miércoles, 26 de junio de 2013

Una prisión llamada Europa


La prisión es el único lugar en el que el poder puede manifestarse de forma desnuda, en sus 
dimensiones más excesivas, y justificarse como poder moral.
<<Michel Foucault>>

Queridos lectores,

En la anterior entrada veíamos como se ha fraguado la deprimente situación de España, en concreto cómo y porqué se forjó la burbuja global en la que muchos españoles, y el propio país, se vieron atrapados, y especialmente como se han ido emitiendo garantías sociales descomunales sobre el pago de las deudas privadas.

Dejando a un lado las ayudas directas, que son cuantiosas, quizás penséis que una garantía, un aval (y el importe de estos es absolutamente descomunal), es algo menor, siempre y cuando haya confianza en que el deudor cumplirá sus obligaciones. No, no es cierto, incluso poniéndonos en el caso más favorable, que cada uno de los deudores será capaz de hacer frente a sus obligaciones y no será necesario ejecutar los avales, incluso en ese escenario de cuento de hadas, el coste es tremendo. Lo es porque ha limitado nuestro campo de acción, nuestras decisiones, y nos ha dejado con tan solo dos caminos posibles, el impago soberano, o el lento repago de la deuda externa hasta que esta se sitúe en un nivel aceptable, un vía crucis en toda regla, un nuevo camino de servidumbre.

El impago soberano es, como todo el mundo percibe de forma instintiva, un tabú, que se vende como propio de un país tercermundista. En realidad es una agresión a los que tienen el poder, y todos dan por hecho que no nos van a perdonar.

El país se encamina por tanto al lento repago de la deuda externa, y para ello deberemos no solo crecer, aunque sea un poquito, sino (como ya hemos explicado otras veces) mantener superávits continuados en la balanza por cuenta corriente de pagos internacionales, dicho de forma simple, deberemos hacer más pagos al extranjero de los que ellos nos hagan a nosotros. Eso se consigue básicamente exportando más de lo que importamos ¿Seremos capaces de lograrlo?


La evolución de nuestra balanza de pagos: Ahorrad, ahorrad malditos!!!

España nunca se ha caracterizado por ser un “Tigre del Mediterráneo”, dado el escaso dinamismo de sus exportaciones. El primer superávit de nuestra historia en la balanza por cuenta corriente se consiguió en el tercer trimestre de 2012, si bien para el conjunto del año el resultado fue todavía negativo.



jueves, 13 de junio de 2013

España, un país en el camino de servidumbre, y el auge y caída de las Cajas de Ahorros


Es feo ser digno de castigo, pero poco glorioso castigar.
<<Michel  Foucault>>
Queridos lectores,

Tras el colapso de nuestra burbuja inmobiliaria el país se encuentra con un sistema financiero que sigue siendo insolvente, y una sociedad abrumada por el peso de sus deudas.

El origen de la citada burbuja estuvo en la especulación sin freno de un sistema financiero que buscaba bonus y salarios cada vez mayores para sus gestores, la corporatocracia empresarial (y política, en el caso español), sin responsabilidad legal o patrimonial alguna por sus actos y decisiones al frente de las entidades que dirigían. Mientras esto ocurría, los burócratas miraban para otro lado y hacían dejación de sus responsabilidades en la regulación.

Pero es también consecuencia de dos circunstancias únicas de la historia contemporánea. Una de ellas está transformando el mundo en que vivimos, otra tenía vocación de hacerlo, aunque ha resultado hasta ahora un sonoro fracaso.


El origen poco publicitado de la burbuja global (y española)

La experiencia ha mostrado que las burbujas financieras, y el boom de crédito que llevan aparejado, vienen precedidas por un periodo inusualmente favorable de flujos de capital del extranjero hacía el país afectado. Una avidez singular de los prestamistas internacionales por adquirir acciones en la bolsa local, o por prestar ingentes sumas a la banca local, es decir, un periodo de exuberancia irracional de capitales flotantes:

La antesala de una crisis bancaria suele caracterizarse por un incremento sostenido en los flujos de capital, lo que Reinhart y Reinhart llaman una “bonanza en el flujo de capital” […] Estos hallazgos en torno a las bonanzas en el flujo de capital coinciden asimismo con otras regularidades empíricas asociadas con los ciclos crediticios. En un estudio sobre los ciclos crediticios en las economías avanzadas y emergentes, desde una perspectiva muy distinta a la apenas expuesta, Mendoza y Terrones muestran que en los mercados emergentes los booms crediticios suelen venir precedidos de oleadas de flujos de capital. [1]