plazo y denominada en moneda extranjera, en definitiva culminó con dolorosas crisis financieras, incluidas las de México en 1994, en una serie de países de Asia Oriental en 1997-98, en Rusia en 1998, Brasil en 1999 y en Argentina en 2002. Los efectos de estas crisis incluyen salidas rápidas de capital, depreciación de la moneda, una fuerte caída en los precios de los activos nacionales, sistemas bancarios en quiebra, y la recesión.

Vaya, así que esos países tenían “sistemas bancarios opacos y mal gobernados”. Entonces, un sistema financiero “profundo y sofisticado” ¿será capaz de asignar esos fondos a los proyectos más rentables?

En respuesta a estas crisis, los países emergentes eligieron o fueron obligados a elegir nuevas estrategias para la gestión de los flujos internacionales de capital. En general, estas estrategias implicaron pasar de ser importadores netos de capital financiero a ser exportadores netos, en algunos casos exportadores netos de gran tamaño. Por ejemplo, en respuesta a la inestabilidad de los flujos de capital y el tipo de cambio, algunos países del este de Asia, como Corea y Tailandia, comenzaron a acumular grandes cantidades de reservas de divisas y continuaron haciéndolo incluso después de que las restricciones impuestas por el “sudden stop” en los flujos de capital de los mercados financieros mundiales se relajaran.
El cambio requerido, y simétrico al de los emergentes, en la posición colectiva externa de los países industrializados se vio facilitado por ajustes en los precios de los activos y tipos de cambio, aunque el patrón de cambios en los precios de activos es algo diferente antes y después de 2000.

Un momento Ben ¿estas diciendo que sube la bolsa y suben los precios de las casas gracias al déficit en la balanza de pagos? Tiene sentido, esos emergentes tenían un apetito voraz por los títulos del Tesoro americano (T-Bonds), y en menor medida por los títulos respaldados por hipotecas subprime con calificación AAA. El capital colocado en estos últimos habría contribuido a hinchar la burbuja directamente, mientras el capital colocado en el T-Bond lo habría hecho de forma indirecta, al desplazar los tipos de interés reales hacia abajo y al escuálido -pero no despreciable- ahorro americano hacía inversiones más rentables, en deuda hipotecaria.

Uno podría preguntarse por qué los efectos en la cuenta corriente del aumento en el ahorro deseado mundial se hicieron sentir de manera desproporcionada en Estados Unidos en relación con otros países industrializados. El atractivo de los Estados Unidos como destino de inversión durante el auge de la tecnología en la década de 1990 y la profundidad y la sofisticación de los mercados financieros del país (que, entre otras cosas, han permitido un acceso fácil de las familias a la riqueza inmobiliaria) han sido ciertamente importantes. Otro factor es la condición especial internacional del dólar de EE.UU. Debido a que el dólar es la principal moneda de reserva internacional, y debido a que algunos países de mercados emergentes utilizan el dólar como punto de referencia en la gestión de los valores de su propia moneda, el ahorro que fluye de los países en desarrollo se ha orientado más hacia activos denominados en dólares, como bonos del Tesoro de EE.UU.
Desde una perspectiva global, ¿estos acontecimientos son económicamente beneficiosos o perjudiciales? Ciertamente han producido algunos beneficios. Obviamente, los países en desarrollo y mercados emergentes que llevaron a su cuenta corriente a superávit hicieron esto para reducir su deuda externa, estabilizar sus monedas y reducir el riesgo de crisis financiera.
A más largo plazo, sin embargo, la tendencia actual de los flujos internacionales de capital - si persiste - podría resultar contraproducente. Lo más importante, para los países en desarrollo prestar grandes sumas de dinero neto a las economías industriales maduras es bastante indeseable como una propuesta a largo plazo. En comparación con sus homólogos en el mundo en desarrollo, los trabajadores de los países industriales tienen grandes cantidades de capital de alta calidad con el que trabajar.

Ciertamente tiene toda la razón Sr. Bernanke. Es más, se podría considerar un auténtico disparate económico, que en el preciso momento en el que la ONU y 189 gobiernos se plantean alcanzar unos objetivos de desarrollo del milenio, y en el preciso momento en el que enfrentamos serios retos demográficos y medioambientales. En ese preciso instante, estábamos utilizando el ahorro de los países pobres, los que sufren el hambre y la pobreza extrema, los que carecen de enseñanza primaria, los que sufren el SIDA y el paludismo; estamos utilizando ese capital tan preciado para enladrillar el planeta y de paso engrosar los dividendos de los directivos del sistema financiero “profundo y sofisticado” de Wall Street. Y lo hemos gastado en dos guerras contra esos países pobres, una de ellas a un país invadido, destruido y sojuzgado una década antes. Entonces ¿Cuál es la solución?

Por ejemplo, los países en desarrollo podrían mejorar su clima de inversión continuando en la mejora de la estabilidad macroeconómica, fortaleciendo los derechos de propiedad, reduciendo la corrupción y eliminando obstáculos a la libre circulación de capital financiero. Proporcionar asistencia a los países en desarrollo en el fortalecimiento de sus instituciones financieras - por ejemplo, mediante la mejora de la regulación y supervisión bancaria y el aumento de la transparencia financiera - podría reducir el riesgo de crisis financieras y así aumentar tanto la disposición de los países a aceptar las entradas de capital como la voluntad de los extranjeros de invertir allí. La liberalización financiera es una opción particularmente atractiva, ya que ayudaría tanto a permitir la entrada de capitales a encontrar los usos de más alta rentabilidad, como a aliviar las restricciones de crédito, para estimular el consumo interno. Otros cambios se producen de forma natural con el tiempo. Por ejemplo, el ritmo al que los países emergentes están acumulando reservas internacionales debería disminuir a medida que perciben que sus reservas son adecuadas para pasar a tipos de cambio más flexibles. Los factores que explican el déficit de cuenta corriente de EE.UU. es probable que sólo se relajen poco a poco, a pesar de todo. Por lo tanto, es probable que no tengamos otra opción que tener paciencia mientras trabajamos para crear las condiciones en las que se pueda dirigir una mayor parte del ahorro mundial fuera de los Estados Unidos y hacia el resto del mundo - en particular hacía los países en desarrollo.

Entonces, ¿la solución es que los países emergentes adopten sistemas financieros tan “profundos y sofisticados” como el de EEUU?

Estamos hablando de las grandes fuerzas motrices macroeconómicas que dieron lugar a la crisis, evidentemente, a nivel microeconómico, debe existir un sistema financiero –o de forma más general, una estructura empresarial- “sofisticado y profundo” capaz de convertir su actividad, exuberantemente irracional, en algo “opaco”. Estos detalles son de sobra conocidos a través del magnífico documental Inside Job. Sin embargo, me gustaría resaltar un aspecto al que se ha dado quizás una importancia menor en la opinión pública, el conflicto de intereses en la universidad, en el mundo académico.


