martes, 5 de noviembre de 2013

La sociedad de la corrupción: auge del homo corruptus y degradación del significado de la democracia


Queridos lectores,

Durante nuestra larga reflexión sobre la libertad hablamos sobre el auge del pseudo-índividualismo inauténtico postmoderno, el individuo que emergió con la sociedad de consumo; también del giro que dio la filosofía política a finales del siglo XIX, con el rechazo del concepto del “bien común”, que llegó a la práctica política diaria gracias a la ciencia económica, coincidiendo con la emergencia de la sociedad de consumo, y que implica un cambio radical en nuestra forma de entender la política, de una herramienta para cambiar el mundo, a una herramienta para gestionar la parte del mundo que “desgraciadamente” no es gestionada por “el mercado”; y también hablamos de los crecientes problemas de coordinación de los distintos fines individuales entre sí, a medida que la sociedad se hacía más compleja, y diversos grupos se hacían cargo de procesos clave, a través de los cuales filtraban y preseleccionaban las opciones que serían elegibles por los individuos.

En nuestro análisis hemos empleado un nivel de abstracción considerable, pero estoy convencido de que más de una vez habréis pensado que lo allí narrado estaba relacionado con hechos muy terrenales, con el día a día en el trabajo, y en nuestra relación con los demás, y con aquello que los medios nos dicen que es noticia.

Mientras escribía esos artículos leí en El País que “Tres menores asesinan a un australiano en Oklahoma porque estaban aburridos”. El vídeo que acompaña a la noticia es enormemente significativo, por esa apelación vacía del representante público a una “comunidad” inexistente, atomizada y disgregada por las fuerzas del mercado. Inmediatamente intuí que la noticia tenía mucha relación con la sociedad actual, cuyas tendencias principales emanan, y son perceptibles de forma más nítida en EEUU. No pensé mucho en la cuestión, pero poco tiempo después leía esto:

Para ser efectiva, la incitación al consumo y a consumir más debe difundirse en todas direcciones y dirigirse indiscriminadamente a cualquiera que pueda oírla. Pero hay más gente capaz de escuchar que gente capaz de responder a ese mensaje seductor de la manera esperada. […] También aprenden que poseer y consumir ciertos objetos y vivir de determinada manera son requisitos necesarios para ser felices; y como “ser feliz” se ha transformado –cumpliendo tardíamente la premonición de Samuel Butler- en la marca de la decencia humana y el único título merecedor de respeto, tiende a convertirse también en condición necesaria de la dignidad y la autoestima humanas. “Estar aburrido”, además de hacernos sentir incómodos, se transforma en un estigma vergonzante, signo de negligencia o de derrota que puede hundirnos en un estado de depresión aguda así como conducirnos a una agresividad socio y psicopática. Citando la reciente observación de Richard Sennett, “en cuanto al comportamiento antisocial, creo que representa un verdadero problema para los pobres”, especialmente quizá para “los adolescentes pobres que están en la zona gris que separa la legalidad de la ilegalidad”. “Esa zona gris” tiene mucho que ver “con cosas como el aburrimiento, tener algo que hacer, algo a lo que pertenecer”. [1]

La premonición de dos sociólogos no se consideró relevante, dado que no eran economistas y por tanto sus afirmaciones no son claramente mensurables; la contribución al PIB de un asesinato es ambigua, incluso puede ser positiva si la repatriación del cadáver se realiza con una aerolínea americana, por no hablar de una cuestión mucho más espinosa: cómo contribuye más al PIB un adolescente aburrido, consumidor fallido y miembro de la subclase ¿cómo presidiario o como hombre libre?

Pero lo expuesto en el párrafo anterior es irrelevante, dado que tomar en consideración las afirmaciones de Bauman y Sennett ineludiblemente nos llevaría a cuestionar algunos principios sagrados de nuestra sociedad. Podríamos empezar a plantear que hay que ayudar a la gente en vez de dejarla a su suerte, o a cuestionar el sagrado derecho de las corporaciones a anunciar sus productos de la forma en que esperan atraer al mayor número de consumidores, y sin consideración sobre los significados que transmiten al público.

De la misma forma que un asesinato por aburrimiento es un producto extremo, pero representativo de nuestra cultura y de nuestra forma de ser, también lo es la corrupción. No vamos, por lo tanto, a estudiar el fenómeno de la corrupción como el producto de una cierta idiosincrasia nacional, que existe y es relevante, y puede quizás explicar las diferencias entre países, sino como un producto natural de la cultura occidental actual, que explica el auge relativo de la corrupción en todo el mundo desde los años setenta, coincidiendo con el nacimiento de la sociedad de consumo.


Responsabilidad social vs responsabilidad individual

Antes de comenzar con el análisis es preciso hacer un breve inciso, para cortar de raíz cualquier intento de adulterar el debate, mediante las estrategias demagógicas habituales del folclore intelectualoide cuyo hábitat natural es la tertulia radiofónica. Suele alegarse que buscando causas sistémicas a los fenómenos sociales se exonera al individuo de su culpa. Esto es falaz, sin recurrir a causas sociales no podríamos explicar las diferencias en el índice de homicidios por habitante (homicidios intencionados por cada 100.000 habitantes) entre España y EEUU, por ejemplo,

México
23,7
Brasil
21,0
Argentina
5,5
Estados Unidos
4,8
España
0,8
Canadá
0,4
Finlandia
0,3

o en el índice de criminalidad



Pero que existan causas sociales no implica que el individuo sea inocente. Se puede afirmar que el individuo es un sujeto de derechos inalienables, incluyendo el derecho a la propia vida, y al mismo tiempo hacer del aburrimiento un estigma, fomentar el culto a las armas, destruir las comunidades y hacer que la nada, o el disfrute episódico, sea el principal significado en la vida del individuo. No hay que ser un doctor en lógica para entender que las últimas afirmaciones pueden entrar en contradicción con la primera, aunque la inmensa mayoría de la gente es capaz de compatibilizar todas, por tanto el asesinato es un acto antisocial con el consiguiente castigo, pero no por ello debemos negar que sería positivo que la sociedad fomentara otros valores. Que existan perversos incentivos sistémicos no anula la responsabilidad individual, ni la necesidad de castigar la conducta antisocial, se trata de aspectos complementarios, no contradictorios.

