lunes, 14 de octubre de 2013

Para la libertad… (Excurso): La utopía de las cero opciones


Queridos lectores,

En la primera entrada de la serie veíamos como se creó lo que posteriormente Karl Polanyi llamaría “la satánica rueda” del mercado de trabajo, gracias a la inestimable colaboración del pensador liberal Jeremy Bentham y su vigilancia Panóptica. Posteriormente vimos como se unió a la satánica rueda el “yugo hedonista” de Richard Layard, que popularizara Zygmunt Bauman. Como parte de su entrada en la satánica rueda el individuo debe convertirse en producto y eso se logra consumiendo, ungiéndose al yugo hedonista. Ambos, rueda y yugo, forman “la jaula de hierro” de la dominación racional postmoderna.

Max Weber creó el concepto de “la jaula de hierro” en su libro “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”, publicado en 1905. Para Weber, la economía había desarrollado su propia lógica autónoma e impersonal, una lógica basada en la ética de los calvinistas puritanos, pero una lógica bajo la que todos deberían ahora vivir, aún sin compartir esos valores. De esta forma el individuo perdía el control del sentido de su vida, que era dictado ahora por el sistema, por la jaula de hierro en la cual todos debemos ahora vivir.

Weber fue el primer crítico con el concepto de racionalidad moderna. Era escéptico acerca de la libertad individual que era y sería capaz de proporcionar el capitalismo, y también era pesimista respecto a las soluciones de Karl Marx o Friedrich Nietzsche al respecto:

Nadie sabe quién ocupará en el futuro la jaula de hierro, y si al término de esta extraordinaria evolución surgirán profetas nuevos y si se asistirá a un pujante renacimiento de antiguas ideas e ideales; o si por el contrario, lo envolverá todo una ola de petrificación mecanizada y una convulsa lucha de todos contra todos. En este caso, los <<últimos hombres>> de esta fase del desarrollo cultural podrán ser en verdad evaluados con la siguiente sentencia: <<Especialistas sin espíritu, sensualistas sin corazón: estas nulidades se imaginan haber ascendido a una nueva fase de la humanidad jamás alcanzada anteriormente>>. [1]

Más de cien años después de la publicación del libro, el concepto de Weber es más actual que nunca, y cada vez nacen más estilos de vida para buscar sentido al margen del sistema, desde el neo-ascetismo oriental, pasando por el rechazo a la máquina y el retorno al campo hasta llegar a un difuso vitalismo nietzscheano.

El penúltimo ataque destinado a reforzar férreamente la estructura de la jaula, ha sido el proceso de demolición del concepto del bien común, que fue realizado a nivel ideológico por filósofos y economistas, y ejecutado por los políticos neoliberales, que abrazaron con entusiasmo la idea de que no existe tal cosa, para auto-desmantelar los poderes del estado, el actor más capacitado para proteger el interés colectivo o llevar a cabo estrategias de cambio social. Sin embargo, detrás del escenario, utilizaban el bien común en su forma más reaccionaria: la defensa de los valores tradicionales religiosos o el credo nacionalista.

Pero el proceso de derribo neoliberal, no se ha detenido en los estados, en realidad ha consistido en retirar, demoler, ceñir y constreñir, a todos y cada uno de los actores a los que antiguamente habíamos supuesto capacidad de acción. En definitiva, retirar todos los posibles impedimentos al libre actuar del capital. En uno de los últimos artículos que escribió Pierre Bourdieu lo resumía así:

En nombre de este programa científico de conocimiento, convertido en programa político de acción, se cumple un inmenso trabajo político (denegado, porque en apariencia es puramente negativo), que busca crear las condiciones de realización y de funcionamiento de la “teoría”: un programa de destrucción sistemática de los colectivos.
El movimiento se posibilita a través de la política de desregulación financiera, en marcha hacia la utopía liberal de un mercado puro y perfecto; se lleva a cabo a través de la acción transformadora y, hay que decirlo, destructora de toda medida política (la más reciente es el AMI, Acuerdo Multilateral sobre la Inversión, que busca proteger a las empresas extranjeras y a sus inversiones y va en contra de los Estados nacionales) que pretende cuestionar todas las estructuras colectivas que puedan obstaculizar la lógica del mercado puro. Entre ellas se encuentran: a) la nación cuyo margen de maniobra no cesa de recortar; b) los grupos de trabajo que afecta a través, por ejemplo, de la individualización de los salarios y las carreras en función de las competencias individuales y la atomización de los trabajadores que ello desencadena; c) los colectivos de defensa de los trabajadores, los sindicatos, las asociaciones, las cooperativas: d) la familia misma, la que pierde una parte de su control sobre el consumo a través de la constitución de mercados por rangos de edad.
[…] nos encontramos aquí ante una extraordinaria paradoja: los obstáculos que se interponen en el camino de la realización de un orden nuevo, que debe producir un individuo aislado pero libre, son considerados ahora como insumos de rigideces y de arcaísmos, y toda intervención directa y consciente, por lo menos la que viene del Estado, sea ella de cualquier tipo, es de antemano sometida al descrédito, y destinada a desaparecer en beneficio de un mecanismo puro y anónimo, el mercado (del que se olvida que es también el lugar en el que se ejercen los intereses); pero resulta que en realidad la permanencia o la supervivencia de las instituciones y de los agentes del antiguo orden en vía de desaparición y toda la labor de todas las categorías de trabajadores sociales, así como todas las solidaridades sociales, familiares u otras, son las que hacen que no se hunda el orden social en el caos a pesar del volumen creciente de la población precarizada. [2]

En definitiva, se trata de un programa de destrucción de colectivos, que por ejemplo no puede ir sino en contra de la familia, al convertirse los integrantes de la misma en piezas, piñones de un sistema que deben mostrar perfecta flexibilidad y adaptabilidad, y por tanto desplazarse a Madagascar si así lo requieren las necesidades de la producción. Cuanto más se deteriora la institución familiar más crece la preocupación mediática por la infancia, preocupación desvinculada de sus causas estructurales, y que por tanto cumple la función del muñeco, que hay que quemar en la hoguera a modo de exorcismo de los miedos colectivos. La paradoja final, sin embargo, es que esa familia y resto de instituciones solidarias en vías de desaparición son, tal y como estamos comprobando en España con la crisis, la garantía última del orden social.

¿A dónde nos puede llevar esto? Claus Offe nos da una pista en su texto “The utopía of zero-options” (que se debería traducir por “La utopía de las opciones cero”). Para Offe la modernidad se ha caracterizado por la ampliación continua de las opciones disponibles para la elección racional. Ello se ha conseguido a través de la emancipación, “liberalización” e individualización, un proceso que consiste en eliminar las ligaduras existentes entre distintos subsistemas. La semilla inicial habría sido el desligamiento del trabajo de sus ataduras dentro del modo de vida más abarcador del antiguo régimen. Partiendo de esta ruptura inicial la misma lógica habría sido aplicada en múltiples subsistemas.

Esta “liberalización” se logra creando divisiones funcionales e instituciones mediadoras especializadas que se encargarían de desarrollar los métodos racionales específicos a aplicar en cada uno de los subsistemas. Esto se puede ver muy bien con el ejemplo de “la revolución gerencial” que se inició en EEUU y Alemania a finales del siglo XIX.

