lunes, 23 de diciembre de 2013

Cómo conocí a mi extractor de rentas y entré en servidumbre por deudas: “Capitalismo popular” o el auge del capitalismo de los rentistas


Incluso los hombres que se dedicaban a la organización de explotaciones agrarias e industriales con trabajadores bajo servidumbre por deudas en los distritos algodoneros americanos, en las antiguas plantaciones de caucho, y en las fábricas de la India, China y el sur de Italia, aparecieron como generosos simpatizantes y suscriptores de la sagrada causa de la libertad individual.

Tan solo algunos pocos años después del comienzo de lo que Eric Hobsbawm llamó “Las décadas de crisis”, cuyo inicio podríamos establecer en el shock petrolero de 1973, los partidos conservadores en Reino Unido y EEUU conseguían desbaratar por completo los fundamentos políticos que habían sustentado “La edad de oro del capitalismo”, el periodo entre 1945 y 1973 en el que las tasas de crecimiento de la economía alcanzaron niveles sin parangón en la historia de la humanidad.

Los conservadores supieron llegar al nuevo individuo que había surgido de la enorme transformación social llevada a cabo durante las décadas de auge.

Los mineros del carbón, que antaño se contaban por cientos de miles, y en Gran Bretaña incluso por millones, acabaron siendo más escasos que los licenciados universitarios. La industria siderúrgica estadounidense empleaba ahora a menos gente que las hamburgueserías McDonald´s […] En 1940 las mujeres casadas que vivían con sus maridos y trabajaban a cambio de un salario constituían menos del 14 por 100 de la población femenina de los Estados Unidos. En 1980 constituían algo más de la mitad. [1]

domingo, 17 de noviembre de 2013

Modernizando a Henry George (y Thomas Paine): pasos hacia una sociedad alternativa


Queridos lectores,

Nunca repetimos lo suficiente las palabras de los grandes pensadores del siglo XX, pero quizás un párrafo que deberíamos grabar a fuego en cada una de las plazas de nuestro mundo es este del “pensador planetario” Edgar Morin:

La economía, que es la ciencia social matemáticamente más avanzada, es la ciencia social humanamente más retrasada, pues ha abstraído las condiciones sociales, históricas, políticas, psicológicas y ecológicas inseparables de las actividades económicas… Quizá la incompetencia económica haya pasado a ser el problema social más importante. [1]

Volver a unir la economía a la realidad física en la que se desarrollan los procesos económicos es el objeto de la economía ecológica, uno de cuyos precursores es Frederick Soddy. Precisamente autores de esta corriente como Kenneth Boulding o Herman Daly se han interesado indirectamente por las ideas que Thomas Paine expuso en su panfleto Justicia Agraria, y que explicábamos al final de nuestros artículos sobre la libertad. Digo indirectamente porque en realidad han prestado atención a las ideas de un economista clásico, seguidor de David Ricardo, no-académico (al igual que Frederick Soddy ¿Será la universidad una máquina de machacar el pensamiento autónomo?) y con un fuerte sentido ético, llamado Henry George.

martes, 5 de noviembre de 2013

La sociedad de la corrupción: auge del homo corruptus y degradación del significado de la democracia


Queridos lectores,

Durante nuestra larga reflexión sobre la libertad hablamos sobre el auge del pseudo-índividualismo inauténtico postmoderno, el individuo que emergió con la sociedad de consumo; también del giro que dio la filosofía política a finales del siglo XIX, con el rechazo del concepto del “bien común”, que llegó a la práctica política diaria gracias a la ciencia económica, coincidiendo con la emergencia de la sociedad de consumo, y que implica un cambio radical en nuestra forma de entender la política, de una herramienta para cambiar el mundo, a una herramienta para gestionar la parte del mundo que “desgraciadamente” no es gestionada por “el mercado”; y también hablamos de los crecientes problemas de coordinación de los distintos fines individuales entre sí, a medida que la sociedad se hacía más compleja, y diversos grupos se hacían cargo de procesos clave, a través de los cuales filtraban y preseleccionaban las opciones que serían elegibles por los individuos.

En nuestro análisis hemos empleado un nivel de abstracción considerable, pero estoy convencido de que más de una vez habréis pensado que lo allí narrado estaba relacionado con hechos muy terrenales, con el día a día en el trabajo, y en nuestra relación con los demás, y con aquello que los medios nos dicen que es noticia.

Mientras escribía esos artículos leí en El País que “Tres menores asesinan a un australiano en Oklahoma porque estaban aburridos”. El vídeo que acompaña a la noticia es enormemente significativo, por esa apelación vacía del representante público a una “comunidad” inexistente, atomizada y disgregada por las fuerzas del mercado. Inmediatamente intuí que la noticia tenía mucha relación con la sociedad actual, cuyas tendencias principales emanan, y son perceptibles de forma más nítida en EEUU. No pensé mucho en la cuestión, pero poco tiempo después leía esto:

Para ser efectiva, la incitación al consumo y a consumir más debe difundirse en todas direcciones y dirigirse indiscriminadamente a cualquiera que pueda oírla. Pero hay más gente capaz de escuchar que gente capaz de responder a ese mensaje seductor de la manera esperada. […] También aprenden que poseer y consumir ciertos objetos y vivir de determinada manera son requisitos necesarios para ser felices; y como “ser feliz” se ha transformado –cumpliendo tardíamente la premonición de Samuel Butler- en la marca de la decencia humana y el único título merecedor de respeto, tiende a convertirse también en condición necesaria de la dignidad y la autoestima humanas. “Estar aburrido”, además de hacernos sentir incómodos, se transforma en un estigma vergonzante, signo de negligencia o de derrota que puede hundirnos en un estado de depresión aguda así como conducirnos a una agresividad socio y psicopática. Citando la reciente observación de Richard Sennett, “en cuanto al comportamiento antisocial, creo que representa un verdadero problema para los pobres”, especialmente quizá para “los adolescentes pobres que están en la zona gris que separa la legalidad de la ilegalidad”. “Esa zona gris” tiene mucho que ver “con cosas como el aburrimiento, tener algo que hacer, algo a lo que pertenecer”. [1]

lunes, 28 de octubre de 2013

Para la libertad… (Epílogo): El futuro de la libertad


¡Maniáticos! ¡Lo habéis destruido! ¡Yo os maldigo a todos! ¡Maldigo las guerras! ¡Os maldigo!
<<George Taylor>> Personaje protagonista de “El planeta de los simios” (1968)

Queridos lectores,

El futuro no está escrito, vamos encontrando situaciones y vamos eligiendo, y ese elegir va creando el futuro. Así pensamos en cuanto a nuestra vida individual, dentro del estrecho marco en el que se nos concede capacidad de elección, entre nuestra limitada agenda de opciones, y nuestra limitada capacidad para imaginar otras opciones.

Una elección ineludible para cada uno de nosotros es encontrar un lugar dentro del mercado de trabajo, un lugar donde no podemos elegir los recursos destinados a la producción, ni la tecnología empleada, ni el objetivo último de dicha producción, ni nuestra autonomía en el puesto de trabajo, ni la cantidad producida, ni las horas dedicadas a la misma. Todo ello es decidido por un orden racional aparentemente impersonal, pero distintas preguntas a lo largo de la historia han cuestionado ese orden, primero fue ¿por qué no puedo trabajar a mi manera?, luego ¿por qué mi participación en la plusvalía en tan pequeña?, y en la actualidad ¿para qué producir tanto? La respuesta de nuestra sociedad a estas preguntas ha sido siempre la misma: el orden panóptico de Jeremy Bentham

Si un hombre no quiere trabajar, nada tiene que hacer, de la mañana a la noche, salvo comer su pan malo y beber su agua, sin un alma con quien hablar… Ese estímulo es necesario para que haga todo lo posible, y no es necesario nada más que eso. [1]

domingo, 20 de octubre de 2013

Secuestros, cierres de gobierno y defaults


Queridos lectores,

Hacemos hoy un breve paréntesis de actualidad en nuestra serie sobre la libertad, de la que tan solo nos resta el epílogo. Este paréntesis viene forzado por la circunstancia de que no se olvide el reciente cierre del gobierno federal de EEUU. Recordemos que finalmente se alcanzó un acuerdo para elevar el techo de deuda, aunque tan solo hasta febrero, lo que permitiría que vuelvan a trabajar los funcionarios hasta mediados de enero.

Hace diez días Stephen Zarlenga publicaba un artículo al respecto en la edición americana de Huffington Post. En él hacía hincapié en diversos beneficios colaterales de la reforma monetaria que ya hemos comentado en el blog, me ha parecido de interés traducirlo y traerlo aquí, habla de EEUU, pero es totalmente extrapolable a Europa y España. Con él os dejo, es breve y al final haré una pequeña valoración.

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Nunca en 225 años toda la fe y el crédito de los Estados Unidos habían sido secuestrados a cambio de un rescate. Pero tampoco nunca en 225 años ha estado lista una solución que puede resolver este problema: el proyecto de ley de reforma monetaria HR2990 introducida en el 112 º Congreso por Dennis Kucinich.

Por nonagésima quinta vez en 67 años, el congreso y el presidente se enfrentan a pasar una ley para elevar el “techo de deuda”.

Lo que los ciudadanos deben saber es que nuestro país puede pagar su deuda según va venciendo; puede poner a millones de personas a trabajar en la reconstrucción de nuestra infraestructura a punto de desmoronarse; puede proporcionar apoyo federal libre de deuda a los gobiernos estatales con problemas de liquidez, y poner fin a la llamada gran recesión, poniendo dinero en las manos de todos los ciudadanos a través de un dividendo ciudadano. Esto da a las pequeñas empresas lo que más necesitan - clientes con dinero en efectivo para gastar en sus productos y servicios. Todas estas cosas son posibles gracias al proyecto de ley HR 2990 presentado por Dennis Kucinich y co-patrocinado por John Conyers

lunes, 14 de octubre de 2013

Para la libertad… (Excurso): La utopía de las cero opciones


Queridos lectores,

En la primera entrada de la serie veíamos como se creó lo que posteriormente Karl Polanyi llamaría “la satánica rueda” del mercado de trabajo, gracias a la inestimable colaboración del pensador liberal Jeremy Bentham y su vigilancia Panóptica. Posteriormente vimos como se unió a la satánica rueda el “yugo hedonista” de Richard Layard, que popularizara Zygmunt Bauman. Como parte de su entrada en la satánica rueda el individuo debe convertirse en producto y eso se logra consumiendo, ungiéndose al yugo hedonista. Ambos, rueda y yugo, forman “la jaula de hierro” de la dominación racional postmoderna.

Max Weber creó el concepto de “la jaula de hierro” en su libro “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”, publicado en 1905. Para Weber, la economía había desarrollado su propia lógica autónoma e impersonal, una lógica basada en la ética de los calvinistas puritanos, pero una lógica bajo la que todos deberían ahora vivir, aún sin compartir esos valores. De esta forma el individuo perdía el control del sentido de su vida, que era dictado ahora por el sistema, por la jaula de hierro en la cual todos debemos ahora vivir.

