Queridos lectores,
Nunca repetimos lo suficiente las
palabras de los grandes
pensadores del siglo XX, pero quizás un párrafo que deberíamos grabar a
fuego en cada una de las plazas de nuestro mundo es este del “pensador planetario”
Edgar Morin:
La economía, que es la ciencia social matemáticamente más avanzada, es la ciencia social humanamente más retrasada, pues ha abstraído las condiciones sociales, históricas, políticas, psicológicas y ecológicas inseparables de las actividades económicas… Quizá la incompetencia económica haya pasado a ser el problema social más importante. [1]
Volver a unir la economía a la
realidad física en la que se desarrollan los procesos económicos es el objeto
de la economía
ecológica, uno de cuyos precursores es Frederick
Soddy. Precisamente autores de esta corriente como Kenneth Boulding o
Herman Daly se han interesado indirectamente por las ideas que Thomas Paine
expuso en su panfleto Justicia Agraria,
y que explicábamos al final de nuestros artículos sobre la libertad. Digo
indirectamente porque en realidad han prestado atención a las ideas de un
economista clásico, seguidor de David Ricardo, no-académico (al igual que
Frederick Soddy ¿Será la universidad una máquina de machacar el pensamiento
autónomo?) y con un fuerte sentido ético, llamado Henry George.