Inicialmente el capitalismo era familiar, es decir, el capital estaba ligado a la institución encargada de la reproducción sexual y la crianza de los hijos. Esto implica que normalmente se debían reinvertir los excedentes en la empresa de la familia. Con “la revolución gerencial”, por un lado se desligaba la propiedad de la empresa, que quedaba en manos de los accionistas, de la gestión de la misma, de la que se ocuparían los gestores. De esta forma el capital podía gestionarse de forma racional, mediante una cartera de valores que tratase de maximizar el beneficio y minimizar el riesgo. En el proceso he creado dos mediadores, cada uno de los cuales desarrollaría sus propios métodos racionales. Por un lado la gestión empresarial, que se enseña en las escuelas de negocio, y por otro lado la gestión de carteras de inversión, para la que existen distintos sistemas, uno de los cuales es el “value investing”.

Mediante esta forma de proceder, la libertad de acción es aumentada, creando nuevas opciones de elección:

La cuestión es siempre el retroceso de las fronteras que limitan la libertad de decisión y de acción de los actores sociales, una gradual "transformación en la dirección de la expansión de las capacidades y la autonomía." Nuevas latitudes se despejan para la aplicación de la razón subjetiva de los actores, se incrementan sus opciones, y la contingencia de lo que puede lograrse mediante la acción crece. A esto se corresponde en el ámbito técnico y económico de una liberación y un aumento de la contingencia en la dimensión espacial (transporte y comunicaciones), en la dimensión temporal (banca) y en el ámbito de la energía (la explotación de nuevas fuentes y un rápido descenso en la proporción de la energía humana y animal incluida en el consumo total).
La acción autónoma se vuelve desenfrenada y sin límites, "insaciable" (como dice Marx del capital) en la búsqueda y ampliación de sus propios valores particulares. [3]

Sin embargo, como hemos visto en el ejemplo, debo crear mediadores, que son expertos o especialistas en su campo determinado, y crean sus propias herramientas de selección de opciones, las cuales suelen caracterizarse por filtrar y desechar lo aparentemente poco relevante. La otra cara de esta selectividad refinada es la apatía, estrechez de miras, insensibilidad y falta de escrúpulos que caracterizan a estos “expertos”.

Además, como es fácil de visualizar en el ejemplo, las consecuencias de mis actos son cada vez más lejanas. Es más fácil que el dueño y director de una empresa familiar sea consciente de las consecuencias de sus decisiones para sus trabajadores o para el medio ambiente, a que lo sea un “inversor” que selecciona su cartera usando el “value investing”. Que las acciones puedan llevar aparejadas consecuencias negativas difíciles de prever, crea problemas de coordinación y compatibilidad entre distintos subsistemas.

Recordemos que según explicamos en la entrada sobre Steve Jobs, el economista Joseph Schumpeter llegó a pensar que esta “revolución gerencial” sería la causa del fin del capitalismo, pero se trata de tan solo un ejemplo de un proceso que se ha intentado aplicar a todo. Pensemos por ejemplo en la política, Offe cita a Norberto Bobbio y su libro “El futuro de la democracia”

En su análisis, Bobbio confirma la tendencia - originariamente diagnosticada por Max Weber - de los sistemas liberal - democráticos de permitir que los derechos formales de participación democrática de los ciudadanos lleguen a estar materialmente vacíos de contenido, permitiendo que "órganos de mediación " cuasi - autónomas de la "voluntad del pueblo" lleguen convertirse en dominantes en su lugar (en forma de partidos burocráticos, grupos de interés, líderes políticos y parlamentos).
Cuantos más derechos democráticos disfruta el ciudadano, y a cuantos más ciudadanos se permite disfrutar de estos derechos, mayor es el crecimiento de organizaciones y prerrogativas, de cara a los cuales estos derechos (al menos cuando se utilizan en combinación con el promedio habitual de recursos e información) disminuyen su influencia potencial. El significado material y el valor de uso político de estos derechos, Bobbio lo deja claro, se ven desbordados y ahogados por las estructuras organizativas y procedimientos formales. El poder del Estado previene los daños y perjuicios que le amenazan desde el lado de los derechos de participación democrática, no mediante la supresión de estos derechos, sino mediante el desarrollo de contra-tendencias inmunizadoras que neutralizan su eficacia real y su alcance. [3]

Otro ejemplo sería el concepto de industria cultural, del que hablaron Theodor Adorno y Max Horkheimer en “Dialéctica de la ilustración”


Al quedar la cultura mediada por una industria, que con criterios de rentabilidad tendería a la estandarización, a la reproducción con variaciones mínimas de “la fórmula de éxito”, la cultura deja de ser un baluarte de la individualidad y la libertad, para convertirse en la libertad de elegir “lo siempre idéntico”. Esta industria actuaría con un auténtico filtro de la realidad, por lo que potenciaría en grado sumo la castración del significado, las “significaciones imaginarias” de Castoriadis, y tendería a producir individuos que se viven y se piensan en la repetición.

El resultado conjunto de la aplicación de estos principios es un marco institucional rígido y cerrado (recordemos que tal y como argumentábamos en la anterior entrada, en realidad, a pesar del énfasis liberal en el poder explícito, la institución y las significaciones imaginarias es como se ejerce el mayor poder sobre el individuo), dado que según se profundiza en este camino, los problemas de coordinación van siendo cada vez mayores, al tener cada subsistema (capital, industria cultural, políotica, etc) la capacidad de afectar al conjunto. 

Una experiencia fundamental de las élites intelectuales y políticas en las sociedades modernas puede ser adecuadamente resumida mediante el siguiente principio: por una parte, casi todos los factores de la vida social, económica y política son contingentes, sujetos a elección, y presas del cambio, mientras que por otro lado las premisas institucionales y estructurales sobre los que descansa esa contingencia se eliminan de forma simultánea del horizonte de la elección política, e incluso de la elección intelectual. La perfeccionada capacidad de los subsistemas de abrir nuevas opciones para la acción sólo es igualada por su incapacidad de mantener bajo control, o responsablemente modificar, las relaciones mortales que crean constantemente en el nivel macro. [3]

Así, mientras las sociedades no completamente modernizadas, las sociedades emergentes, mantienen su capacidad de ser revolucionadas internamente

por el contrario las sociedades "complejas" se han vuelto rígidas hasta el punto de que el propio intento de reflejar normativamente o renovar su "orden", es decir, la naturaleza de la coordinación de los procesos que tienen lugar en ellos, está prácticamente excluido dada su inutilidad práctica y por lo tanto su inadecuación metodológica. El peso de los hechos establecidos, de acuerdo con la doctrina de la resignación, es mayor que cualquier razón: por otra parte, se argumenta que la idea de una nueva construcción intencional y planificada del orden social o incluso su reforma es un error, porque consecuencias no intencionadas serán encontradas en el camino de cualquier propósito de cambio y, puesto que son previsibles, despojan al propósito de su inocencia. [3]

Por supuesto cualquier objetivo que supere el campo de acción del estado-nación, ya sea la paz mundial, eliminar las hambrunas en todo el mundo, o resolver problemas ecológicos como el cambio climático, es considerado una utopía inalcanzable, y su mera consideración una pérdida de tiempo. De cara a tranquilizar a la opinión pública, las estrategias ante estos problemas pasan por buscar los consabidos culpables para quemar el muñeco en la plaza pública y exorcizar los miedos, o bien negar el problema, recurriendo a los “expertos” al alcance. La imagen final de nuestra sociedad es la de un avión que despega antes de que se construya el aeropuerto de destino, o la de un transatlántico navegando entre icebergs

No hay un solo iceberg al acecho, sino varios, cada uno de ellos más grande y más traicionero que el anterior. Está el iceberg financiero de la desenfrenada especulación monetaria, las imparables ganancias y las acciones vergonzosamente sobrevaluadas. Está el iceberg nuclear, con alrededor de treinta países enmarañados en su propia red de conflicto y animosidad, todos ellos capaces de lanzar un ataque nuclear dentro de veinte años. Está el iceberg ecológico, con el volumen de dióxido de carbono en la atmósfera y la temperatura global que no cesa de subir y la docena de instalaciones atómicas que –según coinciden todos los expertos- explotarán tarde o temprano, ocasionando una catástrofe de proporciones mundiales. Y por último, aunque no menos importante, está el iceberg social, con tres billones de hombres y mujeres que se harán prescindibles –carentes de función económica- durante el lapso de vida de la generación actual. [4]

El destino final parece ser la implosión del sistema. La ampliación de las opciones de elección, que se pretende lograr a través de nuevas rondas de procesos de “liberalización”, está destinada a producir enfermedades iatrogénicas (es decir, enfermedades provocadas por el propio tratamiento médico), según se crean nuevos filtros de mediación y las consecuencias de las acciones sobre el conjunto son cada vez más imprevisibles.