Weber fue el primer crítico con el concepto de racionalidad moderna. Era escéptico acerca de la libertad individual que era y sería capaz de proporcionar el capitalismo, y también era pesimista respecto a las soluciones de Karl Marx o Friedrich Nietzsche al respecto:

Nadie sabe quién ocupará en el futuro la jaula de hierro, y si al término de esta extraordinaria evolución surgirán profetas nuevos y si se asistirá a un pujante renacimiento de antiguas ideas e ideales; o si por el contrario, lo envolverá todo una ola de petrificación mecanizada y una convulsa lucha de todos contra todos. En este caso, los <<últimos hombres>> de esta fase del desarrollo cultural podrán ser en verdad evaluados con la siguiente sentencia: <<Especialistas sin espíritu, sensualistas sin corazón: estas nulidades se imaginan haber ascendido a una nueva fase de la humanidad jamás alcanzada anteriormente>>. [1]

lunes, 7 de octubre de 2013

Para la libertad… (III): Libertad para el bien común


Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.
Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.
Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.
<<Miguel Hernández>>

Queridos lectores,

En la primera entrada de la serie veíamos la forma que tomo la libertad al comienzo de los tiempos modernos, no como un derecho universal inherente al ser humano, sino como una relación social con dos extremos. En uno de ellos había un empresario libre, que con su razón calculaba medios y fines, y en el otro extremo un trabajador cuya conducta quedaba determinada exteriormente por la razón del primero.

Posteriormente hemos visto como esas instituciones donde el empresario libre ejercía la soberanía de su razón, llegaron a dominar al ser humano, mediatizando por completo su subjetividad, y determinando tanto las elecciones posibles, como el código de la elección. El individuo quedó atrapado en un orden aparentemente absurdo, pero que analizado en detalle muestra la fría e inexorable lógica de una máquina.

Pero todavía mantenemos la libertad de elegir a nuestros representantes políticos, un derecho que no ha sido fácil alcanzar. En la inmensa mayoría de los países desarrollados el sufragio universal masculino solo se alcanzó durante el siglo XX, anteriormente el voto había estado restringido a aquellos con propiedades y riqueza. Es decir, aunque lo llamamos democracia liberal, las fuerzas del liberalismo que reinaron en el mundo durante más de cien años, apenas fueron capaces de producir unas pocas democracias. Como han indicado numerosos autores, la relación entre liberalismo y democracia es débil, y no fue hasta el ascenso del movimiento obrero y el desplazamiento del liberalismo como ideología principal que se logró la democratización de forma más general.

jueves, 29 de agosto de 2013

Para la libertad… (II): Libertad para ser yo


Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.
<<Miguel Hernández>>

Queridos lectores,

En la anterior entrada veíamos la forma precisa que tomó la libertad en los tiempos modernos, no como una propiedad universal que pertenezca en esencia a todos los seres humanos, sino como una relación social con dos extremos, en el que la libertad de uno de ellos determina la falta de libertad del otro.

Esta falta de libertad se manifestó de forma especial, aunque no exclusiva, en el lado de la producción: la división del trabajo exigía que la conducta del operario fuera determinada externamente. Pero hay un ámbito en el que la sociedad postmoderna aparentemente encontró durante el siglo XX un campo en el que cada uno de los individuos podía ser libre, sin comprometer la libertad de ningún otro: el consumo.

La historia de la sociedad de consumo aparece ligada hasta el momento de forma indisoluble al individualismo, la conciencia de ser un individuo, de ser un yo. Esto que damos por supuesto, la nítida autopercepción de uno mismo, es también un producto histórico que aparece también ligado al concepto de libertad, como hasta aquellos que analizan la libertad desde un punto de vista convencional reconocen:

El dirigente nazi que describió la revolución nacional-socialista como un Contrarrenacimiento estaba más en lo cierto de lo que probablemente suponía. Ha sido el paso decisivo en la ruina de aquella civilización que el hombre moderno vino construyendo desde la época del Renacimiento, y que era, sobre todo, una civilización individualista. [1]

miércoles, 14 de agosto de 2013

Para la libertad… (I): Libertad para producir



Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.
<<Miguel Hernández>>

Queridos lectores,

El reciente movimiento de protesta en Brasil ha desconcertado a los expertos en la política global, nuestro postmoderno sistema-mundo global ¿Qué relación tienen esas protestas con movimientos como el de Occupy Wall Street, la primavera árabe o el 15M? ¿O las protestas populares anteriores a la crisis como la revolución naranja en Ucrania, o las revoluciones de Kirguizistán y Georgia?

Un cínico podría indicar que lo que tienen en común todos esos movimientos es que han sido un rotundo fracaso: en el este de Europa en algunos casos lograron modificar los gobiernos, solo para acabar en peor situación en breve plazo, mientras que en países desarrollados como España o EEUU, las protestas han sido consideradas por el establishment político, mediático y ciudadano una cuestión de orden público. Solo en lugares donde no existía previamente una democracia todavía es incierto si finalmente se logrará algo positivo.

Lo sorprendente del caso brasileño es que se daba por supuesto que los manifestantes eran los perdedores de la crisis, gente que había ido a peor y había visto deteriorarse seriamente sus condiciones materiales de vida. Sin embargo, evidentemente no es así en Brasil. Es cierto que el crecimiento brasileño se está estancando paulatinamente, pero todavía no se ha detenido, ni está en declive, y es absurdo plantear que los manifestantes anticipan un deterioro inminente.