Hemos visto la naturalidad con la que Bernanke quita hierro al déficit exterior de EEUU: “sin duda es un problema, pero se corregirá y seguramente se debe a que nuestro sistema financiero es sofisticado y profundo”.

Esta actitud casi resulta normal en un político, cuyo interés es transmitir confianza. Más curioso es ver argumentos “exóticos” como los de los economistas Ricardo Hausmann y Federico Sturzenegger de la Universidad de Harvard, que explicaban el creciente endeudamiento del sector privado y público estadounidense reflejado en el déficit por cuenta corriente, por la existencia de una “materia oscura” en la economía mundial que estaba siendo adquirida por norteamericanos, pero que no era contabilizada. Esto implicaba que la cartera de activos del país era mejor que lo mostrado en la contabilidad y por tanto el problema del déficit por cuenta corriente quedaba minimizado.

Todavía hoy, con el conocimiento que tenemos de los hechos que estoy narrando, continúan apareciendo argumentos “exóticos”. Es el caso de los economistas Ricardo J. Caballero y Arvind Krishnamurthy del MIT, que argumentan que la causa última de la crisis es la escasez de activos sin riesgo.

Frente a este argumento “exótico” tenemos otros de puro sentido común, como el de Martin Wolf, columnista de Financial Times y también profesor de Universidad.

China, como todos sabemos, es el país de más rápido crecimiento en el mundo. ¿Por qué habría China de enviar su dinero a los EE.UU.? ¿Es los EE.UU. una oportunidad de inversión mejor que China? Por supuesto que no. Cuando una nación tiene las oportunidades de inversión que tiene China, hay que importar el capital tan rápido como puedas para crecer. Esto no está sucediendo. Algo está definitivamente mal.

Los hombres del birrete vuelven a fallar. Considerar que hay “poca oferta de activos sin riesgo”, es pretender que esa demanda de activos sin riesgo era racional. Pero el sentido común, expresado a través de un personaje tan sistémico como Martin Wolf nos indica que no lo era, y por lo tanto “algo falla”. Lo que está en juego, naturalmente, es si la deuda externa importa o no importa, y en definitiva si se deja esta cuestión al arbitrio del mercado financiero global.

¿Qué papel jugó la Reserva Federal? Al final de nuestra historia sobre la crisis asiática, dejamos a un grupo de banqueros reunidos en el edificio de la Reserva Federal de Nueva York.

Irónicamente 10 años más tarde se reunirían también en el mismo edificio para intentar realizar la misma operación con Lehman Brothers

La crisis había llegado al corazón del sistema, un Hedge Fund altamente apalancado, “Long Term Capital Management” estaba en suspensión de pagos a consecuencia del contagio de la crisis a la nueva Federación de Rusia. El entonces presidente del banco central americano, Alan Greenspan, quería un rescate, pero sin coste para el contribuyente. La quiebra incontrolada podría profundizar el “bank run” global que se estaba viviendo, tal y como ocurrió diez años más tarde con Lehman Brothers. Finalmente, Greenspan convenció a 14 entidades para participar en la operación, a cambio de un pequeño “detalle”.



En el preciso momento en que momento en que dos tercios del ahorro mundial se dirigían hacía EEUU, la Reserva Federal decidía añadir "más madera" monetaria, es decir más crédito, bajando los tipos de interés para ayudar a Wall Street a digerir el rescate de Long Term Capital Management.

¿Cuál era la política monetaria adecuada? La cuestión es espinosa. Los bancos centrales asiáticos mostraban un apetito insaciable por los títulos del Tesoro Americano y por títulos respaldados por hipotecas subprime calificados AAA. Una subida de tipos de interés habría espoleado aún más este apetito y habría revalorizado el dólar, desplazando aún más la economía hacía los bienes no exportables. También habría deteriorado la cuenta corriente por el lado de las rentas, haciendo notar el peso de la deuda externa.

Por otro lado habría subido el tipo de interés de refinanciación de la Reserva Federal, y ninguna entidad presta por debajo del tipo de interés al que ella se puede refinanciar. Así que el efecto, con la economía nadando en la liquidez facilitada por los emergentes, habría sido reducir el diferencial hasta casi cero entre el tipo de los préstamos hipotecarios y el tipo de referencia que marca la Reserva Federal. Si ese tipo de referencia hubiese sido suficientemente alto quizás se podría haber frenado la burbuja.

En mi opinión hubiese sido más coherente utilizar la política fiscal, aumentar los impuestos al consumo –Bernanke lo dice al revés en su discurso, promover el ahorro, pero sin duda un impuesto al consumo promueve el ahorro-, para reducir por el lado comercial el déficit de la balanza de pagos, y gastar ese dinero mejor que los ciudadanos, de alguna forma que fomente la producción local. Como hay una regla estúpida, que ellos han asimilado, que dice que todo impuesto disminuye la actividad económica, los batallones se desplegaron en otros frentes, con el resultado de una reducción muy notable de la actividad económica, el resultado que sufrimos dolorosamente.

Estas consideraciones aparentemente no estaban entre las preocupaciones de la Reserva Federal, tal y como hemos podido leer en el discurso de Bernanke. Chimérica funcionaba estupendamente, los accionistas y consumidores eran felices y solo ellos tienen voz y voto en la marcha de la economía, el resto no importa.


Existía gente recalcitrante que se empeñaba en producir cosas en Estados Unidos, posiblemente no habían llegado a comprender plenamente el concepto de Chimérica, como otros lo habían hecho.

En otras latitudes también veían esta simbiosis económica con cierta preocupación, aunque por otros motivos.



El euro se había revalorizado frente al dólar –y por lo tanto frente al yuan, yen, real, rupia, rublo, etc- más de un 50% entre 2001 y 2005.

Pese a esa tremenda presión algunos países realizaban ajustes duros que atacaban la raíz del problema, mientras en otros el ajuste se realizaba, al igual que en EEUU, en el precio de las casas.

Alemania realizó una represión salarial en toda regla para adaptarse a las circunstancias del mercado global

En junio de 2005, la reunión de ministros de economía del encuentro Asia-Europa, realizaba la siguiente declaración, conocida como declaración de Tianjin:

Los ministros expresan sus serias preocupaciones acerca de los “global imbalances”. Los ministros destacaron la importancia de reducir estos desequilibrios para asegurar un crecimiento estable y sostenible en el medio plazo. Para ello, reconocieron la necesidad de un enfoque múltiple en el que participen todos los países implicados para aplicar políticas que contribuyan a un reajuste global ordenado.