La supuesta confrontación entre responsabilidad individual y colectiva es pues un falso debate, cuya función es incapacitar a los que promueven cambios sociales. Estamos comprobando lo nefasto de esta estrategia de enfocarse única y exclusivamente en la responsabilidad individual, y la conducta antisocial en sus diversas variantes no deja de crecer en todos los países desarrollados, aunque a ritmos muy dispares, fruto de la idiosincrasia particular de cada uno de ellos.


Auge del homo oeconomicus

En un reciente artículo publicado en El País, el profesor de Teoría Económica de la Universidad Autónoma de Madrid, Fernando Esteve, nos recordaba cómo hasta hace poco era habitual encontrar ejemplos de conductas que no estaban guiadas por la racionalidad económica, es decir, el cálculo de medios y fines, cuantificados ambos de forma monetaria. Esteve pone el ejemplo de Albert Pla:

Una vez se le ofreció trabajar para el Saturday Evening Post. La oferta, tanto en términos pecuniarios como de prestigio, era más que suculenta. Ningún auténtico hombre económico la hubiese rechazado jamás. Sin embargo, Pla lo hizo, aduciendo que ganar “tanto dinero le descabalaría el presupuesto”. Soberbia respuesta. Frente al tener cada vez más que es el objetivo que todo Homo oeconomicus está genéticamente programado para perseguir, o a su reflejo especular, el tener cada vez menos, aconsejado por delirantes anacoretas, Pla propone el tener lo apropiado. Es difícil saber cuánto es eso. Cierto. Pero ya empezamos a saber, gracias a los estudios de Economía de la Felicidad, que el tener más desde el punto de vista agregado, medido por el crecimiento del PIB dista —a partir de cierto nivel— de ser lo apropiado en términos de bienestar o de felicidad. [2]

Sin embargo, esos comportamientos antieconómicos han ido en franca decadencia ¿Qué mejor forma de verlo que recurrir a un historiador? Citando a Hobsbawn y su Historia del siglo XX corto

Y es que el sistema capitalista, pese a cimentarse en las operaciones del mercado, se basaba también en una serie de tendencias que no estaban intrínsecamente relacionadas con el afán de beneficio personal que, según Adam Smith, alimentaba su motor. Se basaba en <<el hábito de trabajo>>, que Adam Smith dio por sentado que era uno de los móviles esenciales de la conducta humana; en la disposición del ser humano a posponer durante mucho tiempo la gratificación inmediata, es decir, ahorrar e invertir pensando en recompensas futuras; en la satisfacción por los logros propios, en la confianza mutua; y en otras actitudes que no estaban implícitas en la optimización de los beneficios de nadie. La familia se convirtió en parte integrante del capitalismo primitivo porque le proporcionaba algunas de estas motivaciones, al igual que el <<hábito del trabajo>>, los hábitos de obediencia y lealtad, incluyendo la lealtad de los ejecutivos a la propia empresa, y otras formas de comportamiento que no encajaban fácilmente en una teoría racional de la elección basada en la optimización. […]
Del mismo modo que nosotros damos por sentada la existencia del aire que respiramos y que hace posibles todas nuestras actividades, así el capitalismo dio por sentada la existencia del ambiente en el que actuaba, y que había heredado del pasado. Sólo descubrió lo esencial que era cuando el aire se enrareció. [3]

El homo oeconomicus ya no se rige por los viejos criterios de elección: derechos y deberes, obligaciones mutuas, pecado y virtud, sacrificio, conciencia, recompensas y sanciones. Es potencialmente mucho más corruptible (y corruptor) que sus antecedentes de la sociedad burguesa, dado que para él la corrupción es una simple cuestión de sopesar beneficios y riesgos, no una cuestión moral.


Auge del instante presente o del hombre orgásmico

Hobsbawm cita en su texto otro aspecto esencial, el hábito de demorar la gratificación, y esto nos lleva de nuevo al aburrimiento con el que comenzamos esta reflexión. Volviendo a Bauman.

Una de las características más comentadas de la sociedad de consumo es el enaltecimiento de la novedad y la degradación de la rutina. Los mercados de consumo descuellan a la hora de desmantelar las rutinas existentes e impedir la implantación y el arraigo de otras nuevas, con excepción de ese breve lapso de tiempo necesario para vaciar los depósitos de los elementos creados para sostenerlas. Esos mismos mercados, sin embargo, logran un efecto todavía más profundo: para los miembros adecuadamente entrenados de la sociedad de consumidores, cualquier rutina y cualquier cosa asociada a conductas rutinarias (monotonía, repetición) se tornan insoportables; de hecho, invivibles. El “aburrimiento”, la ausencia o incluso la interrupción temporaria del perpetuo flujo de novedades que llaman la atención, se convierte en una pesadilla odiada y temida por la sociedad de consumo. [1]

A un sobre lleno de dinero le debe necesariamente suceder otro sobre para no interrumpir la búsqueda continua de novedades. Y más importante, en la psique del individuo postmoderno el momento presente está cargado de valor, mientras el futuro está subvalorado, casi despreciado. Carpe diem es la norma, pero la gratificación de la corrupción es inmediata, el castigo en todo caso podemos encontrarlo en un hipotético futuro, pero a largo plazo todos estamos muertos. El único valor es el éxito, el camino para conseguirlo está degradado, apenas se le da valor.