El punto de conexión entre todos ellos es que se trata de movimientos auto-organizados o autogestionados, que no se presentan bajo la bandera de ningún partido político, pese a que su reivindicación es esencialmente política. Si son movimientos autogestionados es en parte porque no hay consenso ideológico entre los miembros, aunque en algunos casos la autogestión luego se convierte en vocación, en el eje central. El único acuerdo entre ellos es su deseo de autodeterminación y libertad.

La libertad es algo que se da por supuesto, una economía de “libre” mercado y una democracia se suponen condiciones necesarias y suficientes para ella, por lo tanto toda reivindicación en ese sentido se tachará de utópica e irreal, o peor aún, de radical y peligrosa.

Mi propósito con la serie de artículos que empiezo ahora es entender estas protestas desde el punto de vista de la libertad, y no como una protesta económica; explicar cómo su origen, en algunos casos inconsciente, se encuentra en la preocupación por la libertad, la ausencia de ella en nuestras sociedades, o mejor dicho, lo inadecuado del tipo de libertad que se nos ofrece, un simple paliativo de la verdadera libertad. Pero no solo eso, para lograr nuestro propósito inicial, será necesario indagar de forma general sobre la libertad y su significado, y esto nos descubrirá que hay detrás de la “retórica sobre la libertad” que con tanta frecuencia emplean hoy día los poderosos. Finalmente nuestro camino nos llevará a descubrir el choque entre racionalidad y libertad, y como pueden empezar a conjugarse ambos fines en un planeta que, dados sus limitados recursos, debe gestionarse necesariamente de forma racional.

domingo, 7 de julio de 2013

“Comunidad” y “Dinero”, el vínculo activo


Queridos lectores,

Decía Richard Sennet en El declive del hombre público que las condiciones en las que se desarrolla nuestra sociedad postmoderna tardía están haciendo perder pie a la experiencia comunitaria. Cada persona se ve a sí misma como aislada del resto, no siente ningún tipo de empatía por sus conciudadanos, más bien al contrario, el extraño es percibido como un ser amenazador.

Este fenómeno se produce por las condiciones en que se desarrollan nuestras vidas, pero se refuerza a través de las ideas ¿Qué sentido tiene empatizar con los demás, o hacer algo juntos, cuando preocupándonos exclusivamente de nosotros mismos, dando rienda suelta a nuestro egoísmo, conseguimos un resultado óptimo? La búsqueda del interés personal, los distintos intereses enfrentados de individuos egoístas, calculadores y desconfiados, lejos de conducir al caos, provocarían un “equilibrio”, conducirían al orden, y además al orden más provechoso posible.

El auge del egoísmo y el declive del hombre público. Entrevistas con Ayn Rand y Fiedrich von Hayek. from JesusN on Vimeo.

Evidentemente estas filosofías son una trampa, poco más que un lavado de conciencia para los poderosos. Difícilmente se podrá vivir una vida humana plena privado de los valores comunales. El resultado es el recelo, la angustia, la depresión y el aislamiento.

miércoles, 26 de junio de 2013

Una prisión llamada Europa


La prisión es el único lugar en el que el poder puede manifestarse de forma desnuda, en sus 
dimensiones más excesivas, y justificarse como poder moral.
<<Michel Foucault>>

Queridos lectores,

En la anterior entrada veíamos como se ha fraguado la deprimente situación de España, en concreto cómo y porqué se forjó la burbuja global en la que muchos españoles, y el propio país, se vieron atrapados, y especialmente como se han ido emitiendo garantías sociales descomunales sobre el pago de las deudas privadas.

Dejando a un lado las ayudas directas, que son cuantiosas, quizás penséis que una garantía, un aval (y el importe de estos es absolutamente descomunal), es algo menor, siempre y cuando haya confianza en que el deudor cumplirá sus obligaciones. No, no es cierto, incluso poniéndonos en el caso más favorable, que cada uno de los deudores será capaz de hacer frente a sus obligaciones y no será necesario ejecutar los avales, incluso en ese escenario de cuento de hadas, el coste es tremendo. Lo es porque ha limitado nuestro campo de acción, nuestras decisiones, y nos ha dejado con tan solo dos caminos posibles, el impago soberano, o el lento repago de la deuda externa hasta que esta se sitúe en un nivel aceptable, un vía crucis en toda regla, un nuevo camino de servidumbre.

El impago soberano es, como todo el mundo percibe de forma instintiva, un tabú, que se vende como propio de un país tercermundista. En realidad es una agresión a los que tienen el poder, y todos dan por hecho que no nos van a perdonar.

El país se encamina por tanto al lento repago de la deuda externa, y para ello deberemos no solo crecer, aunque sea un poquito, sino (como ya hemos explicado otras veces) mantener superávits continuados en la balanza por cuenta corriente de pagos internacionales, dicho de forma simple, deberemos hacer más pagos al extranjero de los que ellos nos hagan a nosotros. Eso se consigue básicamente exportando más de lo que importamos ¿Seremos capaces de lograrlo?


La evolución de nuestra balanza de pagos: Ahorrad, ahorrad malditos!!!