No parece casual que en Islandia llamaran a “expertos” a certificar la buena salud del sistema financiero, lo que hicieron cinco minutos antes de que implosionara, mientras gestores de fondos de todo el mundo enviaban los ahorros de sus clientes a los bancos islandeses, bancos en donde sus gerentes usaban este capital con total inconsciencia de las consecuencias de sus actos, ante la mirada de instituciones políticas diseñadas para permitir derechos de participación tan formales como intrascendentes.

Sin embargo, esto no nos da derecho a cruzarnos de brazos, en el futuro iremos encontrando encrucijadas, en las que el mundo deberá decidirse necesariamente por un camino u otro. La implosión no será instantánea, y la mejor forma de evitar perecer aplastados por el edificio que se derrumba es disponer de alternativas coherentes.

[1] La ética protestante y el espíritu del capitalismo <<Max Weber>>
[2] La esencia del Neoliberalismo <<Pierre Bourdieu>>
[3] The Utopia of the Zero-option <<Claus Offe>>
[4] En busca de la política <<Zygmunt Bauman>>

32 comentarios:

  1. Seguimos en lo mismo, como el moscardón que ronda la bombilla,...
    ¿Qué somos?, o derivadas ¿Cual es mi objetivo? no hay respuesta cierta. ¿Relativismo, nihilismo? Quizá realismo.

    Este problema no lo tienen los animales (la vaca lechera), y, a medida que nos alejamos del hombre se difumina totalmente. La pregunta se responde sola:
    La vida, el auto-replicante de origen necesariamente fortuito solo es un resultado de condiciones físicas, como puede ser la caída de una roca por una colina, o un río al mar. ¿Por qué cae la roca? Porque el mundo funciona de esa manera,..., no hay más.
    ¿Por qué se auto-copia el replicante? Porque esa es su naturaleza desde que empezó a rodar por la colina....Hasta aquí las respuestas simples. Pero volvamos a lo complejo, ¿Qué somos? ¿Cual es mi objetivo?

    Podríamos resolver estas preguntas de un plumazo, asimilando lo humano a lo animal, lo natural o lo social. Bien sea implantada (ver por ejemplo efecto halo*), aprendida (religión, ideología) o desarrollada (racional) no deja ser otra creencia, aunque esté implantada en el cerebro como “circuito auxiliar”. Darwinismo social, fundamentalismo religioso son solo pequeñas derivas.

    Podemos rizar el rizo, puesto que el ¿qué somos? pasa a ¿qué deberíamos ser? Y ¿cual es mi objetivo? A ¿cual debería ser mi objetivo?

    No hay matemática sin axiomas, y no hay moral sin axiomas. A lo que usted llama bien común, como idea general imprecisa y utópica, yo le llamo beneficio mutuo, o ley de mínimo daño. Pero no deja de ser una creencia, un principio, otros lo tildan como derecho (los derechos son otorgados por el poder), mas bien costumbre, tendencia natural.

    Un 10% de la población procesa empatía fría**. ¿Son mejores las respuestas de estos que del 90% restante “normales”? Caiga en la cuenta que si utiliza “lo natural, lo sano sería” como respuesta a ese 10% “anómalo”, la respuesta se auto-invalida porque son resultado de un proceso natural, que no necesariamente tienen porque dañar la evolución de la especie. Tenemos ejemplos significativos en diversos gerentes y expertos psicópatas, de alta productividad.

    El axioma humano, en esencia los principios, la respuesta a las preguntas anteriores, es responsable del comportamiento humanizado ante terceros y esperado. Es variable, palmario, solamente se deben observar los distintos comportamientos de las personas. Ahora bien, no todo axioma humano es compatible con otro. Por ejemplo, eugenesia , humanismo, darwinismo social, religión, militarismo, democracia, …, visiones distintas de lo humano.

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    1. Unas creencias, adaptación-creencia, o creencia-objetivo, a la postre configuran diversas ideologías, o bases ideológicas. Necesariamente por ello, y con objetivo de mantener un orden común, una de ellas, o una selección de ellas ha de ser potestativa, si es orden entraña poder explicito, implícito o voluntario. El orden común, mas o menos restrictivo, es una condición natural al axioma, aparte de racional, también coherente con una adaptación natural. Aunque no necesariamente coincidente desarrollado desde un punto de vista racional.
      Enlaza directamente como resultado la ley y costumbres en sus diversas formas. La política con el orden común. La forma de gobierno en quién articula ese orden común. La forma de Estado como se articula.

      Si bien parece simple asimilar orden común a bien común, solamente es posible cuando la articulación del orden es unánime; algo no posible, sería pues orden mayoritario. Aún asi nunca será un bien común, porque el bien es un concepto relativo**.

      ¿Ejemplos de bien común que no sean orden común?
      Una cosa sencilla, tangible.


      “para auto-desmantelar los poderes del estado, el actor más capacitado para proteger el interés colectivo o llevar a cabo estrategias de cambio social“
      Descargar en el Estado potestades aisladas de la sociedad civil (no Estado), no deja de ser un sesgo de responsabilidad externa. Pues en democracia, la política surge de la sociedad, y es obligación de esta mantenerla bajo control.

      “Inicialmente el capitalismo era familiar”
      ¿Rentas de lo inmobiliario-aristocrático a mobiliario-capital familiar?

      “Por supuesto cualquier objetivo que supere el campo de acción del estado-nación, ya sea la paz mundial, eliminar las hambrunas en todo el mundo, o resolver problemas ecológicos como el cambio climático, es considerado una utopía inalcanzable, y su mera consideración una pérdida de tiempo.”
      El cambio climático no es un problema es una constante, aún está por demostrar sea de origen humano. Respecto a los otros casos, muchos de ellos tienen por principal problema la inestabilidad política. Volvemos al caso **, ¿usted empujaría al gordo, que es su amigo? Salvo claro “el gordo” es un chaval de 20 años, hijo de alguien, que aprenderá que las balas matan.
      Lo primero que se debe ver es que el poder del Estado depende de sus armas, su capacidad coactiva en todas sus formas. Si usted quiere proyectar fuera ese poder necesita armas y sangre, o dinero; aunque en este último las garantías de eficacia son escasas por el citado problema político inicial.
      Ambos casos son difícilmente controlables y llevan a tensiones internas que estrangulan y corrompen el estado-nación, ej. EEUU, contra-ejemplo: Suiza.


      A la espera del siguiente post para ver las soluciones....