La corruptora mano visible

La mano visible. La revolución gerencial americana es un libro publicado en 1977 que estudia los cambios históricos en la estructura organizativa de la empresa. De especial relevancia son los cambios en la dirección de las empresas, que de ser ocupada por el propietario, pasó a ser ocupada por un grupo de gerentes, que se encargaban de realizar internamente, dentro de una empresa con múltiples unidades de producción y distribución, la coordinación que antes se realizaba a través del mercado, que ahora solo coordina la demanda de bienes y servicios.

La función de estos gestores no es, en esencia, muy diferente a la de un político con responsabilidad ejecutiva, esencialmente la coordinación administrativa ¿Explica esto que tantos políticos encuentren asilo al finalizar su mandato en los consejos de administración de las empresas? Nos referimos a las famosas “puertas giratorias”, de las que tanto hemos oído hablar desde que comenzó la crisis.

La nueva clase gerencial abrió otro nicho potencial para la corrupción, un nicho que parece haber alcanzado su madurez con la llegada de la sociedad de consumo.


La democracia realmente existente

Todos los razonamientos anteriores no explican una cuestión que suele preocupar, y mucho, a los que escriben u opinan sobre política ¿Por qué el ciudadano español sigue votando a los corruptos?




Y aquí sí es útil fijarnos en las reglas democráticas tal y como fueron establecidas en nuestro país con la constitución de 1978, dado que pese al famoso “no nos representan”, nuestro sistema no es realmente representativo, el votante no vota a un representante sino a una lista cerrada. Obligado a elegir entre varias listas, y bajo una ley electoral redactada más con criterios de gobernabilidad que de proporcionalidad, es decir, al darle al votante una agenda de opciones limitada en la teoría, y que él sabe es todavía más limitada en los resultados prácticos, opta por elegir lo que considera “menos malo”. La única forma de romper esta tendencia perniciosa es votar a un partido que proponga reformar el sistema a mejor, un primer paso sería un sistema realmente representativo como el que ha permitido a Dennis Kucinich presentar una ley en EEUU para la reforma monetaria.


El mito de La Casta y el deterioro de los significados democráticos

Hobsbawm termina su historia del siglo XX corto (1914 – 1989) con una reflexión sobre los desafíos del nuevo milenio. El principal de ellos es la crisis ambiental, pero también aparece en su lista la relación entre gobierno y gobernados. Presumiblemente durante el siglo XXI será necesario tomar decisiones impopulares, y la democracia, en caso de mantenerse, será de carácter cada vez más “formal”.

Todo observador serio sabe que muchas de las decisiones que deberán tomarse a principios del siglo XXI serán probablemente impopulares. Quizás otra época relajante de prosperidad y mejora, similar a la edad de oro, suavizaría la actitud de los ciudadanos, pero no es previsible que se produzcan un retorno a los años setenta ni la relajación de las inseguridades y tensiones sociales y culturales propias de las décadas de crisis.
Si, como es probable, el sufragio universal sigue siendo la regla general, parecen existir dos opciones principales. En los casos donde la toma de decisiones sigue siendo competencia política, se soslayará cada vez más el proceso electoral o, mejor dicho, el control constante del gobierno inseparable de él. Las autoridades que habrán de ser elegidas  tenderán cada vez más, como lo pulpos, a ocultarse tras nubes de ofuscación para confundir a sus electores. La otra opción sería recrear el tipo de consenso que permite a las autoridades mantener una sustancial libertad de acción, al menos mientras el grueso de los ciudadanos no tenga demasiados motivos de descontento. Ese modelo político, la <<democracia plebiscitaria>> mediante la cual se elige un salvador del pueblo o a un régimen que salve la nación, se implantó ya a mediados del siglo XIX con Napoleón III. Un régimen semejante puede llegar al poder constitucional o inconstitucionalmente pero, si es ratificado por una elección razonablemente honesta, con la posibilidad de elegir candidatos rivales y algún margen para la oposición, satisface los criterios de legitimidad democrática del fin de siglo. Pero, sin embargo, no ofrece ninguna perspectiva alentadora para el futuro de la democracia parlamentaria de tipo liberal. [3]

En realidad esto ya lo estamos comprobando. Durante la edad de oro, antes de la crisis de los años setenta, había cierto consenso político en las democracias occidentales y los ciudadanos confiaban más en los burócratas, que no tenían demasiadas razones para ocultar sus actos. Por el contrario, durante las últimas décadas la acción política se ha vuelto más críptica, se desarrolla cada vez más detrás del escenario, cuando no se recurre directamente a la mentira, presentándose los candidatos bajo un programa electoral que se sabe de antemano es papel mojado. El auge de la corrupción y del homo corruptus sería un nuevo golpe al ya maltrecho significado y sentido de la democracia para los ciudadanos.

La apatía se vuelve generalizada y surge el concepto de “clase política”, un grupo de burócratas de los que no esperamos ni la salvación ni la condena, tan solo que cumplan su función gris, sin ser causa de alguna catástrofe. El siguiente paso en la definición del mito es hablar de “la casta política” o simplemente “la casta”, palabra que en su sentido original designa un grupo cerrado, al que generalmente se accede por nacimiento, y que ostenta una posición determinada, fija, en la sociedad. Es evidente que los políticos, en la mayoría de los países desarrollados, no cumplen ninguno de esos criterios, aunque puedan existir sagas familiares, personas determinadas cuyos padres ya participaron en política ¿Qué sentido, entonces, podemos darle al término? Personalmente creo que se puede utilizar para reforzar dos ideas contrapuestas; la necesidad de limitar todavía más el poder y las funciones de los representantes y las asambleas democráticas, o bien la necesidad de abrir el proceso democrático, acercándolo al ciudadano, buscando su colaboración y participación.