España nunca se ha caracterizado por ser un “Tigre del Mediterráneo”, dado el escaso dinamismo de sus exportaciones. El primer superávit de nuestra historia en la balanza por cuenta corriente se consiguió en el tercer trimestre de 2012, si bien para el conjunto del año el resultado fue todavía negativo.



jueves, 13 de junio de 2013

España, un país en el camino de servidumbre, y el auge y caída de las Cajas de Ahorros


Es feo ser digno de castigo, pero poco glorioso castigar.
<<Michel  Foucault>>
Queridos lectores,

Tras el colapso de nuestra burbuja inmobiliaria el país se encuentra con un sistema financiero que sigue siendo insolvente, y una sociedad abrumada por el peso de sus deudas.

El origen de la citada burbuja estuvo en la especulación sin freno de un sistema financiero que buscaba bonus y salarios cada vez mayores para sus gestores, la corporatocracia empresarial (y política, en el caso español), sin responsabilidad legal o patrimonial alguna por sus actos y decisiones al frente de las entidades que dirigían. Mientras esto ocurría, los burócratas miraban para otro lado y hacían dejación de sus responsabilidades en la regulación.

Pero es también consecuencia de dos circunstancias únicas de la historia contemporánea. Una de ellas está transformando el mundo en que vivimos, otra tenía vocación de hacerlo, aunque ha resultado hasta ahora un sonoro fracaso.


El origen poco publicitado de la burbuja global (y española)

La experiencia ha mostrado que las burbujas financieras, y el boom de crédito que llevan aparejado, vienen precedidas por un periodo inusualmente favorable de flujos de capital del extranjero hacía el país afectado. Una avidez singular de los prestamistas internacionales por adquirir acciones en la bolsa local, o por prestar ingentes sumas a la banca local, es decir, un periodo de exuberancia irracional de capitales flotantes:

La antesala de una crisis bancaria suele caracterizarse por un incremento sostenido en los flujos de capital, lo que Reinhart y Reinhart llaman una “bonanza en el flujo de capital” […] Estos hallazgos en torno a las bonanzas en el flujo de capital coinciden asimismo con otras regularidades empíricas asociadas con los ciclos crediticios. En un estudio sobre los ciclos crediticios en las economías avanzadas y emergentes, desde una perspectiva muy distinta a la apenas expuesta, Mendoza y Terrones muestran que en los mercados emergentes los booms crediticios suelen venir precedidos de oleadas de flujos de capital. [1]

lunes, 27 de mayo de 2013

El fin del crecimiento: ¿Orden o caos? ¿Diseño o amasijo?

Cuatro jinetes de Alberto Durero


Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada. <<Apocalipsis>>

Queridos lectores,

Una de las razones que nos hacen temer el fin del crecimiento es la paulatina escasez de recursos naturales hacia la que, según la opinión de algunos científicos, nos dirigimos. La otra razón sería que el planeta no tiene capacidad para asimilar los residuos que generamos. Si bien Frederick Soddy ya planteó algo parecido en los años 20 (anticipando la Gran Depresión), en los últimos cuarenta años ha sido habitual escuchar a biólogos, físicos o estudiosos de la dinámica de sistemas alertar sobre la cuestión, pero mucho más raro es escuchar a personajes del stablisment político o económico hablar abiertamente de ello.

El coronel Lawrence Wilkerson, que ostentó el cargo de jefe de gabinete del Secretario de Estado (equivalente al ministro de asuntos exteriores) de EEUU, aparece en el documental Four Horsemen (Cuatro jinetes) realizando una reflexión al respecto. Según Wilkerson, la Royal Ducht Shell es una de las mejores entidades del planeta, públicas o privadas, en el análisis estratégico. Esta corporación plantea dos escenarios para los próximos 50 años, uno llamado “Blueprint” (el término hace referencia a un plano de dibujo técnico, yo lo he traducido como “Diseño”) en el que la gestión de la escasez se realiza a través de acuerdos entre los líderes mundiales; y otro llamado “Scramble” (que yo he traducido como amasijo) en el que los países compiten entre si por los recursos. Según Shell, ambos caminos conducen exactamente al mismo lugar, aunque “Scramble” deja mucha más sangre en el suelo.

Este es el vídeo:


miércoles, 15 de mayo de 2013

La banca, el banco malo y la cadena de favores


¿Qué es la banca?... La más peligrosa, ya que es la forma más ridícula de tiranía universal que el mundo fue llamado alguna vez a destruir.
Frederick Soddy. Premio Nobel de Química en 1921

Queridos lectores,

Tenemos definidas y en marcha las medidas “definitivas” destinadas a reparar nuestro averiado sistema financiero, es por tanto el momento adecuado para realizar una valoración. Cuando hablábamos sobre La deuda pública y la “sabiduría convencional”, citábamos las razones que habían provocado la crisis de liquidez:


Hay tres razones fundamentales para que exista esta crisis de liquidez y la deuda española sea cara:
 a) La situación del sistema financiero, que le impide captar pasivo con el que dar crédito, tanto al estado como a toda la economía  
b) El riesgo de ruptura del euro, que ha provocado un auténtico “bank run” en la eurozona. Eso hace que el pasivo del sistema financiero español no solo no crezca sino que disminuya.
c) El balance del país, público y privado, con un desequilibrio exterior muy grande y por tanto muy apalancado sobre la deuda externa



El riesgo de ruptura de la moneda única se esfumó en septiembre, cuando el BCE dijo que haría “todo lo necesario para salvar el euro” y anunció un programa de compra de bonos que ni siquiera se ha puesto en práctica, aunque el mero anuncio ha supuesto un alivio significativo. La cuestión de fondo es ¿por qué razón tuvimos que penar hasta septiembre de 2012, después de 2 años de crisis de la eurozona, para que el BCE eliminase el riesgo divisa? Pero no responderemos hoy a esa cuestión, que se antoja esencial para valorar el propio proyecto europeo.