      *:http://www.youtube.com/watch?v=G8Vo-uP-N0A
      **:
      Como la mayoría de los miembros normales de la población, los psicópatas no tienen demasiado problema a la hora de resolver el dilema presentado en el caso 1. Dan al interruptor y el tren se desvía, matando a una sola persona en lugar de matar a cinco. Sin embargo (y aquí es donde la cosa se pone interesante), a diferencia de la gente normal tampoco tendrían demasiados problemas en el caso 2. Los psicópatas se quedarían muy tranquilos empujando al tipo gordo a las vías sin pestañear, si no queda más remedio.

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    2. Buenas Colapso,

      He leído detalladamente todo su comentario, y creo haberlo entendido. Seguimos donde lo dejamos en el anterior post, con el "bien común". A mi juicio se hace las preguntas equivocadas, al intentar partir de un principio, el axioma humano, que defina el resto. Tiene mucha confianza en la lógica, en la filosofía abstracta y coherente, pero creo que no es una forma práctica de razonar ¿por qué? Tiene que partir de lo real, de lo que ya es, y realizar un proceso de inducción o inferencia (espero que se entienda, no busco precisión semántica) para llegar al axioma humano. A partir de ahí tiene que seguir un proceso de deducción para llegar a la distinción entre orden y bien común. Todo el proceso es erróneo, a mi juicio.

      ¿Por qué no razonar directamente a partir de lo real, de lo que ya es? El orden, sea común, o sea una imposición de unos a otros, ES, está dado. Ante esto una pregunta es ¿por qué este orden y no otro? o de otra forma ¿cual es el mejor orden? Y la respuesta no puede ser UNA, dado que dependerá de los valores, de las creencias que tengan las personas que van a formar parte de ese orden. Pero en el instante t, en el ahora, sin duda esas creencias dan lugar a un "bien común", que no "orden común" ¿Por qué bien, y no orden? Porque a la pregunta sobre el mejor, solo se puede responder con el bien, concepto relativo, el bien es A, porque A es mejor que B. En eso estamos de acuerdo, el bien solo puede ser relativo, y además, como he dicho antes, dependerá de las creencias en el momento t, y en el t+1, no es algo eterno e inmutable, depende de los valores de las personas.

      Ante esto, algunos liberales responden como usted, no puede ser común, en todo caso es mayoritario. Puede ser, pero no implica necesariamente mayor coacción que el orden anterior, el orden que ES, el orden que está dado. La negativa a cuestionar el orden solo puede ser una forma de coacción, eso es algo evidente.

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    3. La respuesta no es sencilla porque la pregunta no lo es, pero espero que se entienda.

      Respecto a la capacidad del estado, al menos en esta sociedad, es un hecho empírico. La capacidad del estado proviene de la sociedad civil, es cierto, pero eso no quiere decir que la sociedad civil sea capaz de crear (de momento) formas de coordinación para todos los fines que quiere alcanzar tan potentes como el estado. Y la historia nos muestra numerosos ejemplos.

      Cuando digo que el capitalismo era familiar estoy hablando de una norma consuetudinaria, no de carácter normativo, y por supuesto de un promedio. Un promedio que se fue rompiendo en EEUU y Alemania, y que dio origen a la corporación moderna, y mucho más tarde en UK. El libro clásico sobre la cuestión es "The managerial revolution" de James Burnham.

      Ponga usted el objetivo que quiera a nivel tras-nacional. Que el cambio climático sea una constante, o que no sea de origen humano no quiere decir que no sea un problema. Son características compatibles: de origen no humano, constante y problemático para la humanidad. Dicho esto, su postura se parece mucho a la de negar el problema.

      Respecto al resto de problemas, muchas veces "lo político" nos ciega ¿que fue antes el huevo o la gallina? ¿Hay hambruna por problemas políticos o problemas políticos por la hambruna? Yo opino lo segundo, por razones que he expuesto en el anterior post, condiciones del sistema y de como se crea la integración social a partir de las necesidades de los propietarios y de los que trabajan para ellos. Respecto a la paz mundial misma cuestión ¿huevo o gallina?

      No dice usted nada sobre lo que es el núcleo de este post, los problemas que ineludiblemente enfrenta el orden liberal, dado lo que ellos entienden por procesos de "liberalización" y de apertura de opciones para la acción racional ¿El que calla otorga?

      saludos,

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    4. Por una parte es interesante que hable de la falacia de atemporalidad (delta_t), es muy recurrente. Pero este no es el caso, pues yo SIEMPRE vinculo el orden común a la sociedad civil, parece usted inferir que está bloqueada; “sociedad civil momificada”, falaz.
      Una metáfora: yo sé lo que es el horizonte, cuales son sus elementos característicos, pero no sé/conozco todo lo que hay ahí*.

      No acabo de entender lo del orden dado, “de lo que ya es”, pues es sin duda una falacia de atemporalidad. ¿lo que ya es dónde?¿es igual en todas partes?¿afecta igual a todos?¿el orden común impuesto por unos cuantos (oligarquía) es igual que el impuesto por una mayoría?¿es igual al orden impuesto por la ley impersonal y diferida de la mayoría (la república)?

      Mi forma de pensar es esa, no hay mas. Para mi un humano está representado por un ADN, si tiene o no pelo no lo hace escapar de la clasificación de humano; tampoco si baila rap o piensa que el asesinato es una opción (psicópata). Otro tanto con el comportamiento de primera y tercera persona de singular que sintetizo como, axioma humano.

      Es claramente falaz, como algunos insinúan, el orden real, se deba exclusivamente a la ley y la represión. Por ejemplo, en la creencia, principio o tendencia de no matar al prójimo, ¿a alguien se le puede ocurrir que la mayoría no mata porque lo pueden meter en la cárcel? Estos tipos simplifican lo humano a la caricatura, partidarios de estados policiales.

      El diablo está en los detalles, no es un “bien común” es un “interés mayoritario” que se plasma en un orden común obligatorio, la magia de la ley cuando esta realmente emerge de la sociedad civil es que es impersonal y diferida. Es decir, nadie sabe si sufrirá el castigo de la ley,..., esencialmente esta es la diferencia entre tiranía-democracia del aquí y ahora para personas concretas. Enfrente la universalidad de la ley, justamente única base racional de cualquier sistema que tenga un orden común (de base mayoritaria). Utilizando el manido ejemplo del nazismo, el “bien común” era exterminar a los judíos (malos para la economía), era un interés mayoritario, cumplía los requisitos de un sistema legal, pero bajo ningún concepto los de uno racional (verdad), por extensión como yo opino liberal (libertad).

      “negar el problema” La falacia intrínseca es que considera el cambio un problema. El problema es pensar que todo va seguir igual, cuando cambia constantemente.

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    5. “orden liberal”
      El “orden liberal” es democracia representativa con república constitucional. Por liberal se entiende, lo de siempre (partidarios de la libertad), universalidad y trazos de un axioma humano prototipo (no matar,...), resumido en los derechos constitucionales.

      Habrá visto los liberales utilizamos la amígdala, es decir no tiramos al gordo a la vía, aunque el resultado sean tres muertos en vez de uno. ¿Es el bien común la opción de matar el gordo (la del psicópata)? Ciertamente no sé que puede ser eso del bien común. El orden común como he explicado antes es algo con lo que se puede razonar, no una nube fantasma.
      Parece usted dar por supuesto, dentro del orden común la gente no practicará el bien de forma común, evidentemente cada uno con su criterio.


      ¿Cual es el tratamiento para la discriminación/exclusión social que la propia sociedad provoca? Primera y tercera persona de singular. ¿Acaso cree que las cooperativas y colectivismos no discriminan?