La opción liberal, del gobierno limitado y rechazo al “bien común”, ya sabemos a lo que conduce, tal y como hemos discutido al hablar sobre la libertad; es una forma de limitar las libertades positivas de los ciudadanos, al pretender establecer que es ilegítimo cambiar el mundo a través de acuerdos de asambleas ciudadanas, que decidan modificar las instituciones que los ciudadanos deben compartir. Ahora bien, si lo que se busca es reducir la corrupción ¿Qué resultado podríamos esperar? Y la respuesta es evidente, en línea con toda la argumentación del artículo. Se dice que no existen los venenos sino las dosis excesivas ¿se puede curar un cáncer de pulmón pasando de fumar dos paquetes de tabaco a fumar cuatro, pensando que una dosis mayor de tabaco nos curará? La idea es tan ridícula, además de contraria a la evolución de los hechos desde que comenzaran las décadas de crisis en los años setenta, que nadie que haya analizado de una forma mínimamente realista el problema del poder y la evolución de la sociedad actual puede sostenerla.

Esta idea surge de una comprensión errónea del poder explícito, y de las funciones que ha tenido en todas las sociedades humanas hasta el presente.

Al lado, o "por encima", de este infra-poder implícito, siempre ha habido y siempre habrá un poder explícito, instituido como tal, con sus dispositivos particulares, con su funcionamiento definido y con las sanciones legítimas que puede aplicar. La necesidad de existencia de tal poder deriva al menos de cuatro factores:
·         el mundo "pre-social" en cuanto tal amenaza siempre el sentido instaurado de la sociedad;
·         la psique de cada ser humano no está ni puede estar nunca completamente socializada ni ser totalmente conforme a lo que las instituciones le exigen;
·         la sociedad contiene siempre, en su institución y en sus significaciones imaginarias, un impulso hacia el porvenir, y el porvenir excluye una codificación (o una mecanización) preliminar y exhaustiva de las decisiones a tomar.
De ello deriva la necesidad de instancias explícitamente instituidas sobre la base de la posibilidad de tomar decisiones autorizadas sobre lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer, esto es, sobre la base de la posibilidad de legislar, "llevar a cabo", resolver los litigios y gobernar. Las primeras dos funciones pueden estar ocultas en la estructura consuetudinaria del sistema normativo (y lo han estado, en la mayor parte de las sociedades arcaicas), pero no puede decirse lo mismo de las dos últimas. Por último, y sobre todo, este poder explícito es el garante instituido del monopolio de las significaciones legítimas en la sociedad considerada.
Lo político es todo aquello que concierne a este poder explícito (los modos de acceso a él, el modo apropiado de gestionarlo, etc.) [4]

Cuanto más se reduce el poder explícito más inalterables son las instituciones, y las instituciones de una sociedad corrupta solo pueden originar corrupción, o en su forma privada, fraude. Además nunca podremos eliminar completamente el poder explícito, que surge de la necesidad de restablecer el orden, ante ataques individuales, naturales o colectivos, y también de la necesidad de actuar ante lo que está por venir, por ejemplo, cambios en el entorno o en la tecnología originan nuevas formas de fraude, o suponen una pérdida importante de bienestar para el conjunto, y surge la necesidad de legislar.

Por el contrario, las consecuencias de un poder explícito débil o timorato pueden ser terribles, por ejemplo cuando se inhibe de legislar ante la emergencia de una banca en la sombra, o de nuevas formas, procedimientos y productos en el sector financiero. Esta crisis, que ha propiciado esfuerzos regulatorios que amablemente se podrían definir como tímidos, es un ejemplo de ello. Lo importante no es el tamaño del poder explícito, que debe ser funcional, y adecuado, sino su relación con nosotros, que el acceso a él sea equitativo e igualitario, lo que evita que pueda ser “capturado” por una élite.

Esa es la solución, mejorar la democracia, y para ello pueden ser muy útiles las reformas planteadas en el artículo anterior, reformas que dan libertad al individuo en el sentido de darle autonomía. Autonomía que puede ser empleada en el ágora, en la vida republicana, para ello una pieza clave es la renta básica de ciudadanía

Serviría para reintroducir estándares éticos en la vida de la sociedad, sustituyendo el principio de competir por el de compartir. Establecería un derecho basado en la ciudadanía y no en el hecho de “necesitarlo más que otros” y no necesitaría, por lo tanto, de divisivas y descalificadoras “pruebas de recursos”. Y cambiaría radicalmente la naturaleza de la política, que dejaría de ser un agente de la ley y el orden y una brigada de control de crisis para convertirse en una fuente de bienestar común y en la escena en la que los intereses individuales y grupales se reconfiguran como temas de preocupación pública de todos los ciudadanos. En vez de dedicarse a apaciguar las divisiones y a impedir que los conflictos entren en erupción, la política podría llegar a convertirse incluso en la sementera de la solidaridad. Y finalmente, pero no menos importante, tas haber liberado a sus ciudadanos de la incertidumbre que rodea a sus actividades de subsistencia, la política los dejaría en libertad para ocuparse de sus derechos y obligaciones republicanas. [5]

Amén, y ojalá. Como ya indicamos en breve nacerá una asociación con el objetivo de difundir estas ideas, a medio plazo nos planteamos publicar autores que han desarrollado este pensamiento, y que no están disponibles en castellano, y a largo plazo elaborar un propuesta técnico – económica para la sociedad española. No sabemos dónde llegaremos, pero el camino promete ser apasionante.