La evolución de los depósitos bancarios da un giro y se normaliza a partir de esa fecha. No así el crédito, especialmente a familias, y todavía de forma más acusada a las empresas, especialmente las PYMES.

 
Elaboración propia. Fuente: Banco de España

domingo, 5 de mayo de 2013

El fin del crecimiento ¿La Era de la Moderación o de las Consecuencias?



<<Nosotras, las civilizaciones, sabemos ahora que somos mortales>>
Paul Valery

Queridos lectores,

Aunque no es algo que se comente demasiado, el crecimiento anual de la producción global tiende a frenar su ritmo de incremento, de forma lenta pero constante.

Esa disminución del incremento, de mantenerse, en algún momento hará que este aumento sea cero, es decir nos llevará a una economía estacionaria, o al decrecimiento.



lunes, 15 de abril de 2013

Burócratas vs “Mano (el invisible)”: reflexiones y una digresión



Queridos lectores,

Una de las instituciones básicas de la sociedad, y de gran importancia, es el gobierno. Según pudimos observar cuando analizamos la historia económica de Roma, lo mejor que encontramos en ella aparece desde la creación del cargo de Tribuno de la plebe, momento a partir del cual el gobierno se parece más que nunca al “comité ejecutivo de la sociedad”. Tras la II guerra púnica, la aparición de los latifundios y la revuelta de los Graco, dicho cargo es anulado de facto y poco tiempo después vemos surgir la tiranía de los Césares y más tarde la decadencia de la civilización romana.

En las sociedades democráticas el gobierno debería tener incentivos para trabajar por el bien común, sin embargo la imagen que transmite últimamente es de bastante debilidad



¿son realmente así de débiles o hemos recuperado el viejo concepto marxista del gobierno como “comité ejecutivo de la burguesía”? Burguesía extraterritorial, por supuesto, aunque con 280 buques de guerra asegurando el respeto a las reglas del juego.

La palabra “globalización” nos sugiere la integración de los productores y consumidores en un mercado mundial único. Un barco repleto de contenedores en el puerto de Rotterdam parecería una imagen adecuada



pero puede ser engañosa. Para poder vender sus productos en el mercado mundial el país en el que se ubican esas empresas debe seguir unas reglas establecidas por organizaciones multilaterales como la OMC, que dejan la decisión, dentro de cierto margen, a los países importadores. Condiciones financieras o legales, como la convertibilidad plena de la moneda o permitir la propiedad de empresas a extranjeros, aparecen entre las principales. Como podéis comprobar la cuestión excede con mucho el intercambio de mercancías, de hecho, este parece secundario ¡Lo primero y principal, las finanzas!

La acción del gobierno ha quedado enmarcada, por tanto, dentro de unas limitaciones de sistema, que solo podrá salvar escapando de él, o modificar con mucho apoyo y trabajo: el apoyo de otros países que compartan intereses.

jueves, 14 de marzo de 2013

¿Es la economía una ciencia? El lamentable ejemplo de un populista llamado Jesús Huerta de Soto



Queridos lectores,

Comencemos por una cita de nuestro querido Zygmunt Bauman:

En nuestra época, tras la devaluación de las opiniones locales y la lenta pero imparable extinción de los “líderes locales de opinión”, quedan dos y sólo dos autoridades capaces de dotar de un poder reconfortante a los juicios que pronuncian o evidencian a través de sus acciones: la autoridad de los expertos, la gente “que sabe de verdad” (cuya área de competencia es demasiado vasta para que los no iniciados puedan explorarla y ponerla a prueba) y la autoridad del número (basada en el supuesto de que cuanto mayor sea el número, menos probable es que se equivoque). La naturaleza de la primera autoridad convierte a los extraterritoriales de la sociedad del riesgo en un mercado natural para “el boom de los consejeros”. [1]

Cuanto más vasto y fragmentado es el conocimiento humano mayor demanda habrá de “expertos”: gente dedicada exclusivamente a la tarea de trazarnos un mapa en cuestiones que serían de otra forma inabarcables, por su extensión y por lo limitado del tiempo disponible. Por tanto el conocimiento debe tender cada vez más a ser como la moneda o los “activos financieros”: dependientes de la confianza.

Una confianza que tal y como nos cuenta David Freeman en “Wrong: Why Experts Keep Failing Us – and How to Know When Not to Trust Them” [Equivocado: Por qué los expertos siguen fallándonos – y como saber cuándo no confiar en ellos] cada vez está menos justificada. Dos tercios de las nuevas evidencias mostradas en publicaciones médicas especializadas serán rebatidas en pocos años ¿Y en economía? Es posible que todos los estudios publicados estén equivocados.

Según Freeman, las malas conclusiones tienden a ser simplistas, definidas, universales y seguras, pero “tenemos que aprender a forzarnos a aceptar, comprender e incluso abrazar que vivimos en un mundo complejo, indefinido e incierto”.

Para Sheldom Rampton y John Stauber no es una cuestión de “errores”, es una cuestión de Propaganda, posteriormente conocida como Relaciones Públicas.



Rampton y Stauber nos cuentan la penosa batalla librada para demostrar los efectos negativos del amianto o del tabaco, batalla llena de “expertos” a sueldo. La idea de Rampton y Stauber no es ni mucho menos nueva

¿Qué hace a todas las doctrinas sencillas y claras?
Unas doscientas libras al año.
¿Y demostrar la falsedad de lo que se demostró cierto antes?
Doscientas más [2]

Pero si hay una teoría simple, definida y que pretenda pasar por universal y segura es la doctrina que se autodenomina liberal. Este pensamiento pretende trivializar la civilización humana escamoteando la necesaria cooperación activa de los ciudadanos y su disposición a subordinar su vida privada en interés del bien común como parte esencial de ella.