Permitir la apreciación del Yuan implicaba para China perder parte del valor de sus activos de reserva y por lo tanto ¿exponerse a una futura crisis financiera? Mantenerlo implicaba que la deuda externa de EEUU no se licuaría gracias a la continua pérdida de valor del dólar. Dos objetivos contrarios y un solo resultado posible ¿riesgo sistémico?

Ese encuentro fue inaugurado por Wen Jiabao -el primer ministro-, y en el avanzó las líneas generales sobre las que descansaría “la reforma del yuan”:

1) “Independencia” en función de las necesidades propias de China.
2) “Capacidad de control” para evitar grandes fluctuaciones en el tipo de cambio del yuan.
3) “Gradualidad” para continuar con las reformas progresivamente.

¡Pobres accionistas y consumidores americanos! Por esa época Apple estaba a punto de sacar el iPod nano y el iPod shuffle.

Al contemplar imágenes como esta solo cabe afirmar con Castoriadis "El problema de la condición contemporánea de nuestra civilización moderna es que ha dejado de ponerse a si misma en tela de juicio

Por no hablar de Wall-Mart, el octavo socio comercial chino. A pesar de estos grandes damnificados, el yuan soltó amarras un mes después de la declaración de Tianjin, tanto por la presión europea como por la inflación que sufría China.



Ay, ay, ay ¡Desastre! ¿No has escuchado a tu compañero Bernanke? Los precios de los activos subían gracias al déficit por cuenta corriente, si este se reduce ¿Cómo no tendrían que bajar? ¿Es razonable subir los tipos mientras el yuan se revalúa?

El fin del tipo de cambio fijo significó el fin de la burbuja subprime y también el fin Chimérica ¿Separación amistosa o divorcio problemático?

La 2ª gran contracción, la crisis económica más importante desde la 2ª guerra mundial no ha sido un suceso fortuito. Tampoco ha sido su causa última la especulación del sistema financiero, si bien esta era una condición necesaria, no ha sido distinta a la que hemos vivido tantas veces, en los mismos países y con los mismos actores –algunos históricos como JP Morgan-. Tampoco es el producto de una oscura conspiración asiática, a cargo de un renacido Fu-Manchu.

Así nos están contando algunos esta historia de la crisis

Los asiáticos han seguido su propio interés, al igual que el resto de los países emergentes, y también el de las multinacionales extranjeras.

La 2ª gran contracción es un producto del mercado mundial, de la estructura “racional” con la que se ha implementado y de las instituciones que participan en él. Un orden asimétrico, una auténtica economía-mundo, que obliga a unos países a acumular promesas de pago de otros países. Promesas de pago que por definición deben incumplirse en cierta medida –y esto es casi una tautología-, para que pueda mantenerse en marcha la economía mundial. Un orden en el que las finanzas son las grandes fuerzas motrices que gobiernan los valores artificiales de las monedas –el 47% del retorno sobre la inversión financiera en la pasada década fue obtenido por la variación del tipo de cambio- y por tanto el comercio, y que periódicamente da lugar a crisis financieras globales.

Este mercado mundial prometía una prosperidad sin precedentes,

pero de momento ha sido incapaz de cumplir sus promesas. Lo que es fundamental entender, es que este mercado financiero mundial no se creó porque existiese una fuerte evidencia de que era un sistema económico mejor. Los datos parecen indicar que se creó para resolver problemas de financiación de los países industriales, que no podían financiar la compra de materías primas -en especial el petróleo- con impresión de dinero a través de los bancos centrales, ya que adquirían esas materias primas del extranjero, y la impresión de dinero modificaba la relación real de intercambio entre lo producido en el país y lo comprado fuera. Sin embargo, esa estrategia al final termina siendo contraproducente, ya que dilata y posterga la solución de los problemas e incluso asigna los excedentes de capital a proyectos inútiles. El ejemplo de los tulipanes en la Holanda del renacimiento es perfectamente aplicable a nuestro caso, no es menos estúpido enladrillar el planeta con nuestra situación de emergencia: la pobreza creciente en todos los países, la presión sobre los recursos naturales, el aumento de enfermedades, etc.

La gran cuestión que surge con fuerza de estos hechos es tan atractiva como inquietante: si este marco “racional” e institucional nos ha traído hasta aquí, si ha producido una asignación de recursos digna de un lunático ¿hacía donde nos lleva? ¿hay alguna posibilidad remota de sobreponerse a la actual coyuntura? ¿cuál será el precio?

39 comentarios:

  1. Hola Jesús, totalmente de acuerdo en que no tiene ningún sentido imprimir dinero para enladrillar a los paises industrilizados, pero que hay de imprimirlo para financiar los retos que posterirormente propones?

    Un saludo.

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  2. Buenas Anónimo,

    Leyendo tu comentario he recordado lo que suelen decir los americanos: "ningún país puede imprimir su camino a la prosperidad" jajajajaja, viniendo de ellos suena a chiste, pero en fin.

    Ahora en serio, cuando terminemos toda la serie sobre "La guerra de divisas" tendremos más elementos de juicio para ver como nos puede ayudar la política monetaria.

    De momento tan solo tres precisiones:

    El capital utilizado para enladrillar el planeta no es que fuese "imprimido" por los bancos centrales. Es capital genuino obtenido gracias a sus exportaciones, a la venta de sus productos. Institucionalmente, es decir, los estados, hacían volver ese capital a los países industrializados para poder acumular divisas como protección frente a una crisis financiera.

    Tal y como se muestra al principio del post, las políticas inflacionarias de EEUU fueron el origen de este llamado "mercado financiero global". Vemos que tienen dos efectos: se trasladan de inmediato a las materias primas, como ya pasó en los 70, y tienden a devaluar la moneda. La cuestión podría ser ¿que pasa si todos queremos devaluar?