[1] Vida de consumo <<Zygmunt Bauman>>
[2] Hombres (poco) económicos <<Fernando Esteve Mora>>
[3] Historia del siglo XX <<Eric Hobsbawm>>
[5] En busca de la política <<Zygmunt Bauman>>



[Nota final]

¿Cómo medir la corrupción? Es complicado, debemos fiarnos de nuestra apreciación subjetiva, o de historiadores como Hobsbawm que aprecian un deterioro de la calidad democrática.

En cuanto a datos cuantitativos, tan solo existe un índice, realizado por Transparency International, que se elabora gracias a cuestionarios y encuestas que se hacen a hombres de negocios. Es un índice sin duda cuestionable, además solo hay datos desde mediados de los noventa, cuando lo interesante sería ver los datos desde los cincuenta o sesenta. Además, tan solo que justo ahora alguien crea necesario la elaboración de un índice como este, ya nos dice mucho de la época en la que vivimos.

De todas formas he comparado los datos de 1997 con los de 2011 y 2012 y se aprecia un ligero aumento de la corrupción, aunque poco significativo. Decir que si hubiese tomado 1995, el primer año de elaboración del índice, habría resultado una disminución de la corrupción. El problema es que los dos primeros años el índice se elabora con menos encuestas que en los años posteriores, y además no incluye a todos los países de la OCDE, que son los que he tomado para la comparación, los países desarrollados, aunque se incluyen México y Turquía, cuya modernidad es discutible (y que han reducido su corrupción, como era de esperar, ya que presentan un amplio margen para ello), pero tenía que tomar algún criterio objetivo.


1997
2011
2012
2011-1997
2012-1997
New Zealand
9,23
9,5
9
0,27
-0,23
Denmark
9,94
9,4
9
-0,54
-0,94
Finland
9,48
9,4
9
-0,08
-0,48
Canada
9,1
8,7
8,4
-0,4
-0,7
Sweden
9,35
9,3
8,8
-0,05
-0,55
Australia
8,86
8,8
8,5
-0,06
-0,36
Switzerland
8,61
8,8
8,6
0,19
-0,01
The Netherlands
9,03
8,9
8,4
-0,13
-0,63
Norway
8,92
9
8,5
0,08
-0,42
Ireland
8,28
7,5
6,9
-0,78
-1,38
United Kingdom
8,22
7,8
7,4
-0,42
-0,82
Germany
8,23
8
7,9
-0,23
-0,33
Israel
7,97
5,8
6
-2,17
-1,97
Chile
6,05
7,2
7,2
1,15
1,15
USA
7,61
7,1
7,3
-0,51
-0,31
Austria
7,61
7,8
6,9
0,19
-0,71
France
6,66
7
7,1
0,34
0,44
Belgium
5,25
7,5
7,5
2,25
2,25
Japan
6,57
8
7,5
1,43
0,93
Portugal
6,97
6,1
6,3
-0,87
-0,67
Spain
5,9
6,2
6,5
0,3
0,6
South Korea
4,29
5,4
5,6
1,11
1,31
Hungary
5,18
4,6
5,5
-0,58
0,32
Greece
5,35
3,4
3,6
-1,95
-1,75
Italy
5,03
3,9
4,2
-1,13
-0,83
Mexico
2,66
3
3,4
0,34
0,74
Turquia
3,21
4,2
4,9
0,99
1,69






Total



-1,26
-3,66

30 comentarios :

  1. La contraposición entre estado y capitalismo es una contraposición falsa pues ambos son dos caras de la misma moneda, el estado capitalista. Este se fundamenta en sustituir el vínculo social natural interno al individuo, que es la generosidad, por otro artificial externo basado en la coacción como soporte de un proceso acumulativo de propiedad y poder. Frente al estado capitalista la única salida definitiva es el anarco-comunismo que en realidad no es mas que el retorno a la naturaleza humana.

    Cordiales saludo

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    1. Buenas Anarcocomunista,

      Coincido bastante con tu punto de vista. En este blog hemos señalado en muchas ocasiones la relación entre la forma precisa de estado que se ha impuesto como más habitual (una nación, con una lengua, una cultura, rituales de recuerdo, un gobierno constituido por asambleas de representantes, etc). Esto es algo bastante fácil de ver, pero poco publicita, con excepciones

      Estado y nación

      lo que me diferencia de ti es que yo no me atrevería a afirmar que hay una solución "única", creo que hay más soluciones de las que imaginamos, aunque no está mal tener una utopía siempre y cuando no se convierta en obsesión y freno para el cambio. La historia nos enseña lo difícil que es siempre predecir todos los efectos que pueden tener las reformas o revoluciones, la sociedad humana es compleja, por eso yo mantengo una postura humilde, o escéptica pero activa, respecto al potencial de la razón humana para solucionar nuestros propios problemas.

      Pero aún así hacemos propuestas, y van en la línea que citas, Por ejemplo, defendemos el bienvivir, que se define por contraposición al bienestar, que sería tener siempre más, como tener una vida buena, no tan ligada a la cantidad de bienes, sino a otros valores, como el tiempo libre, las relaciones humanas, la producción individual de significados que no estén mediados por la industria, y en este post, la vida republicana como parte integrante de ese "bienvivir", y único freno posible para ese auge del homo corruptus.

      un saludo,

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    2. Hola a los dos, yo de momento me conformo con un cambio en la naturaleza acumulativa del dinero actual que nos lleve hacia otra mas “fluida”, nos llevaría esto a la prescindibilidad misma del dinero?, hacia una “economía del don”, centrada en la vocación y el compartir?, una especie de mercado comunista o comunismo de mercado (como ustedes prefieran)?

