lunes, 27 de enero de 2014

¿Estamos entrando en una nueva fase de la crisis sistémica global?


Me ha pillado de sorpresa (no por ser inesperado, sino porque lo esperaba para dentro de unos meses) la noticia del derrumbe del peso argentino y la lira turca. Ya advertíamos en el último post que dedicábamos a analizar la situación económica y financiera de España que era previsible una crisis en los países emergentes:

Hay un cierto patrón de crisis financieras durante el periodo de globalización, que se corresponde con las dificultades de financiación de los déficits de las balanzas de pagos. A una primera crisis en los países emergentes, le sigue una crisis, una década después, en los países desarrollados, y tras esta la crisis vuelve a los emergentes al cabo de cinco años.

Siguiendo ese patrón a la crisis de deuda de los ochenta en Latinoamérica (y Asia) le habría seguido el pinchazo de la burbuja japonesa y la crisis del mecanismo de tipo de cambio europeo, a principios de los 90, luego la crisis de los Tigres asiáticos en 1997, la crisis de las hipotecas subprime diez años después, y ahora, trascurridos cinco años desde el momento álgido de esa crisis, toca otra vez crisis financiera en los países emergentes. Esto parece, y es, la cuenta de la vieja, pero de momento se viene cumpliendo de forma implacable.

lunes, 20 de enero de 2014

Dinero vs Energía: El pensamiento económico de Frederick Soddy


Casi siempre los hombres que logran estos inventos fundamentales de un nuevo paradigma han sido muy jóvenes o muy nuevos en el campo cuyo paradigma cambian.
Thomas S. Kuhn La estructura de las revoluciones científicas (1962)


¿Es posible que el mayor legado de un premio Nobel haya permanecido por largo tiempo en el olvido? Tal parece ser el caso de Frederick Soddy, cuyo pensamiento económico está siendo recuperado por defensores de su reforma monetaria como Stephen Zarlenga, y por economistas ecológicos como Herman Daly.

Cuando Soddy comenzó a interesarse por la economía era ya premio Nobel de química, por su contribución al estudio de los fenómenos radioactivos y la demostración de que existían átomos con las mismas propiedades químicas y distintos pesos moleculares, que denominaron isótopos. El trauma de la I guerra mundial le hizo plantearse el sentido de su actividad investigadora ¿Para qué descubrir las leyes de la naturaleza si estas serían empleadas en el diseño y creación de máquinas de guerra destinadas a la destrucción?

¿Qué clase de mundo alcanzaríamos si la energía atómica alguna vez llegase a estar disponible […] Si el descubrimiento se realizara mañana, no hay una nación que no se lanzase en cuerpo y alma a la tarea de aplicarlo a la guerra, tal y como lo están haciendo ahora en el caso de las recientemente desarrolladas armas químicas de gas venenoso. […] Si [la energía atómica] llegara bajo las condiciones económicas existentes, significaría la reducción al absurdo de la civilización científica, una aniquilación rápida en lugar de un colapso no muy persistente. [1]