    En algún sitio he visto, pero no puedo enlazarlo porque no lo encuentro, los tipos de interés para cada uno de los países de la zona euro según la formula de Taylor. Son tipos de interés reales y para Alemania sale un 2 o un 3%, es decir con un 2 y pico de inflación tendrían que tener un tipo de interés cercano al 5%. En cambio para España es -3%, con un 2 y pico de inflación y un tipo de 0,75% no llegamos ni a -2%. Yo sinceramente, la primera condición necesaria para plantearnos la política monetaria es que sea efectiva. Ahora mismo la eurozona está rota en varias zonas monetarias por las fugas de capital. En ese sentido creo que la última decisión del BCE es muy positiva. Sin embargo los alemanes han querido tensar la cuerda y exigir "condicionalidad estricta". Eso estaría bien, o sería razonable si se hubiese hecho con cierta calma. Te recomiendo que leas el penúltimo post, "Rescate a España"

    Hay que analizarlo a fondo, no pierdas de vista la proa, al menos hasta que termine la serie sobre "la guerra de divisas"

    un saludo

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  3. Que impresionante despliegue de conocimientos y de capacidad de análisis. Yo soy lego en la materia y siempre que quiero hacerme una opinión sobre algo que no conozco recurro a los primeros principios. En tus artículos nos detallas como, a lo largo de estos últimos cien años han ido sumando eslabones a la cadena. Cada vez que se producía una crisis se añade un eslabón nuevo. Se va haciendo cada vez mas complejo el mecanismo de trasmisión. Pero el problema no está en el mecanismo, esta en su principio. Cuando alguien no cierra realmente un intercambio y toma a cambio de sus bienes reales unos trozos de papel o una conchas, es que el comprador no tiene nada que realmente le interese al vendedor. Quizás porque el comprador no tenga nada interesante para el vendedor o porque el vendedor tiene de todo pero necesita seguir vendiendo. Esta situación desbloquea el intercambio de momento, pero necesariamente acabará en una crisis. Por muchos amortiguadores, filtros, fusibles, alarmas que le pongas a la cadena, esta acaba por terminarse. Y al final lo que queda es un cobro. El intercambio del que se quería huir en un principio. El permitir un déficit en una cuenta, lo único que hace es pervertir la formación de precios. El precio de las cosas se debe formar en cada transacción, y si no hay acuerdo y se retrasa, con toda seguridad terminara en una crisis.Disculpa mi atrevimiento. Ya sabes que la ignorancia es atrevida.

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    1. Gracias Anónimo,

      Para ser un lego has realizado una observación tremendamente incisiva. Para que veas que yo también voy a los principios te recomiendo que leas la pequeña introducción histórica en el pos "La política monetaria y la banca de inversión". Lo que dices es cierto, pero ten en cuenta que agilizar los intercambios no es intrínsecamente malo, es la grasilla que permite que la rueda de la economía gire. Permite una mayor especialización del trabajo, etc. En la medida en que podamos mitigar los efectos negativos, con amortiguadores, filtros, fusibles, etc, el balance final merecerá la pena.

      un saludo

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    2. Tenemos medios para agilizar los intercambios sin la necesidad de crear deficit, ni deuda. Actualmente los actores de un trueque no tienen que limitarse a dos, pueden ser un numero muy elevado. Los medios télematicos permiten cerrar tratos con n bandas en tiempo real. Esto engrasará el sistema sin dar lugar a efectos nocivos como la acumulación indefinida de deficits, que unicamente son posibles gracias a que la formación de precios no es real. El precio de algo tiene que formarse en el momento del intercambio, cualquier otra cosa es una fantasía. Fantasia que da lugar a acumulaciones de capital que se convierten en un cancer a la larga incurable.

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    3. Buenas,

      Desconozco esos medios, aunque dudo mucho que funcionen como el dinero. Si lo tienes tan claro no tiene mucho sentido que sigas leyendo este blog.

      Un saludo

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    4. "Cuando alguien no cierra realmente un intercambio y toma a cambio de sus bienes reales unos trozos de papel o una conchas, es que el comprador no tiene nada que realmente le interese al vendedor. Quizás porque el comprador no tenga nada interesante para el vendedor o porque el vendedor tiene de todo pero necesita seguir vendiendo."

      es como esa partida de Monopoly en la que uno de los jugadores ya ha arrasado con todo, pero la mantiene absurdamente dándole un simulacro de vida a sus compañeros...
      La asimetría en nuestra economía es tal que el juego económico es todo menos estable.
      Sólo que en este caso, a diferencia del Monopoly, el bienestar de millones de personas y su acceso a bienes básicos está en juego.


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    5. Buenas Carlos,

      No sé si te pillo. El mensaje de Anónimo estaba en la línea de la crítica a los sistemas monetarios. Nuestros sistemas monetarios son muy mejorables, tanto a nivel internacional como a nivel nacional. Precisamente ahora estoy divagando sobre ello. Sin embargo, pocas opciones le doy al trueque. Aunque yo no soy nadie para decidirlo, lo decidiremos entre todos.

      un saludo

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    6. [sé que esta entrada precisa de tu blog (por cierto, felicidades) no es lugar para discutir esto, pero...]

      Yo, por mi parte, creo que el verdadero problema estriba no ya en el sistema monetario, sino en el verdadero desequilibrio entre lo que unos perciben respecto a su trabajos/bienes/etc. respecto a lo que perciben otros. El que tiene más recibe siempre mucho más (al menos de forma estadística). El intrincado juego de sociedades, corporaciones, divisas, fronteras y fiscalidades lo que hace precisamente es que los que juegan con the big money tengan acceso herramientas que el resto, anclados a su casa, su vida, su entorno, ni siquiera sueñan que existan.

      No estamos ante un problema productivo, ni mucho menos, sino ante el hecho de que es imposible almacenar 'promesas futuras de trabajo' (dinero) cuando estas exceden en varios órdenes de magnitud, la capacidad del sistema productivo. El sistema productivo, a través del mercado, se dimensiona para lo que se consume (o se tira). Pero las deudas siempre aumentan. Cuando entra la duda, y las deudas se reclaman (o dejamos de reinvertir en ella), el sistema se tambalea.


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    7. Buenas Carlos, y gracias,

      Coincido en gran medida contigo. En mi opinión no hay un problema único, ni una causa única de todos los males, pero la desigualdad sería una de las, quizás dos o tres causas importantes, por la razón que aduces, la desigualdad crea las condiciones para la impunidad, un fenómeno que estamos viendo crecer en todos los ámbitos. Un ejemplo tonto, el ciclista Lance Armstrong. Como la retribución que percibe el nº1 es sustancialmente más alta que la del nº2, se crean las condiciones adecuadas para que sea posible un sistema de fraude sofisticadísimo, lo que a su vez aumenta las diferencias entre el 1º y 2º, lo que a su vez hace que aumente la retribución, etc. Un proceso que se retroalimenta. Eso está pasando en todos los ámbitos de la sociedad: política, dinero, empresas, intelectuales y creadores, académicos. En breve hablaré de ello en el blog y espero dar con alguna pista sobre como oponernos al proceso. Sigue atento.

      un saludo,

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    1. Buenas de nuevo,

      Para ser más preciso, no es suficiente el hecho de que varias personas puedan participar de un trueque simultáneamente para alcanzar un sustituto perfecto del dinero, que cubra todas las funciones de este. Quizás tú nos lo puedas explicar:
      a) como una pareja adquiriría una casa
      b) como se construiría el canal de Panamá
      c) como viviría un profesor, un camarero, un operario de fábrica

      No digo que el trueque no sea útil, sobre todo allí donde escasea la liquidez, pero no veo como puede alcanzar la universalidad del dinero-crédito.