      En cuanto a lo del crédito social, encuentro ciertos paralelismos con la banca democrática de la EBC

      http://www.cma.gva.es/comunes_asp/documentos/agenda/Cas/72319-Economia_del_bien_comun_Felber.pdf

      Un saludo,
      Don QuiSancho

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    3. Buenas Don QuiSancho,

      Bauman habla sobre la economía del Don en "En busca de la política", su conclusión es la misma que he reflejado en la cita que he hecho al final del post, será mucho más fácil que alguien se interese por la economía del Don, como algo más que como una curiosidad antropológica si esa es persona es libre, libre de la triple condena de la inseguridad, la incertidumbre y la desprotección.

      Al hablar de dinero no acumulativo supongo que te refieres a la reforma monetaria de Silvio Gessel. Creo que sería una reforma muy buena, aunque mucho más difícil de llevar a la práctica que una Renta Básica de Ciudadanía, al menos en el nivel nacional. En el nivel local, es más factible que podamos ver como se empieza a experimentar con ello, incluso, siendo optimistas, que reciban apoyo de las autoridades locales.

      Como ves mi opción es estratégica, habrá que esperar y ver que opciones toman más fuerza, y dar en ellas el do de pecho, siempre que sean opciones que encajen bien dentro de la triple crítica a nuestra sociedad (igualdad, libertad, sostenibilidad).

      un saludo,

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    4. Hola de nuevo, mas que al dinero en si me refería a cualquier sistema monetario que no lleve en la acumulación en el ADN. En cuanto a la renta básica en principio estoy de acuerdo, lo que no tengo tan claro es que los presupuestos puedan financiarse exclusivamente con impuestos sobre la propiedad, como he creído entender en el pos anterior.

      Un Saludo,
      Don QuiSancho

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    5. Buenas,

      Era a la propiedad y al consumo, en este último cambiando el foco del valor añadido (trabajo) al capital natural. Que se lograse sin recurrir a otras fuentes sería lo ideal, pero hay que echar cuentas, y eso nos llevará más tiempo. En breve saldrán dos post, donde se detalla esto mejor, aunque sea a nivel cualitativo.

      saludos,

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    6. Wishful thinking.

      ¿Anarco comunismo? ¿Economía del Don? ¿Bien común?

      O yo o ustedes vive en el país de los unicornios. Yo no veo ni bien común, ni que la generosidad sea el estado natural de lo humano, y mucho menos el “gift economy”. Esa persecución del hombre utópico, “el auténtico”, solamente me trae a la mente cosas poco deseables.

      El éxito escribe la historia, …, pero no acabo de ver por ninguna parte ese hombre nuevo ustedes muestran, sueñan. ¿Sus propios comportamientos se asemejan a ello?
      Algunos post más atrás ya mostramos lo que pasó a nuestro (euro-asiático) pariente extinto más cercano. Y esto solamente es una pequeña muestra, pues los miles de millones de muertos por “el bien” o “el mal” colectivo de la historia maniquea nos cuentan tiene difícil digestión,..

      Pongamos uno de los ejemplos más denostados por los enemigos del capitalismo EEUU. ¿Capitalismo?¿Qué es el capitalismo? El capitalismo no es NADA. El capitalismo como el socialismo, no son NADA, forman parte de un sistema de reconocimiento o costumbres recogidas en la ley, bien sea religiosa (no robarás), estatal (yo robaré), biológica (no se debe robar, derecho “natural”).

      O sea, relacionar capitalismo y Estado, es lo mismo que relacionar estalinismo y estado, NADA relaciones vacías y engañosas.
      El Estado, como lo humano, no se caracteriza por sus naturaleza sino por sus acciones. Ni todos los hombres son iguales en comportamiento, como no todos los pactos (Estado) entre hombres son iguales.

      En EEUU más del 10% de la población actual desciende de 50 colonos, de 300 que llegaron, incluso en algunas zonas practicaron el canibalismo para sobrevivir. Se aliaron con algunas tribus indígenas y ayudaron a estos a exterminar otras,...

      Hoy son la potencia mundial, las tribus que por allí pululaban como “anarco-X”, fueron exterminadas o asimiladas (algunas disfrutan de Estado propio). Pero ello, nos muestra una lección mas, los grupos tienen la potencialidad de aniquilar otros grupos. Anarquismo-X, no gracias, como algunos norteamericanos comprenden perfectamente*.

      Ha estado como uno de los países con mayor estándar de vida por mucho tiempo, junto a ella Suiza, curiosamente las dos democracias del mundo tienen la mayores rentas del mundo**, si quitamos petroleros y centros financieros.

      Han tenido muchos puntos negros en su historia, por ejemplo la eugenesia comenzó en EEUU, pasó a Suiza y se extendió por Europa, con culmen en el nazismo alemán, aunque hasta la década de los setenta se practicó en Suecia a cambio de ayudas sociales. Pero en esencia, han sido bastante menos lesivas para sus ciudadanos que otras. Mejorables si, pero lo primero que se debe tener claro es lo que la gente acepta maniqueamente como “bueno” y “malo”, y si eso es mínimamente aceptable desde un punto de vista racional.
      Sin recurrir al típico recurso universal de la dictadura, -los electores no saben- su bien por ignorancia. O busquemos el “hombre nuevo” sin preguntar a la gente,..., que ya sabemos como acabó todo eso. Acabó de forma parecida al “ius gentium” colonial,..