      Mi mente solo funciona con datos enlacen en algún punto con lo real.
      Por ello le vuelvo a plantear las preguntas. ¿Qué es el bien común? Y la más realista ¿cómo se articula? Si es el resultado borroso de una acción conjunta, creo está equivocado pues solo se pueden establecer formalmente las normas, no el resultado.
      Espero el post posterior (el de las soluciones) sea suficientemente detallado. Porque me da la impresión, usted piensa que vuela como en sueños, pero lo que realmente le hace volar (aunque usted piense lo contrario) es esa machacona terquedad de la ciencia experimental.

      “¿El que calla otorga?”
      Solamente cuando está obligado a hablar y tiene capacidad para ello. Lo que usted quiere es que discutamos sobre el tejado, sin tener claro donde deben estar los pilares.

      *: mas aún teniendo en cuenta que el cerebro rellena la mayoría de lo que se ve con recuerdos.

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    6. Buenas,

      Es difícil seguirle y no me extraña que a veces hablemos de rebuznología. "Falacia de atemporalidad" parece ser el nuevo "bálsamo de fierabrás" que por ensalmo cura todos los males ¿Qué preguntas se hace usted sobre el orden? ¿Si es común? ¿Si es adecuado según el "axioma humano"?

      Ejemplo: 4 personas en una isla, 3 se pasan el día cazando y buscando comida, la función del cuarto es comerse la mayoría de la comida que han cogido sus compañeros en una opípara cena nocturna, donde a los atareados cazadores se les deja lo justo para continuar su labor ¿Qué diría usted de ese orden? ¿Qué se preguntarían cada una de las personas?

      Hay dos opciones. Una, investigamos cual es la naturaleza humana, hasta llegar a un "axioma humano" y vemos si realmente es "natural" que haya seres humanos que naturalmente deban disfrutar de opíparas cenas.

      Segunda, comparamos ese orden con otros que se nos puedan ocurrir, que podamos IMAGINAR, el sentido de Castoriadis ¿y que juicios hacemos al comparar? Relatividad, bien y mal, mejor y peor. FIN. No hay axioma humano ni gaita que lo fundo, tan solo es una forma rara de reificación.

      Yo no parto de un axioma humano para edificar a partir de él una sociedad "ideal", porque ya vivo en una sociedad "real". Comparo la sociedad real con la que es a mi juicio "posible", y evidentemente me puedo equivocar. Usted llama a eso "falacia de atemporalidad". Pues me lo explique.

      Lo del nazismo es un buen ejemplo, pero se le ha olvidado que en la ecuación también hay que meter las libertades negativas. No hasta el "infinito y más allá", pero si unos mínimos, lo suficiente para que uno sea "ciudadano", lo cual excluye que a uno le puedan hacer "superfluo", tal y como Hannah Arendt decía que el totalitarismo hacía al individuo. La libertad negativa puede ser un límite movible, negociable en función de la idea de "bien común", pero tiene unos mínimos. Posiblemente también podríamos llegar a la conclusión de que el bien común tiene unos límites mínimos, y que no puede ser expropiado completamente en el altar de la libertad negativa sin un gran coste social.

      El problema son las condiciones necesarias para la vida. Si el cambio las destruye hay un problema, no hay vida, o menos malo, no hay vida humana, o menos malo, la vida humana se hace marginal.

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    7. ¿Por qué democracia representativa con República constitucional? ¿Nos vale lo mismo ahora que en el siglo XVIII? ¿Se tomo una decisión correcta en el siglo XVIII?

      El bien común es una sociedad mejor que la resultante de las buenas cenas construidas gracias a la caza de los demás ¿Será esto una falacia "gastronómica"?

      La articulación es evidente, y es a través de la ley, lo cual no excluye acciones consensuadas con recursos conjuntos. Los atenienses decían "le ha parecido buena está ley a la asamblea". No decían ES buena, dado que no confiaban tanto en su juicio como para pensar que era infalible, ni tampoco creían en un mundo tan estático como para pensar que la ley adaptarse en cualquier momento del futuro a él. Por otro lado daban monedas a quien participaba en ciertas obligaciones cívicas, porque creían que su "bien común" era que participasen todos, y no solo los ricos, y esto lo hacían con los recursos conjuntos (de Laurión, of course)

      El último post sin duda le va a defraudar, pero no crea que no lo lamento,

      Un saludo,

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    8. Veo cierta molestia por bautizar conceptos para mi uso interno, que posteriormente escribo. Un defecto,..., pero tampoco es para tanto.

      Falacia de atemporalidad, es aquello que sucede a tiempo-contexto constante, o sea, imposible.

      Veo por otra parte no le gusta lo del axioma humano, me resulta difícil poner un ejemplo dado no ha entendido el concepto. En esencia es una jaula-espacio lógico con el objeto de establecer un concepto, lo que sería la unidad de orden, del orden común derivada racional. De otra forma ¿existe el axioma animal? Y el orden animal,..., yo creo que si. Por ejemplo una sociedad totalmente individualista se parece a un rebaño de ovejas. El comportamiento de unos con otros existe,...,no es ninguna invención; lo tipifico con el repudiado concepto anterior. Probemos con otro creencias de orden humano.

      El ejemplo que ha dado no deja de ser curioso, pues bien podrían ser padre, madre, hijo mayor y el cuarto hijo pequeño, si el orden es voluntario. Si es forzoso no es orden común, 3 mayor que 1.

      “hay que meter las libertades negativas”
      ¿Y por qué? Si lo humano es el objeto de su naturaleza y no el sujeto. Cualquier tipo de aniquilación de los débiles y una purga de “la enfermedad social” está justificada. Lo que vengo a decir, con ciertas forma de “razonar” las libertades civiles no pegan ni con cola.

      “participaba en ciertas obligaciones cívicas, porque creían que su "bien común" era que participasen todos” ¿Obligación común o bien común?

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    9. “El bien común es una sociedad mejor que la resultante de las buenas cenas construidas gracias a la caza de los demás ¿Será esto una falacia "gastronómica"? ”
      Demagogia. El concepto de bien común aún no ha sido ni definido ni prototipado. ¿Exactamente de que hablamos?

      “El último post sin duda le va a defraudar, pero no crea que no lo lamento, “
      La doble negación es difícil de entender. De todas formas si tanto me decepcionaran sus post no los leería. Como ya he dicho en el post anterior, verdad es libertad. Solamente busco otras visiones por si pudiese estar equivocado, y ciertamente pienso que afronta el tema con honestidad intelectual, es decir busca la verdad.

      Lo que creo dilucidar con cierto esfuerzo, lo mio va de reglas racionales y lo suyo de opciones racionales. Es un matiz pequeño pero a mi entender de suma importancia, porque no pueden tomarse decisiones ajustadas a un orden si no se conoce cual es su operativa y límites previamente. Yo no explicito que sea bueno o malo de forma absoluta, conceptos para mi falaces. Pero el orden, sea cual sea, no es relativo, siempre tiene una forma por definición. Pero como se erige ese orden depende de las “creencias sobre lo humano”.


      Un saludo.

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    10. Buenas Colapso,

      Veo un "problemilla" en su argumentación, y es que yo jamas he afirmado que algo deba suceder a tiempo-contexto constante. Lo que he afirmado es muy sencillo, la noción del bien común surge de la comparación del presente con un futuro imaginario que el ciudadano es capaz de imaginar como "mejor". En nuestro ejemplo, 3 individuos imaginan un futuro mejor, en el cual todos cazan y comparten la cena, o bien, todos cazan y cada uno se come lo suyo. En cuanto los tres que cazan se lo imaginan como "bien", ya se convierte en "común", en puridad deberíamos afirmar "mayoritario" como usted ha puntualizado antes, si bien que sea mayoritario no lo invalida, dado que difícilmente se puede justificar el minoritario debe prevalecer.