      Una vez tengamos claro que tenemos un sustituto perfecto del dinero, sin sus inconvenientes, habría que ver como lo implantamos. Supongo que estamos de acuerdo que no es deseable hacerlo mediante coacción, a través del estado. Habría que ver como ese sistema pueda sustituir a uno con miles de años de antigüedad (dinero) o a otro con cerca de quinientos (dinero-crédito). Para que eso fuese posible la población tendría que ser claramente consciente de sus ventajas. Las herramientas que pretendes sustituir se implantaron así, no hubo ningún dictador que decidiese que se debían utilizar.

      En definitiva, aún reconociendo que no tengo un conocimiento profundo del tema, esas cuestiones me parecen quimeras, que en realidad nos alejan de la solución real de los problemas.

      un saludo

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  5. En mi modesta opinión, hay que saber separar la burbuja-pirámide generacional inmobiliaria de los tres procesos históricos de nuestra época:

    1) los límites demográficos y energéticos, lo que incluye la reflexión relativa a la familia y la mujer y la cuestión del Islam;
    2) la caída del Campo Socialista, como dicen en Cuba; y
    3) el desarrollo tecnológico (informática y comunicaciones) de la industria de las finanzas, que se manifiesta en tres ámbitos:

    - dispersión del riesgo crediticio que desemboca en su retrocesión última, vía sistema fiscal;
    - estabilidad cambiaria ex-dólar, y
    - estabilidad de precios y rentas, salvo en materia inmobiliaria.

    En efecto, los cambios del statu quo dan lugar a estrangulamientos financieros, pero no es nada que no sea administrable. De hecho, no estamos viviendo ninguna revolución ni nada que no supiéramos desde los 1970s. Solo duele la espina irritativa del horror de la mutilación que el precio de la vivienda ha causado, sobre todo, a los nacidos entre 1960 y 1980, y que se debe única y exclusivamente a la avaricia de los nacidos entre 1940 y 1955. En suma, lo llamamos "crisis" pero no es más que el pinchazo-derrumbe de las fantasías animadas de ayer y hoy del Capitalismo Popular.

    pisitófilos creditófagos


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    1. Hola pisitófilos,

      Tu estilo de redacción, tan escueto, me hace difícil interpretar tu comentario.

      En mi modesta opinión todo está unido. La industria de las finanzas comienza a globalizarse antes de que se produzca ese desarrollo tecnológico del que hablas. Es una necesidad que surge en los 70, ante una avalancha de pasivo depositado en los bancos americanos, estos van saltando las barreras para proceder al reciclaje de petrodólares, según la expresión usada por el departamento de estado EEUU en su plan de cooperación con Arabia Saudita. El riesgo estaba claramente concentrado y no disperso, ya que eran préstamos a gobiernos concretos de países emergentes. Posteriormente es cierto que el riesgo se va dispersando, aunque en realidad esto, en mi opinión, solo muestra la capacidad de EEUU de hacer impago de su deuda externa. Que haya una “burbuja-pirámide generacional inmobiliaria” solo nos indica que las fuerzas que guían la burbuja encontraran ese segmento para colocar el crédito, al acabar esas fantasías, rápidamente otras van ocupando su lugar, la liquidez siempre encuentra su camino. A mi no me parece tan sencillo gestionar el derrumbe, de hecho vemos que tras cinco años de estancamiento sigue sin aparecer la luz al final del túnel, y es que de momento no hay alternativa a Chimérica, pero eso no impide que aquella quimera haya desaparecido en un tsunami de tinta roja.

      Un saludo

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  6. Muchas gracias por contestar. Estamos básicamente de acuerdo.

    Es falso que nada esté relacionado con nada pero también que todo esté relacionado con todo.

    Según mi leal saber y entender, la guerra de divisas solo sería contra el dólar, a cuya sobrevaloración le quedaría "dos cortes de pelo", dicho sea en clave temporal histórica (o sea, que yo creo que, por edad, no voy a ver el ajuste de cuentas que, al final, perpetrará China contra el "tigre de papel").

    Me ha faltado en la exposición un cuarto elemento:

    4) la perversión del management; las empresas han entrado en algo que, para nada, se pensó en los 1950s y 1960s, lo que llamamos management Posmoderno, cuyo tres pilares son:

    - la DpO-p (Dirección por Objetivos pervertida),
    - el C&C (Control & Castigo) y
    - los B&B (Bonus & Blindajes).

    La entronización de este management depredador y "cabroncetista", perdóneseme la expresión, ha sido posible gracias a la función compensatoria del Capitalismo Popular Inmobiliario:

    - teóricas plusvalías latentes en los patrimonios de los obreros-propietarios;
    - regional-nacionalismo fascistoide (étnico-cultural) antepuesto a los intereses específicos de los trabajadores; y
    - abuso de la docilidad de una mujer, en teoría, discriminada positivamente.

    En suma, por razones demográficas y energéticas, geopolíticas, tecnológico-financieras y microeconómicas relacionadas con la fantasía animada de ayer y hoy del Capitalismo Popular, el mundo está desconcertado en un inmenso punto de inflexión.

    En efecto, la burbuja-pirámide generacional inmobiliaria era algo que necesariamente tenía que producirse en esta época histórica porque era consustancial (en el fondo, esto que vivimos solo es el fracaso del proyecto idiota de humanización del capitalismo, que se remonta a la II Internacional). Pero lo que no cabe duda es que haber hecho de la burbuja inmobiliaria la monolocomotora económica era una idiotez independientemente del proceso global. Podíamos haber prescindido perfectamente de ello y ahora solo tendríamos un problema de gestión. Al final, tenemos superpuesto al problema global (que insisto que es demográfico y energético, geopolítico, tecnológico-financiero y de management) otro odioso, sin cuya resolución previa no hay nada que hacer.

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    1. Hola de nuevo,

      En efecto estamos básicamente de acuerdo. Razones demográficas y energéticas, geopolíticas, tecnológico-financieras y el problema institucional del management que citas. Me distancio un tanto en que no creo que la burbuja sea provocada racionalmente, supongo que Greenspan, Bernanke y demás responsables fueron víctimas de la habitual necedad financiera junto a la parálisis política habitual, dado lo complicado de pinchar una burbuja con la que todo el mundo está contento. Para mi la principal fuerza motriz de esa burbuja, tal y como expongo en el post, es la asimetría del sistema monetario. Para los emergentes practicamente la única opción fue financiar la burbuja, y de ahí la parálisis actual, estos países no pueden tirar todavía de la demanda mundial.

      un saludo,

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  7. Muchas gracias por contestar.