      *:http://www.youtube.com/watch?v=KFXuGIpsdE0

      **:http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Pa%C3%ADses_por_PIB_%28PPA%29_per_c%C3%A1pita

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    7. http://www.youtube.com/watch?v=YIPDJ1Cc_uw

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    8. Buenas Colapso, te recomiendo que hagas un poco de introspección, en mi opinión (y es solo una opinión), nuestra cultura esta muy contaminada por el miedo y esto nos impide ver nuestra verdadera naturaleza. Non te digo que creas, sin no que pruebes.

      saludos

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    9. @Colapso

      Creo que la referencia a "perseguir" el hombre "auténtico" sobra, entre otras cosas porque usted parece tener una visión de lo que es ese hombre. En ese caso ¿que le diferencia de anarcocomunista? Yo prefiero una sociedad donde la gente no haya perdido la capacidad de ayudarse mutuamente a otra en la que la única ayuda que cabe esperar son arrebatos de caridad colectiva, generalmente provocados por alguna desgracia; ahora bien, eso no quiere decir que yo deba forzar a la gente a ser de una manera determinada. Yo creo que lo que defendemos aquí todos es crear marcos institucionales que favorezcan valores que son tan reales en el hombre como los del pseudo-individualismo inauténtico que tan habitualmente vemos hoy en día, por ejemplo en EEUU, donde esos 3 chicos mataron a un australiano por aburrimiento, y donde según he oido, ya van por el 1,3% de la población dentro del sistema penitenciario-judicial (no todos en la cárcel). Curioso que ese sistema "republicano" no respete los derechos humanos de muchos de esos presidiarios, que son sus "ciudadanos", y los tenga en privación sensorial, por ahorrar presupuesto

      http://en.wikipedia.org/wiki/Pelican_Bay_State_Prison#Psychological_effect

      En realidad la historia de nuestro euro-asiático pariente extinto (en caso de ser real) no nos dice mucho, en todo caso de como eran las condiciones hace miles de años, condiciones que hemos dejado atrás hace tiempo. El hombre no puede ser reducido a un "punto" que sigue la curva de una determinada ecuación, sea esta la del "gen egoísta", o la del hombre "nuevo". Tan solo hay circunstancias que son preferibles a otras, y yo apuesto por las mejores, es decir por el bien, y en el ámbito colectivo por el "bien común", el cual implica el reconocimiento de la pluralidad real de fines individuales que deben ser condensados y conciliados en él, realizándose esto en el agora.

      La relación entre capitalismo y estado es histórica, contrastada por los hechos. El desarrollo de una economía basada en la división funcional llevó a dar al estado su forma moderna, casi diría omniabarcante, con todas esas funciones que se derivan de la imposibilidad de coordinar las relaciones económicas dentro de mercados cada vez más vastos. Un ejemplo típico es la eliminación de los poderes mediadores o sancionadores en el ámbito de la parroquia o el burgo, y su sustitución por una burocracia judicial centralizada, que se expresa en una "lengua oficial", de la que se deriva una "educación oficial".

      Decir que esa relación no es NADA no tiene ningún sentido, si bien no excluye que pueden existir distintos tipos de estado, más o menos benignos. Precisamente nosotros defendemos la vida republicana como antídoto a la corrupción típica del hombre postmoderno.

      Respecto al Don, creo que es tan "legítimo" a priori como cualquier sistema económico.

      http://es.wikipedia.org/wiki/Ensayo_sobre_el_don

      Pretender prohibir a una colectividad seguir este tipo de sistema económico, no dice mucho de la defensa de la libertad que realiza la sociedad en cuestión que trata de castrar, prohibir o constreñir a sus miembros en ese sentido

      saludos,

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    10. @Resonante

      Ese es mi punto, "la cultura" o el "marco institucional". Creo que hay una gran potencialidad para el bien en el hombre, y eso es algo objetivo, demostrado por la etrnografía. También tenemos un gran potencial negativo, como he tratado de expresar en este artículo.

      un saludo

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    11. @resonante:
      ¿El miedo? ¿En que sentido? ¿Qué fomenta?
      http://es.wikipedia.org/wiki/Hannah_Arendt tiene una versión más creíble, en contraposición al miedo. Que recordemos “el gran miedo” (a perder la propiedad) es precursor de la revolución francesa + capitalismo. El miedo, la esperanza, ..., etc, es parte de lo humano por otra parte.

      @jesus
      “entre otras cosas porque usted parece tener una visión de lo que es ese hombre”
      ...por la parte que me toca y afecta, creo tengo derecho a tener una opinión alejada del “flower power” usted presenta. Yo no veo el “flower power”... a pesar del 6-10% del PIB que dedican personas privadas en EEUU a caridad.
      La democracia no presupone un tipo de “hombre bueno”, “ni malo”,..., sino un hombre que vota. No hay que perseguir la catarsis,..., quien quiera catarsis, la tenga y después vote, proteste o lo que sea.

      “ya van por el 1,3% de la población dentro del sistema penitenciario-judicial”
      ¿Todos los estados son iguales? ¿Cual es el porcentaje en el estado más liberal del país, New Hhampshire?

      “La relación entre capitalismo y estado es histórica” . --Estado moderno--. ¿Acaso la URRSS no existió?¿Cuba no existe?¿China? No es determinante.
      Porque Estado ya existía antes del capitalismo, el feudalismo.


      “Respecto al Don, creo que es tan "legítimo" a priori como cualquier sistema económico.”
      Legítimo es, pero yo el “flower power” no lo veo.

      Pongamos las cosas claras, o nos organizamos para controlar el poder (a.k.a estructurar, declarar una democracia formal que funcione) o la oligarquía nos va comer las habichuelas por siempre, no hay más. Sin más puntos, sin más búsquedas raras, opiáceas ideas,..., puntos claros y sencillos de mínimos. O como en el vídeo las oligarquías se imponen,..., como por otra parte es natural. El lobo se come las ovejas juntas pero no organizadas,...

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    12. Yo no defiendo una idea "benigna" de lo que es ese hombre, y no doy la importancia que le da usted a su "naturaleza". Si todo se pudiese explicar por esa "naturaleza" no veríamos las diferencias que vemos en las sociedades, algo similar está explicado en el post. El "flower power" es una cuestión de reformas, de reformas realistas, pensadas, meditadas, y de evaluación constante, discusión y modificación dentro del marco de la democracia. Es alcanzable, existió la economía del Don, no es ningún invento.