      Si en lugar de tomar esta concepción sencilla, buscamos una más "alambicada", creyendo ir hacia algo superior en realidad damos entrada a la tiranía y al totalitarismo. En efecto, ese "axioma humano", al ser axiomático, y por definición incuestionable, corre el riesgo de convertirse en MI razón, que debe prevalecer sobre la del resto, incapaces de comprender la suprema elegancia racional del "axioma humano".

      Sin duda no nos estamos entendiendo, lo cual era de esperar ¿quien ha dicho que lo humano es el objeto de su naturaleza? ¿No es usted el que defiende eso partiendo de la hipótesis del axioma humano? Yo ni me lo planteo, pongo en paréntesis "la arrogancia de la razón", afirmo que es posible la racionalidad, que es posible sopesar fines y medios, pero no llegar a una solución definitiva ¿es el humano sujeto y objeto? No lo sé, ni necesito saberlo, tan solo parar los pies a cualquiera que a través de un conocimiento de ese tipo se crea en el derecho de hacer que su razón impere sobre las demás.

      No pueden tomarse decisiones ajustadas a un orden, si cada dos por tras cambiamos de orden. Pero establecer ese principio ya supone dar una prioridad al orden presente. Reitero que los griegos decían "la ha parecido bien a la asamblea", esto supone adoptar una postura humilde respecto a la razón humana que hoy pocos comparten. También supone castrar motores de cambio que pueden ser necesarios socialmente. En este punto, y dado que encontramos peligros a ambos lados, pero claramente mayores de su lado, debemos confiar en el buen juicio y humanidad de las asambleas, no tenemos bases empíricas para afirmar lo contrario.

      un saludo

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    11. Parece un dialogo de besugos...aunque yo soy el malo: "pero claramente mayores de su lado"

      Un axioma/creencia es algo no demostrable por definición, no hay más. ¿Quien ha dicho que fuera incuestionable? De hecho si sigue la argumentación se habrá fijado que lo vinculo a cada uno de los individuos como algo distintivo y único. ¿Cómo no va poder ser cuestionable? De hecho las creencias de muchos son descartadas en el orden común de la mayoría.
      El solapamiento-intersección de creencias, a terceros, concordantes es lo que constituye el llamado orden común mínimo, principios del orden común. Que las creencias varían con el tiempo es natural.¿Quien ha dicho lo contrario?

      Probar con ejemplo:
      “los tres que cazan se lo imaginan como "bien", ya se convierte en "común", en puridad deberíamos afirmar "mayoritario" como usted ha puntualizado antes, si bien que sea mayoritario no lo invalida”

      O sea, si los tres que cazan deciden que ya es bien,...,ya es bien, aunque al final acaben como estos*. Entonces sería el mal,..., ¿qué era bien o mal? Si esos tres deciden expoliar una isla ajena (ius gentium), contra otros dos, ¿sigue siendo el bien común? ¿Será el éxito, la tesis de los neoliberales, lo que es el bien común? ¿Lo que el insigne definía como políticas con éxito son morales, políticas sin éxito amorales? Lo que sería el: los vencedores escriben la historia y los muertos no protestan.

      -Sigue sin definir bien común-, sin definición, concreción, todo se vuelve arbitrario, y “en el derecho de hacer que su razón impere sobre las demás” lo usual, con la acepción que deja de ser impersonal, a diferencia de la ley.

      ¿El bien común es lo que decide la asamblea? Deificación del “parlamentarismo”,...
      ¿Qué sucede si los tres “cazadores” (trabajadores) deciden que toda la caza a la redonda es de ellos? Y quien vulnere su “ley” (privilegio) sera penado con muerte.

      A diferencia del “bien común”, el orden común no es incontestable.
      Si usted decide que no se pueden robar coches por “bien común”, que alguien robe un coche no lo convierte en destructor del “bien común”, sino en infractor de un orden mayoritario contra un bien particular. Orden mayoritario que considera el robo no está permitido, a diferencia del ladrón que si le parece aceptable en relación a terceros. Sin embargo, en una guerra lo anterior ya es aceptable,...,¿dónde ha ido el “bien común”?
      Si los tres cazadores deciden algo X contrario a Y como “bien común” y cinco minutos después deciden que Y es lo aceptable. En que quedamos ¿cual es el bien y el mal común?

      ¿es relativismo, nihilismo, darwinismo, catolicismo, calvinismo? No, simplemente el bien común es un mito, tanto vale para un roto como para un descosido. Por ello, se parece a demostrar la existencia de dios.

      Una excusa, subterfugio contra el orden común, para extender las garras del Estado Ad infinitum .Total es por el bien,..., como la “reserva” “federal” de EEUU.

      Y vamos acabando la discusión (por bien común) que, de nuevo, no llegamos a conclusión,...,
      :-)

      *:http://www.youtube.com/watch?v=AOOs8MaR1YM

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    12. Buenas,

      Efectivamente lo de los lemmings no era el bien, pero quiero creer que tomaron esa decisión pensando que era el bien. Al final hay que decidir, y ¿qué razón hay para decidir entre una agenda de opciones además de que una es mejor que el resto?

      El "bien común" se define siempre dentro de ciertos límites. Una condición necesaria y que no te puedes saltar es que debes permitir a la gente participar en su formulación. Eso ya se ha dicho en la anterior entrada:

      "El despliegue y la realización de esta libertad presupone algunas disposiciones institucionales precisas, incluidas algunas disposiciones "formales" y "procedimentales": los derechos individuales (Bill of Rights), las garantías judiciales (due process of law; nullum crimen, nulla poena sine lege), la separación de poderes, etc. Pero las libertades a las que dan resultado son estrechamente defensivas (negativas). Todas estas disposiciones presuponen -y se trata del postulado tácito casi general en lo que pasa por ser filosofía política moderna- que haya ahí delante un poder extraño a la colectividad, inamovible, inatacable, por esencia hostil y peligroso, cuya potencia se pretende limitar en la medida que sea posible. Reencontramos así la filosofía tácita de los comunes ingleses respecto al monarca, y la posición explícita de los textos fundadores de la Constitución americana."

      Por lo tanto carece de sentido citar ahora el tema del expolio de una isla, decidido por tres frente a otros dos.

      Para que sea común debe ser decidido conjuntamente, los neoliberales por el contrario, tal y como mostramos en la anterior entrada, intentan por todos los medios que no sea común. "No existe el bien común" dicen.

      De lo dicho hasta ahora se deduce que mientas se respeten los límites individuales es lo que decida la asamblea.

      En ese caso los tres cazadores vulneran los derechos del "comensal", es evidente ¿no estamos dando demasiadas vueltas a cosas muy obvias?

      El "bien común" no es incontestable, una de sus características es su contestabilidad. Lo he dicho varias veces: "Le ha PARECIDO bien a la asamblea" no es "la asamblea HA DEFINIDO EL BIEN". Al decir "parecido", se asume que la Ley se puede volver a cambiar cuando se vea que no da los frutos previstos.

      Respecto a cambiar a los cinco minutos, ya le he dicho que en ese sentido tenemos que confiar en el buen sentido de las asambleas. En el lado contrario tenemos algo peor, un orden inmutable, que una vez establecido, "de una vez y para siempre" puede ser un freno tremendo a la libertad de los individuos.