    La idea principal es que la abundancia de crédito (hipotecario) sólo realimentó al alza una burbuja inmobiliaria que era preexistente. No hay una búsqueda deseperada de colocación para la liquidez crediticia previa, y, ¡eureka!, descubrimos los pisitos de los trabajadores. Esta es nuestra forma de ver la relación causal.

    La idea accesoria es que, la burbuja inmobiliaria global es parte sustancial del espejismo histórico de la posibilidad de un capitalismo humanista, que predicó la II Internacional y que tanto eco ha tenido en España (cfr. las Cajas de Ahorros y la concepción idiota de la burbuja como perpetuum mobile y su conversión en monolocomomtora).

    Decir que esta crisis es financiera es como decir que una enfermedad es un problema de salud.

    Decir que la burbuja inmobiliaria es un problema financiero es como decir que, si te matan de un tiro, estamo ante un fenómeno balístico.

    La burbuja inmohipotecaria global es, pues, el centro de la crisis (aunque se enmarque en grandes procesos históricos, que los intensifica) y, gestionándola, gestionamos toda la crisis.

    Pero la devastación de la burbuja inmobiliaria es tan grande que la convierte en un tabú, de modo que hablar de ella con franqueza queda circunscrito al anonimato de Internet. En eso estamos.

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    1. Buenas de nuevo,

      Decirte el debate me resulta muy interesante así que gracias a ti, en todo caso.

      No estoy en condiciones de negar -ni tampoco afirmar- la idea de la burbuja inmobiliaria preexistente como parte del espejismo histórico de un capitalismo humanista. Como ideas que reconozco que no he trabajado no puedo hacerlo, sin embargo, parecen -ojo, digo parecen- indicar un grado de control de la economía por parte de los gobiernos que no me resulta atractivo como idea. Esta entrada de otro blog al respecto resume mis ideas sobre el tema

      http://www.euribor.com.es/2012/10/01/conspiraciones/

      Respecto a la cuestión financiera, no creo que mi punto de vista, expresado en el post, sea tautológico. Decir que la crisis es financiera no explica por qué el sistema financiero fue tan estable hasta los años 80, ni el vínculo entre la crisis asiática y la presente. Para mi esos hechos son fundamentales, puesto que explican el "tipo" de mal financiero que nos asola, y las sencillas soluciones que se podrían dar, que abordare en breve.

      un saludo

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  8. Según lo veo yo, nos dividimos en dos grandes grupos:

    - los que defienden que lo financiero es causa de lo real (res, rei); y
    - los que defendemos que lo real es causa de lo financiero.

    Yo, particularmente, aunque me he ganado la vida durante una temporada de literato macroeconómico, me he dedicado sobre todo a la economía real. A lo largo de mi vida, he visto muchísimas contabilidades de negocios muy variopintos. Tengo, pues, cierta "deformación" contable (a mi juicio, defromación ninguna, sino mero conocimiento directo). Yo tengo como muy claro en la cabeza, primero, que el Trabajo es la causa de la causa del Capital; y que el Capital es algo residual, la diferencia entre el Activo y el Pasivo, o lo que es lo mismo, que lo que crece el Capital en un período contable es la diferencia entre Ingresos y Gastos, después de pagar impuestos.

    Por otra parte, he vivido varias décadas con conciencia económica, podríamos decir, de modo que sé perfectamente qué significa la inflación y los tipos de interés elevados.

    Y, sobre todo, he sufrido en España, primero, a los "socialistas" del marxismo-ladrillismo o de la hoz y el ladrillo; y a los "liberales" de Ludwig von Pisos y Friedrich von Cajas.

    Nací bajo la Autarquía. En mi casa se vivió el Plan de Estabilización de 1959 y la eclosión y agotamiento del Desarrollismo (mi padre era amigo de Alberto Ullastres). He tenido plena conciencia de lo que estábamos viviendo durante los Pactos de la Moncloa y la transición estructural (Reindustralización, Reconversión Industrial). Por eso sé que estamos ante el ocaso de la estructura económica que se puso en marcha en los 1980s. Un modelo caracterizado por Construcción & Consumo Efecto Riqueza & Importación, financiado con euroayudas y lumpenturismo y, a partir de 1998, con el hipotecón externo.

    Esta es mi verdad, por mucho que vengan a decirme que la crisis se debe a no se qué de las "monolines" (¿te acuerdas cuando a los mixtificadores les dió por las "monolines"?, ¡ja, ja, ja!).

    Finalmente, todo el mundo habla de lo financiero-monetario, pero casi nadie de lo financiero-fiscal. Eso es lo que escama. Porque, al final, hay una indeferenciación entre los dos ámbitos.

    (Me llama mi mujer para comer)




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  9. ¡¡¡ Perdón !!!

    Releo y me doy cuenta que se entiende justo al revés.

    Nosotros defendemos que lo real es demiurgo de lo financiero, por decirlo con el aparato conceptual hegueliano (hay que ser un poco marxiano porque, si no, no se entiende nada).

    Lo financiero es posterior a lo real.

    No obstante, al leer el siguiente párrafo, el de la Contabilidad, ya queda claro.

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    1. Buenas de nuevo,

      Una visión muy interesante y apoyada en la experiencia. Evidentemente lo financiero se imbrica en lo real. Siguiendo tu punto de vista la crisis global sería el ocaso del modelo Chimericano de las corporaciones, Industrialización & Fabricación & Cuencoarrocismo salarial en el lado emergente + Consumo Efecto Riqueza & Importación financiado con el hipotecon externo en el otro lado del Pacífico.

      Sin embargo, no soy partidario de pensar que el poder burocrático tenga tanta capacidad para planificar la economía, quizás hasta los 80 si, después habría que echar una mirada más amplia, al conjunto de la sociedad y al entramado institucional.

      Un saludo

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  10. Entiendo que Chimérica no es un modelo sino el nuevo orden económico internacional en el que el imperio consume lo que produce la periferia financiándose con préstamos de ésta. Estoy en desacuerdo con la tesis de que estemos ahora (lo que llamamos "crisis") ante el fin de Chimérica. En el mejor de los casos, estaríamos en el principio del fin de Chimérica porque, ciertamente, EEUU propone un tipo de imperialismo inviable y el euro es una historia de éxito. Podemos añadir la desdolarización del petróleo. Pero, según mi leal saber y entender, queda dólar para rato, como se ve, entre otras muchas cosas, en cómo cunden en la UE las tesis anti-austeridad provenientes de la falsa socialdemocracia americana. EEUU no es enemigo de la UE y viceversa. Lo que está en crisis "sólo" es el Captalismo P-o-p-u-l-a-r, es decir, los modelos económicos internos de cada una de las dos docenas de países afectados, basados en la ecuación Activomanía + Deuda. En particular, la crisis es sobre todo la descolateralización general de préstamos otorgados, lo que no quiere decir que no se vayan a cobrar con rentas nuevas (por decirlo para que se entienda, la crisis "financiera" se debe a que la inversión crediticia se ha quedado huérfana de garantía hipotecaria). A nosotros nos gusta sintentizarlo todo en una frase: "Señores, ¡que esto sólo es el pinchazo-derrumbe de una burbuja-pirámide generacional inmobiliaria!". Evidentemente, a los pillados no les gusta nada nuestra proposición; pero los acreedores hace ya tiempo que salen a proclamar lo mismo porque ansían la recuperación de la economía ordinaria y ya tienen enchufado el sistema fiscal a su Balance Consolidado, algo que, cuando se declaró el crash inmobiliario no estaba nada claro de cómo se haría.

