Los datos y los
acontecimientos no admiten discusión, el paradigma económico,
político y social bajo el que hemos vivido durante las últimas tres
décadas, la globalización, se encuentra en franco retroceso. Nadie
puede señalar un culpable salvo a aquellos que lo impulsaron a pesar
de todas sus contradicciones. Ahora se trata de que las ruinas de
este desastre no caigan sobre nuestras cabezas, y para ello es
urgente movilizarse en torno a dos objetivos estratégicos, un modelo
de cooperación internacional que descanse sobre pilares distintos a
la libertad de comercio y de movilidad de capital, y un sistema
político que gane legitimidad, frente a la crisis del gobierno
representativo y el auge del autoritarismo.
DAS ENDE DER WELT: EL FIN DEL MUNDO. Fuente: Der Spiegel |
Hace ahora algo más de
un año el periodista James Meadway se preguntaba en el periódico
británico The Guardian si
habíamos alcanzado el cénit de la globalización. El mismo se
respondía afirmativamente ante unos datos que dejan poco espacio
para la duda. Como había expresado en
una conferencia un miembro del comité de política monetaria del
Banco de Inglaterra, los flujos financieros entre países habían
descendido un 60% desde el punto álgido anterior a la crisis de
2008.
Este significativo
descenso estaba dirigido por una importante reducción de las
operaciones internacionales entre bancos. Aunque la razón de este
cambio no es importante dentro de la línea argumental del artículo,
incluyo esta imagen de los cambios en los flujos financieros entre
los sistemas bancarios de un conjunto selecto de países. Es curioso
como las operaciones entre bancos españoles y alemanes, franceses y
holandeses se han reducido, mientras que han aumentado las que se
realizan con bancos de Reino Unido y Estados Unidos.
Las inversiones en
cartera también se han reducido, aunque algo menos, mientras que la
inversión extranjera directa se mantiene más o menos en los niveles
anteriores a la crisis.
Por otro lado, el
comercio, que se recuperó extraordinariamente bien tras su desplome
en 2008, como muestra este índice que sintetiza el tráfico de
contenedores de mercancías
se encuentra estancado
desde finales del año 2014. De hecho en el primer trimestre del año
cayó un 1,1%, mientras que en el segundo aumentó tan solo un 0,3%,
a pesar de lo cual se mantiene una previsión de crecimiento del 1,7%
para este año, por debajo del crecimiento del PIB.
El comercio no crece ni
siquiera lo que crece la producción, es decir, disminuye en términos
relativos, lo que indica que la tendencia de las economías es a
volver a mirar hacia el mercado interno.