      Con mi concepto del bien común no pretendo extender las garras del estado más allá de lo aconsejable: una libertad positiva razonable para cuestionar la institución colectiva.

      Un saludo,

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  2. Hola Jesús, otra vez enhorabuena.
    Me gustan mucho estas entradas sobre la libertad, y me están siendo muy útiles porque las intuiciones del día a día, se ven confirmadas por tu repaso de los pensadores más importantes de los últimos tiempos, en especial de Bauman sobre el que me he conseguido el libro de modernidad líquida. Y una de las certezas a la que creo llegar, de tu mano y de la de Bauman, es que el proceso de individualización ha sido paralelo al de desubicación social, y a la destrucción de lo público como bien común al que aspirábamos como clase social. Del estamento, a la clase social, y de allí al individuo en una ola, en un avión, o en un barcos, sin aeropuerto o puerto de destino. ¿ Hay alguien menos libre que va en una jaula sin saber siquiera a dónde va, sin ni siquiera referencias, aunque vayamos en clase de negocios?

    Gracias amigo.

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    1. Exacto, lo has captado. La metáfora de la jaula es potente y es el núcleo de mi razonamiento. Lo que yo propongo es un individuo que sea capaz de crear sus propios significados y que de sentido a su vida dentro del sistema pero sin estar condicionado por él. Al mismo tiempo, es un individuo activo capaz de participar en el bien común, y de tratar de definirlo de forma cooperativa. Por supuesto eso depende de cada persona, lo que yo intento esbozar es el marco institucional en el que eso sea posible, o mejor dicho, más posible que ahora ¿Será posible? Cuadrar todos los fines deseables al mismo tiempo no es posible, al final llegamos a una cuestión de valores, y ahí si creo que estaremos de acuerdo, los valores mayoritarios deben definir el bien común, y que no nos lo defina "la razón" de otro.

      gracias a ti, Urbez,

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  3. Chapeau Jesús ¡! Excelente análisis ¡! Totalmente de acuerdo en el tema de los valores. Son los que nos marcan, vaya la redundancia, el marco. Después de leer los libros de Tom Crompton, sobre todo este http://valuesandframes.org/download/reports/common_cause_report.pdf

    que ha vuelto a recordarme a Lakoff y las metáforas de la vida http://caracteres.wordpress.com/1989/03/06/sobre-metaforas-de-la-vida-cotidiana-de-lakoff-y-johnson/ un ya clásico de los 80 que descubrí hace un par de años, veo muy útil los gráficos de valores del handbook http://valuesandframes.org/download/reports/Common%20Cause%20Handbook(2).pdf

    y esa casi imposibilidad de acuerdo entre los valores del neoliberalismo y los valores del bien común que en el círculo están totalmente opuestos. Tom Crompton, seguramente apoyado en Lakoff, muestra como juegan con esos marcos o “frames” para que entremos en su juego. Así como indicas, no es quien tiene razón o no, sino de tener en cuenta o criticar los valores que están subyacentes en la sociedad. Evidentemente quien tiene el poder, juega con él y dicta el marco que más le interesa. Las consecuencias se están viendo ahora tanto a nivel ecológico como social. Creo que es hora de girar 180 grados el marco de esos valores y encontrarnos con los valores universalistas y del bien común. Por cierto, estuve hablando el sábado unos 5 minutos con Richard Wilkinson, el de la desigualdad, un tipo sencillo y encantador. En el programa hacia las 16:25 está su charla y su pdf http://www.policyreview.tv/conference/936-resurgence-2013 Era del único que había leído su libro pero no recuerdo si tenía el gráfico del narcisismo o es nuevo (pag 15 del pdf), pero desde luego las evidencias de ese crecimiento de narcisismo en USA correlacionan simétricamente.

    Un saludo

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    1. Buenas Bienestar,

      Muchísimas gracias por tus siempre interesantísimos enlaces, los miraré con calma. Precisamente el libro de Wilkinson, del que como recordarás puse algún vídeo en la segunda entrada, es uno de los que tengo ahora en línea de salida inmediata.

      Sigue manteniéndonos informados.

      un saludo

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  4. Vaya, así que dos artículos en 1 semana, veo que te cunde.

    Por cierto, estoy pensando en recoger algunos post tuyos y pasarlos a pdf para tenerlos guardados (lo que más me interesa es el cambio monetario), pero como tampoco son muchos igual los guardo todos los del blog (comentarios incluidos), si quieres cuándo lo haga te lo paso y los cuelgas.


    ¿Qué te ha parecido el nobel a E.Fama después de la que está cayendo? Yo creo que la frase de Luis Garicano en fedea lo resume todo:

    Lo paradójico es que para que el EMH (efficient market hypothesis) en el que se basa esta entrada se cumpla, deben existir agentes (léase inversores) que se dediquen a actuar en base a la información públicamente disponible, de manera que los precios reflejen, casi instantáneamente, los flujos esperados que se deriven de un producto financiero.

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    1. Buenas Campos,

      Como verás, entre el segundo artículo de esta serie y el tercero pasó más de un mes, durante el cual termine de leer los libros que me faltaban. Estos dos últimos artículos son más breves y el trabajo necesario está hecho, así que llevará poco tiempo escribirlos.

      Respecto a la cuestión monetaria este lunes publicaré un pequeño artículo en relación con la crisis fiscal en EEUU. Será una aportación pequeña.

      Me parece bien pasarlo a pdf, supongo que el objeto es poder visualizarlo en uno de esos libros electrónicos ¿no? Si es así no dejes de poner en el pdf la fuente original. Cuélgalo tú en algún lugar público y ya lo cojo yo de allí y lo pongo en algún lado en el lateral.

      Respecto al premio a Fama he dado mi opinión en el blog de Laborda en Voxpópuli, el único foro libre que yo conozco junto a El País dentro de los medios digitales españoles. La cita inicial es de Edgar Morin, “el pensador planetario”

      "la economía, que es la ciencia social matemáticamente más avanzada, es la ciencia social humanamente más retrasada, pues ha abstraído las condiciones sociales, históricas, políticas, psicológicas y ecológicas inseparables de las actividades económicas… Quizá la incompetencia económica haya pasado a ser el problema social más importante"

      Esto habría que escribirlo en letras de oro en cada parada de autobús, metro, coche ¿Como es posible que le den el premio a Fama? ¿Como es posible que den el premio a trabajos que son contrapuestos entre si?

      La cuestión es sencilla, se trata de la libertad. Lo racional no se discute, no se discute la gravedad, simplemente existe, o simplemente es bueno, como los mercados eficientes ¿Y para que quiero mercados eficientes? En teoría para producir más con menos, eso es la eficiencia, la segunda solución no vale, el trabajador que no de la talla no vale ¿y para que quiero la producción? Resulta que no hay problemas de producción, hay problemas sociales y problemas ecológicos ¿Entonces?

      Elijo entre el gel o el jabón, pero no tengo ni la más mínima influencia en la "racionalidad" que gobierna mi vida. Se mete al individuo en esta jaula de hierro en un viaje cuyo destino ni el más avezado adivino conoce y se borra el rastro de todo lo que no es elegible.

      Entonces viene un vendedor de crecepelo llamado Fama o llamado Buchanan y nos dice que no hay "bien común", y con esa monserga nos cuela de rondón SU BIEN COMÚN, que desde entonces es dado para nosotros y nos vemos obligados a aceptarlo. Así funciona todo, se trata camuflar en el horizonte todo lo que artificialmente no es electivo.