    En cuanto a la cuestión del poder, estamos de acuerdo en que no hay ninguna trastienda tipo Spectra, je, je, desde la que se planifica y administra el mundo. Hablamos como hablamos solo para entendernos; antes, la realidad se ha producido con toda su complejidad y su aparente desorden. Repito la idea de la symploké para que no pase inadvertida: tan falso es que todo está relacionado con todo como que nada esté relacionado con nada. Nuestro deber es aislar las relaciones de causalidad.

    pisitofilos creeditofagos

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    1. Buenas,

      Eso que dices se parece mucho a una “economía-mundo” tal y como la definen Fernand Braudel e Inmanuel Wallerstein

      http://laproadelargo.blogspot.com.es/2012/05/mecanismos-de-la-economia-mundo.html

      http://laproadelargo.blogspot.com.es/2012/08/la-guerra-de-divisas-i-280-buques-de.html

      No sé hasta que punto se puede decir que es simplemente la crisis del capitalismo popular, eso deja fuera muchas cosas que son sin duda fundamentales. En mi opinión te pierde un poco el etnocentrismo occidental. Esta historia del capitalismo popular deja de lado la visión pobre-emergente, forjada tras la crisis de finales de los años 90 y que fue fundamental en el desarrollo de los acontecimientos

      ¿Ha muerto Chimérica? En la mente de Wozniak y otros CEO´s no, en la mente del consumidor tampoco, eso se ve visitando cualquier centro comercial en España, no hace falta ir a EEUU. Sin embargo la realidad tiene la mala costumbre de imponerse a las ideas. Es cierto que tengo mis dudas, por el lado EEUU, hay que reconocerlo, están en disposición de comenzar una nueva burbuja, se han librado de la carga de la deuda externa, quizás lo más vital, pero tienen un agujero importante entre lo público y lo privado, sin perspectivas de ser cerrado y todavía apoyado en los flujos de capital extranjero, el doble déficit. La deriva extremista republicana es otro factor a tener en cuenta. Pero nos falta también ver la otra parte, el Chi de Chimérica, teniendo en cuenta que China es solo un tercio de ese Chi. No está muy claro que por ese lado se pueda continuar la relación.

      Respecto al euro y la austeridad, quizás Krugman es excesivo pero ¿no nos estará pasando como al Reino Unido en 1925, con la relación de cambio libra dólar? Apostaron por las finanzas y perdieron, He defendido recientemente que España, en una crisis bancaria y de balanza de pagos, debería moderar su preocupación por el déficit

      http://laproadelargo.blogspot.com.es/2012/10/la-deuda-publica-y-la-sabiduria.html

      un saludo

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    2. Por cierto, yo también creo que EEUU no es enemigo de Europa ni viceversa ¿que piensas de esto? http://www.casadellibro.com/libro-capitalismo-contra-capitalismo/9788475098050/219241

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  11. Por definición, el orden económico internacional actual consiste en que EEUU está supermegahiperendeudado (y no solo por ser el soberano de la moneda dominante mundial).

    Llevamos tres décadas en que todos sabemos que el dólar está sobrevalorado. El dies a quo fue en la época Nixon, no en la Reagan-Tatcher, como nos quiere hacer creer el marxismo-ladrillismo para colar su falso social-liberalismo.

    Lo alucinante es que, por unas cosas o por otras, no pasa nunca nada importante con el dólar, aunque hay actualmente dos procesos muy duros para él:

    1) el euro, y
    2) la madurez de la acumulación capitalista de algunnos de los otrora países emergentes o del tercer mundo, sobre todo China e India.

    Además de la cuestión del orden económico (un imperialismo desconcertante, casi de risa, en que el imperio se endeuda como si no tuviera nunca que honrar su deuda), hay otra cuestión conjugada, la de la perversión interna del capitalismo, que se ve muy bien en la fenomenología microeconómica (el "cabroncetismo" que cunde en la sociedad y las empresas), y que se debe a dos procesos:

    1) el exceso rentista (el capitalismo se ha distraído fragmentando y distribuyendo demasiado el capital-empresa); y
    2) la creación de un artefacto, el capitalismo popular, que no tiene nada que ver ni con el capitalismo ni con el Estado del Bienestar.

    Nuestra tesis, coincidente con las actuales autoridades monetarias occidentales, es que esta crisis particular que vivimos es sólo del segundo de los procesos conjugados. No es más que el capitalismo volviendo a sus orígenes, por decirlo para que se entienda. Por un lado, el regreso a la ortodoxia de la acumulación de capital de toda la vida. Y, por otro, el desmontaje de las fantasías animadas de ayer y hoy de los obreros-propietarios.

    Todo es mucho más sencillo de como los mixtificadores quieren hacernos creer para retardar la historia.

    pisitófilos creditófagos


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    1. Buenas otra vez,

      En realidad EEUU no está tan endeudado, en relación a su capacidad de pago si medimos esta con el PIB –quizás es más preciso medirlo en relación a las exportaciones, o en relación tanto a las exportaciones como a la riqueza total, activos que se pueden liquidar-, como Irlanda, España, Grecia y Portugal. De hecho lo está menos que Italia y Reino Unido y solo un poco más que el conjunto de la eurozona. El problema aquí es la tasa de crecimiento de la deuda externa que sigue siendo positiva. Creo que el orden económico será estable mientras la tasa de crecimiento de la deuda externa en EEUU sea pequeña. La última vez que la vi era del orden del 3,5% del PIB, demasiado elevada. Además, como digo, es un déficit gemelo, también público. En realidad es la brecha entre el sector público y privado, así como la radicalización de los republicanos donde se encuentra el mayor riesgo. Un movimiento excesivo al alza del tipo de interés nacional podría desbaratar de nuevo todo el sistema financiero mundial. Esa es la famosa burbuja del T-Bond de la que hablaba Robert Schiller.