Afirma que solo el egoísmo y la competencia son fuente de prosperidad, tratando de ocultar que las verdaderas fuentes de la productividad son el trabajo, el pensamiento, las herramientas, recursos naturales y el conocimiento y la experiencia que nos han legado nuestros ancestros, todo ello interrelacionándose dentro de un marco social y legal. El llamado “mercado”, no sería más que una herramienta que podría tanto sumar como restar al producto total, según como sea utilizada, lo que dependerá en gran medida del marco legal e institucional.

Hoy se permite que los mercados sean gobernados por una burocracia corporativa, dentro de un marco legal enemigo del bien común, diseñado para la acumulación exponencial de poder a costa de excluir a la gran mayoría. Mientras tanto se socava, se nulifica y se desprecia la acción del gobierno. El gobierno ha sido antropizado (pero es una institución, no un ser humano) y se le atribuyen los mismos “supuestos” motivos egoístas que al resto de los hombres, pero se olvidan que el principal interés del gobierno es ser reelegido y que por tanto tiene un fuerte incentivo para buscar el bien común.

Conocemos la afición de los autodenominados liberales por realizar vídeos fraudulentos, sin embargo me ha llamado poderosamente la atención un nuevo “vídeo divulgativo”, un vídeo de siete minutos donde se exponen las tesis de Jesús Huerta de Soto sobre la caída del imperio romano. Dicho vídeo es el espectáculo académico más lamentable que he visto en mi vida. No se trata de que se masajeen un poco los hechos para hacerlos coincidir con la hipótesis de partida, sino que se omiten del relato hechos básicos, hechos tremendamente conocidos de la historia de Roma, para cambiar por completo el sentido de la flecha de la causalidad.

lunes, 4 de marzo de 2013

Por qué #nodebemos, #__pagamos (conclusión)





Fraude operacional frente a fraude estructural

Los problemas de financiación de la deuda pública española, a pesar de que no tenían demasiada relación con el nivel presente y futuro de esta, fueron la justificación para una serie de medidas de carácter impopular, que por ejemplo pretendían adjudicar la gestión de ciertos servicios a empresas privadas ineficientes, que obtendrían un beneficio básicamente de reducir salarios a los trabajadores. De esta forma el dinero se distribuye de forma cada vez más desigual, profundizando el proceso insostenible de acumulación exponencial de poder y recursos en un número cada vez más reducido de individuos.

El pueblo entiende de forma instintiva que esta acumulación extraordinaria, realizada de forma fácil y rápida, como por arte de magia, es síntoma de una enfermedad profunda y larvada, pero incontables recursos y esfuerzos se dedican día tras día a elaborar oscuras teorías sobre la naturaleza humana, el sistema socioeconómico, el dinero o la sostenibilidad de los ecosistemas y del planeta, para justificar esa obscena realidad.

En ese contexto rebrota el concepto de “deuda ilegítima”, que sería aquella deuda contraída contra los intereses de la población de un país y con el completo conocimiento del acreedor. La legitimidad es algo más que la legalidad, sin embargo, creo que el concepto sugiere un fraude operacional, lo que entendemos como “corrupción”, más que un fraude estructural: un sistema y una ley corrupta, sancionada por la costumbre.

Cualquier consideración sobre la deuda debe realizarse teniendo en cuenta el dinero y el sistema monetario. Un cambio en las características del dinero puede cambiar por completo la relación entre deudores y acreedores, tal y como vimos con las reformas de Solón en la Grecia clásica. Zarlenga nos ofrece un ejemplo más cercano, en la colonia inglesa que llegaría a ser los Estados Unidos de Norteamérica:

lunes, 4 de febrero de 2013

Por qué #nodebemos, #__pagamos (continuación)



Fotograma del documental "The Money Fix"

La Edad Media: la concentración del oro y la dispersión del poder monetario

La propia definición de dinero parece indicar que quien lo posea lo pondrá en circulación, ya sea para realizar intercambios y adquirir bienes o para extender crédito y por tanto obtener un interés. Esto es una simplificación, fruto de querer explicar otras culturas con atributos propios de la nuestra, pero es falso. Durante la Edad Media las antiguas monedas se “tesorizan”:

Grandes cantidades de oro acabaron fluyendo hacía los cofres de los monasterios. Al fin y al cabo, cuando las monedas dejan de estar en circulación el metal no desaparece sin más. Durante la Edad Media (y esto parece haberse cumplido por toda Eurasia) la mayor parte acabó en establecimientos religiosos, iglesias, monasterios y templos, bien amontonado en la salas del tesoro, bien empleado para dorar o realizar con él altares, sanctasanctórums u objetos sagrados. Sobre todo se le dio forma de dioses. [1]

En realidad el oro y la plata estaban dejando de ser dinero, pero esto es verdad tan solo en parte. La cultura urbana desapareció, pero las innovaciones siguieron aumentando la productividad de la tierra y en poco tiempo la población era mayor que antes. Los nobles, los reyes y los monasterios continuaron cuadrando sus cuentas con monedas, y cuando los “burgos” y los burgueses comenzaron a emerger de nuevo lo natural parecía hacer lo mismo. Esto en Europa presentaba unas dificultades notables, y es que el escaso circulante existente durante el último periodo romano se había convertido en exiguo.