      Y dejaba un link a la tercera entrada de la serie

      un saludo,

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    2. Hola a ambos, en mi opinión para que el mercado de bienes y servicios sea verdaderamente eficiente (y/o humanamente eficientes) es necesario que los mercados laboral y de capitales esten debidamente regulado (evitar abusos, que empiricamente se han dado desde el comienzo del desarrollo capitalista),uno de los grandes problemas del ultraliberlismo es considerar que la naturaleza de estos tres mercados se puede tratar de la misma manera.

      Un saludo.
      Don QuiSancho.

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    3. "es necesario que los mercados laboral y de capitales esten debidamente regulado"

      Bueno yo es que todavía no conozco un mercado laboral que no esté regulado o que pueda prescindir de ello.

      El pdf en principio era sólo para mí, pero ya que daba el trabajo me pareció bien comentártelo, lo subiré a scribd probablemente y te avisaré, lo más probable es que tarde en hacerlo, ahora mismo estoy liado con los estudios (grado en economía precisamente). Pondré la fuente, de éso no te preocupes :)

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    4. Buenas Don QuiSancho,

      Tienes razón, y seguramente ha sido así hasta hace unas décadas. Pero si Claus Offe está en lo cierto, y yo creo que si, ahora mismo la coordinación coherente de los distintos mercados está fuera del alcance de cualquier potencia terrenal, al menos con las herramientas que manejamos. Ese camino está agotado, hay que coger otro, llámalo economía del "bien común", no sé, pero si no se incorporan en la propia lógica de los actores las herramientas que hagan compatible su acción con el resto de subsistemas creo que no hay regulación que valga.

      Aún así, yo voy más lejos, y he empezado a cuestionar la lógica de lo que nos dicen ¿para qué quiero la eficiencia? Hacer más con menos es bueno, pero cuando ese menos significa menos trabajo, y menos trabajo significa más subclase, o bien subes la producción hasta que agotes todos los recursos y se llegue a un colapso, o bien empiezas a cuestionar la lógica del sistema.

      un saludo,

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    5. Buenas Campos,

      Me parece bien lo del pdf. Por mi parte no hay prisa, es idea tuya, tu mismo, ;-)

      un saludo,

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    6. Hola Jesús. Pues sí, seguramente estemos asistiendo al colapso del capitalismo (que no del mercado), entendido como el proceso exponencial (capitalización compuesta, la capitalización es siempre compuesta aunque el interés fuera simple, no caigamos en la trampa de Rallo) de acumulación de capital monetario (y también físico), cuestión para lo cual el Keynesianismo (que buscaba contentar a todos), no tiene respuesta.


      Un Saludo,
      Don QuiSancho

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    7. Buenas Don QuiSancho,

      No pillo ahora mismo lo de la trampa de Rallo (quizás por las cervezas que ya llevo en el cuerpo, mientras preparo la cena). El proceso de instalación física de capital a ritmo exponencial está concluyendo, yo también creo lo mismo, los Meadows preveían que la producción industrial per capita picaría unos pocos años más tarde de donde estamos, eso no implica que no continué el crecimiento, mientras suba la población, y parece que su predicción está siendo bastante certera, de momento, lo que es sorprendente, dada su dificultad.

      A nivel político yo he llegado a la conclusión que la socialdemocracia no tiene respuestas para los problemas actuales, pero la cuestión fundamental no es la economía, que en realidad es algo más o menos dado, sino la sociedad. Podríamos resumirlo con la siguiente sentencia,
      haciendo alusión a la crisis iniciada en los 70: "ante una crisis que no podía resolverse según la lógica del sistema, se decidió salvar las instituciones por encima de las personas", y en esas estamos ¿dejamos el mundo como está o salvamos las personas?

      un saludo,

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  5. Hola Jesús, me refiero a cual es la diferencia real entre interés simple y compuesto:

    - Desde un punto de vista microeconómico, como los préstamos son limitados en el tiempo matematicamente para todo tipo de interés compuesto existe un tipo de interés simple mayor tal que el monto total de los intereses es igual en ambos casos. Aunque los intereses a pagar se calculan como interés compuesto en realidad se pagan en forma de cuota constante equiparable a un interés simple.
    - Desde el punto de vista macroeconómico, si las rentas obtenidas de un préstamo se emplean en conceder nuevos préstamos el efecto acumulativo global del interés simple es compuesto.

    Conclusión: en realidad la diferencia entre interés simple y compuesto es una cuestión semántica, en mi opinión si se prohibiera el interés compuestos, los tipos de interés serían mayores y todo quedaría igual.

    Y es aquí donde entra nuestro amigo Juan Ramón Rallo, que por un lado dice esto:

    http://www.libertaddigital.com/opinion/juan-ramon-rallo/el-barbero-rico-y-el-interes-compuesto-57987/

    Y por otro en su master de Value Investing sus profesores defienden buscar calores de capitalización anual de entre el 20% y 30%, que me expliquen como esto, en un sistema con oferta monetaria de rendimientos decrecientes puede considerarse un jugo de suma no cero:

    http://www.youtube.com/watch?v=7l3_PDdSsOI&NR=1&feature=fvwp

    Un saludo,

    Don QuiSancho

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    1. Buenas Don QuiSancho,

      Queda claro el concepto, y el peligro del "amigo" Juan Ramón ¿merece la pena el vídeo? He visto que dura una hora, y el tiempo es "oro" ;-)

      un saludo,

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    2. Hombre, pues si se dispone de poco tiempo, la verdad es que no, solo lo he puesto a modo de prueba de lo dicho.

      Un saludo

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    3. Estupendo,

      Tengo por norma leer todo lo que dejan los lectores, pero cuando ya supone un esfuerzo considerable me lo planteo, hay muchos vídeos interesantes para ver mientras se come o cuando se está cansado.

      En el futuro voy a hablar sobre el tema del rentismo, para ponerlo en perspectiva, y el artículo que has dejado de Rallo me viene bien.

      Por cierto también estaba interesado en tu opción monetaria, que era el crédito social. No sé si hay algún libro, preferentemente en castellano, sobre el tema.

      un saludo,

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    4. Pues la verdad es que solo he encontrado referencias en internet, si me entero de algo te informo. De momento solo te puedo pasar en enlace a wikipedia, jeje

      http://es.wikipedia.org/wiki/Cr%C3%A9dito_social

      Un saludo

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    5. Es poco para valorarlo,

      Si lees la entrada que acabo de publicar, verás que considero que las monedas complementarias y el dinero sin interés, con totalmente compatibles, de hecho, la mejor opción estratégica es apostar por las monedas complementarias con apoyo legal estatal. El crédito social es también quizás compatible con estas opciones, no lo sé, ya te digo que es poco para valorarlo.

      Mi reflexión sobre la libertad me ha llevado a valorar mejor "lo público", pero sobre todo a pensar que una de las claves para el cambio, la cooperación, es hoy en día muy compleja. Para hacer posible la cooperación, planteo que hay que enfocarse en una lista de medidas pequeña y que haga compatibles muchos fines distintos (y cada cual poner algo de su parte, evidentemente). Una vez comprendes esto, la complementariedad es un valor en alza.

      Un saludo,

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    6. Hola de nuevo, acabo de leer el ultimo post. Pues sí, dado el actual bloqueo (por decirlo de forma suave) de la clase política, creo que las monedas complementarias (de carácter social, no el bitcoin ese), así como cualquier tipo de iniciativa civil cooperativa será imprescindible (y por otro lado una excelente oportunidad) para que tenga lugar el cambio de paradigma.

      Un saludo,
      Don QuiSancho

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