      Tal y como yo argumentaba, ese movimiento al alza o bien una inflación galopante se producirá en la medida en que los pobres o bien sean incapaces, o bien no les convenga, mantener activos en dólares. Recuerda otra famosa mixtificación que nos vendieron el llamado Bretton Woods II, según el cual había 3 bloques de países, EEUU, los emergentes y el resto. Estos últimos serían los de la cuenta de capital, Europa, Canada, Australia y gran parte de Latinoamérica, los que estaban preocupados por su exposición al dólar.

      http://www.nber.org/papers/w9971.pdf?new_window=1

      si esa preocupación continúa extendiéndose veríamos maravillas, si bien es cierto que es improbable, en eso estoy de acuerdo. Por lo tanto, con matices, creo que también podría ser “el principio del fin” de Chimérica, salvo, por el pequeño detalle de que no todo está bajo control, es más, la mayoría no está bajo control, no existe esa trastienda con un Spectra y no está nada claro como les han sentado a los asiáticos los QE1, QE2, QEinfinity, podría ser una digestión más pesada de lo esperado

      un saludo

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  12. Me ha bastado entrar en el primer enlace que me ha propuesto Google:

    http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Pa%C3%ADses_seg%C3%BAn_su_balanza_comercial

    EEUU, al final de todo con una cifra espectacular.

    Hace muchos años yo fui un paper-maker. Redactaba mis Abstracts en inglés y todo. Una vez hice uno con un modelito matemático. Hice propaganda de él en la editorial de una revista especializada que tuve la ocasión de redactar. No me consta que lo leyera nadie, ja, ja. Hace un año lo releí. No entendía absolutamente nada. Me dio un ataque de risa tremendo por lo pedante que era de pequeño. Mi mujer pensó que me había vuelto loco. Ahora, prefiero no ser esclavo del yo y utilizar la red para divertirme diciendo lo que de verdad pienso pseudoanónimamente, para ayudar de verdad a los demás a que no les timen los usueros, especialmente los que atacan por donde más duele, las necesidades vitales como la vivienda.

    Ahora, tras la estafa de las viviendas, viene la de las pensiones. En esta, vamos a ponernos las botas los bolsistas. Las plusvalías bursátiles no tienen cara y ojos, a diferencia del robo y saqueo inmobiliario. Plantean, pues, menos problemas de culpa.

    Sencillez y simpleza son cosas distintas. El mundo no es tan endiabladamente complicado como lo hacen los mixtificadores con sus grandes inventos del TBO, la mayor parte para gafar las decisiones microeconómicas. El mundo es complejo y nuestro deber es presentarlo de la forma más sencilla posible; y, cuando a sabiendas lo enredamos estamos en deuda con el prójimo.

    Además de hablar con franqueza, recomendaría a todos los que quieren saber de economía que alguna vez en la vida hicieran personalmente comercio internacional y que asistieran a una Junta General de Accionistas de cualquier empresón.

    Pregúntense por qué el indocumentado Hódar, verdadero Cantinflas de la Economía, exmilitar dicharachero, aprendiz de psicólogo, usurpa desde hace décadas uno de los mejores puestos de análisis económico de la red española, la sección de Bolsa del periódico Expansión.

    Del mismo modo que un médico sabe cual será el curso más probable de la enfermedad, nuestros análisis solo tienen virtualidad si tienen capacidad de previsión, que no de predicción.

    Hay capitalismo para rato. Yo no veré la caída del área dólar, aunque sí su superación en muchas cosas por las áreas euro y renminbi, aunque cuando uno visita China, India, Rusia e incluso Brasil, comprende que no hay éxito económico al uno si no se ve a nivel individual.

    Mientras tanto, ¡que no seamos esclavos de ningún usurero en casa!








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    1. Buenas,

      Tu comentario había caído en spam, lo he visto pronto y por suerte ya está arreglado.

      Te agradezco los consejos, sin duda están basados en una gran experiencia. Hay un intento consciente de ser sencillo en el blog, algunas veces no es sencillo. Pero simplificar en exceso tampoco es bueno, y je, je, sin acritud, ahora te has pasado un poco. Yo no digo que EEUU no sea el "consumidor de último recurso" como diría Martin Wolf, que es lo que indicaría la balanza comercial comparada con la europea. Lo que digo es que eso no tiene "necesariamente" que desembocar en el hipotecón externo, como si le ha pasado a España. En primer lugar la balanza comercial es una partida de la balanza de pagos, la más importante, pero no la única. La partida de rentas para EEUU es positiva, mientras que a España le supone pagar un 2,5% del PIB en concepto de intereses. Eso es porque sus pasivos son T-Bonds que no rinden nada y sus activos si lo hacen. En segundo lugar la cuenta financiera de la balanza de pagos nos da una foto de la diferencia entre pasivos y activos acumulados ese año, pero tanto unos como otros están sometidos a valoración, por variación de los tipos de cambio, liquidación, etc. Una foto realmente representativa del endeudamiento nos la da la Posición de Inversión Internacional Neta

      http://en.wikipedia.org/wiki/Net_international_investment_position

      en esa foto EEUU no sale tan mal

      un saludo

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  13. Muchos liberales harían bien en saber un poco de historia, antropología y sociología antes de decir barbaridades. Por ejemplo, podrían leer a Polanyi, Marvin Harris, Norbert Elias...

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    1. No puedo estar más de acuerdo, je, je. Tú mensaje había caído en Spam ¿Es posible que lo haya movido blogger y que estuviese dirigido a la última entrada?

      un saludo

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  14. podríais seguir con el debate pisitófilos y Jesús.

    De lo maś interesante de esta noche...

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    1. Hola Toni, el debate fue a comienzos de octubre, y estuvo bastante bien. Menos agobiante que el que se desarrolla ahora en el nuevo post.

      un saludo

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  15. Muchas gracias por todo esto. Si mañana me hablan de Rafa Nadal no se si podré reprimir un escupitajo.

    Un saludo.

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    1. Gracias a ti por el "feedback". Seguimos, esto ya es vicio.

      un saludo,

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  16. Muy buena información, estoy de acurdo con que Estados Unidos debe colaborar mas con la recuperación económica de Europa, le interesa y mucho una Europa fuerte.

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    1. Hola Sara,

      Grata sorpresa leer a alguien por aquí comentando. Quizás el post habría quedado un poco mejor si hubiese editado los vídeos, tomando solo los trozos que más aportan la contenido. Eso es algo que hago ahora, en ocasiones incluso les pongo yo mismo los subtítulos, poco a poco vamos mejorando, o eso creo.

      un saludo,

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  17. artículo economia interesante

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  18. Muy interesante y completo post. De gran valor.
    Saludos
    Sergio

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  19. No conocía a esta la historia pero realmente es muy compleja y complicada, me ha encantado leer algo así

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