La escasez de monedas en Europa era sideral. A la tendencia global que se dio en la Edad Media de “tesorizar” los metales, tenemos que unir algunas características propias. Esta fruslería llamada Bezant



fue la única moneda de oro acuñada en Europa durante nueve siglos, hasta la mitad del siglo XIII, y mantuvo su peso y pureza durante todo ese tiempo, con un suministro de metal menguante. Bajo muros de 120 metros de ancho el proceso de concentración de riqueza iniciado en Roma pretendió continuar en Constantinopla, hoy llamada Estambul, heredera del Imperio Romano de Oriente. El secreto de los Basileos, emperadores bizantinos, era permitir acuñar en plata a los débiles estados europeos, a un cambio fijo con el oro de 12 a 1. Ellos por su parte podían cambiar la plata en India a una relación cercana a 6 a 1. Su aparente estabilidad monetaria ocultaba un turbio privilegio, cambiar oro acuñado centralmente por plata acuñada localmente. Por el camino la plata era enviada a la India, y en Europa siempre era escasa.

miércoles, 30 de enero de 2013

Por qué #nodebemos, #__pagamos

Fuente: Periodismo humano


Queridos lectores,

Los movimientos anti-sistémicos han hecho de la deuda su principal reivindicación bajo el lema #nodebemos, #nopagamos. ¿Debemos o no debemos? Evidentemente la expresión hace referencia a la enorme deuda que tienen y tenían las instituciones financieras y las grandes empresas de este país que, como por “arte de magia”, parece cebarse con la gente corriente, en forma de recortes de servicios públicos, de salarios y de expropiación de la garantía –la vivienda- de sus préstamos. Una referencia a la magia, podemos encontrarla en el libro de Stephen Zarlenga –considerado por prestigiosos académicos como Kumhoff o Michael Hudson <<una obra maestra>>- “The lost science of Money”

El comportamiento de los mercados bursátiles al final de los años 90 parece libre de cualquier conexión con el mundo real. Como por arte de magia, la riqueza y el poder son acumulados y concentrados rápidamente y sin esfuerzo, como nunca antes, en manos de una pequeña parte de la población. Al mismo tiempo, un número creciente de personas normales trabajadoras fueron sometidos a una mayor presión financiera, quedando endeudados o incluso en la quiebra. Estos hechos amenazan la democracia, especialmente cuando se presentan juntos. [1]

Puede que los bancos españoles y empresas del IBEX no estén en la cúspide del poder global, pero intuimos que su deuda les importa un ardite, al fin y al cabo detrás de ellos hay gestores, a los que se “premiará” por haber llevado a sus instituciones a la bancarrota con grandes indemnizaciones, o puestos de relieve en la política o en las más altas instancias internacionales. La “revolución gerencial” ha culminado con éxito, los gestores son impunes a las consecuencias de sus actos.

Mientras, la gente corriente trabajadora descubre que su casa es un activo tóxico. Un día un comercial –que cobra a comisión, por operación realizada- te convence de aceptar un préstamo para ser propietario de una vivienda, y al poco el inmueble, mejor dicho tu deuda, se cotiza al 7,78% de su valor de adquisición, y acaba en manos de un “fondo buitre” en New York; por el camino, mientras solicitan el desahucio, te reclaman más de 300.000 euros en concepto de “costas e intereses”, mientras te llaman amenazando que deberás pagar con todos tus bienes o perseguirán a tu hijo, a lo que respondes “Yo solo puedo pagar con mi enfermedad y mi sufrimiento”.

La democracia, tal y como afirmaba Zarlenga, se pone en cuestión, con el sintagma “no nos representan” ¿Por qué?

Juan Manuel López-Zafra, en El Confidencial, nos ofrece una explicación: somos torpes, poco eficientes, poco productivos, excesivamente burocráticos –no dice nada de la cada vez más grande burocracia empresarial-, y por tanto “deudodependientes”, necesitamos la deuda, pero tenemos un problema: “no podemos devolverla”. Y María Antonia Trujillo, ex-ministra de vivienda con el gobierno anterior del PSOE sentencia: “Quien tenga deudas que las pague. Que no se hubiera endeudado

¡Inclinaos más! ¡Que serviles sois y que rápido acudís a defender los argumentos de los poderosos! Pedís trabajo, esfuerzo, austeridad, virtud, mientras hacéis de este mundo un lugar cada vez más siniestro e inhumano ¿Acaso pedís la misma virtud a la élite a la que rendís pleitesía? ¿A los llamados “emprendedores”? ¿Se la pedisteis acaso a Steve Jobs, el más famoso de ellos? Antiguamente a un gran hombre se le exigía una gran responsabilidad, habéis dado la vuelta al axioma y hoy la responsabilidad mayor recae sobre los más débiles. Hipócritas, sois sepulcros blanqueados. No tenéis conciencia, y además vuestros argumentos son mentira.

Un escenario principal de lucha entre los hombres es el control monetario de las sociedades, este control ha sido y es ahora ejercido a través de teorías oscuras sobre la naturaleza del dinero. Si tiene que resumirse en una sola frase, es por la definición errónea de la naturaleza del dinero, que intereses particulares a menudo han sido capaces de asumir el control del sistema monetario de la sociedad, y, a su vez, la propia sociedad. Describir cómo se ha hecho históricamente hará estos conceptos claros, y es de esperar que barra la mistificación en la que el dinero ha sido envuelto de forma intencionada. [1]