      Ni idea de los estados de EEUU.

      Hablamos del estado-modero, sí. Tendría que pensar si existía estado en la época feudal, sea como sea, la comparación con el estado posterior sería totalmente desproporcionada, practicamente son incomparables.

      Posiblemente sea más adecuado hablar de modernidad que de capitalismo, aunque la distinción capitalismo-socialismo, a mi, y posiblemente a anarcocomunista, no nos aporta mucho. Existe, no voy a negar que son cosas distintas, pero sirve más para ocultar que para iluminar.

      Estoy de acuerdo con organizarnos para fines que sean compartidos, luego cada uno puede seguir su camino, y seguramente el camino conjunto será muy corto.

      saludos,

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  2. Hola Jesús

    Sigo envidiando lo prolífico que eres. No es ya que ni por asomo pueda alcanzar tu ritmo al escribir...Es que ni siquiera soy capaz de ponerme al día leyendo cuanto escribes.

    Me ha gustado mucho el artículo que has escrito. Pone de manifiesto, si no lo he entendido mal, una idea bastante sugestiva: Hemos encumbrado a los altares para que la sociedad los admire e imite una serie de héroes y conductas que llevan, en si mismas, el germen de la destrucción a través de la corrupción. Y hete aquí que tenemos el mundo de mierda que tenemos gracias a ello.

    Si, como digo, no he entendido mal, esta hipótesis parte de tres presmisas discutibles:

    1) El mundo se halla en un estado deplorable

    2) La sociedad de consumo con sus hábitos y valores es en gran medida responsables

    3) Se hace necesario un cambio social que revierta la situación

    Y digo discutibles porque:

    1) Carlo María Cipolla, historiador económico, afirmaba en 1973: "La humanidad se encuentra -y sobre esto el acuerdo es unánime- en un estado deplorable. Ahora bien, no se trata de ninguna novedad. Si uno se atreve a mirar hacia atrás, se da cuenta de que siempre ha estado en una situación deplorable".

    Es decir, no es que el mundo esté mal. Es que el mundo es así. No existe ni ha existido constatación empírica de que un mundo mejor haya existido. El hombre siempre ha estado quejándose del mundo que le toca vivir porque está en su naturaleza el ser capaz de construir modelos teóricos infinitamente mejores que la realidad, pero jamás ha sido capaz de ponerlos en práctica.

    2) Si los valores que promueve la sociedad de consumo fuesen intrínsecamente perversos y universalmente nocivos, afectarían a todo el mundo, cosa que no es así. A unas personas les afectas más que a otras. Unas personas son más permebles a determinados estímulos que otras. Si me apuras, la sociedad de consumo centrifuga a los individuos y separa con crudeza a los que consiguen sobreponerse a sus efectos de los que sucumben. Por tanto la sociedad de consumo, a menos que consideremos que ha sido diseñada ex profeso por una élite en la sombra, es algo neutro. Es el sustrato individual lo que determina su efecto.

    3) Dado que la sociedad no es esencialmente mala, no es un cambio social lo que se necesita, sino un cambio individual. Es decir, aquellos individuos más vulnerables son los que tienen el problema y los que tienen que buscar la solución. No se puede hacer corresponsables a los sanos de la enfermedad contraida por los enfermos. A lo sumo, la compasión de los primeros les moverá a ayudar a los segundos. Es un regalo, no una obligación.

    Como verá he sido bastante puñetero, pero las tesis que propongo tienen su lógica y, de hecho, son ampliamente suscritas. Estaría encantado de que las desmontases.

    Un saludo Jesús.

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    1. Buenas Cazador,

      Ciertamente has sintetizado admirablemente lo que podría ser una crítica a mi argumento según la percepción de la realidad comúnmente aceptada, tan común que al menos está mucho más difundida que mi argumento; digamos que es dominante, de hecho el artículo ha tenido una repercusión mínima, estoy seguro que la mayoría de mis lectores ni siquiera coincide conmigo. De ahí la necesidad del artículo, poner de manifiesto que por el camino que vamos no conseguiremos solucionar el problema de la corrupción, al contrario, el camino emprendido lleva a la demolición de las instituciones democráticas, al menos contribuye a ello, junto a otros procesos emergentes, como el recrudecimiento de la lucha en los estratos más bajos de la sociedad, al que están siendo empujados cada vez más miembros de la clase media-baja, que está propiciando un resurgimiento del fascismo en Grecia, Francia, Holanda, y…

      Por supuesto, siempre generalizo mucho, te pido disculpas de antemano, en los artículos puedo detenerme más en los detalles, fundamentalmente porque están muy, muy pensados, necesariamente no puedo hacer lo mismo en estos comentarios.

      La confrontación de mi artículo con los argumentos que has expuesto parece conducir a una oposición entre individuo y sociedad, causas individuales frente a causas sociales o sistémicas. En principio, a mí lo que me interesa enfatizar no es esa confrontación sino la relación individuo-sociedad. En un enlace que nos ha dejado Bienestar Responsable en otro artículo se resume esto con mucha lucidez

      Autocontención: más con menos

      “Hay necesidades fisiológicas comunes a todos los seres humanos, e incluso a todos los animales: nutrición, protección física, respiración, descanso, ejercicio físico, etc. Pero el ser humano es un animal peculiar, muy dependiente del grupo social y capaz de imaginar mucho más allá de las exigencias naturales de su propio organismo. Al nacer, el ser humano es incapaz de sobrevivir sin la protección del grupo; atraviesa un largo periodo de inmadurez durante el cual busca afanosamente el reconocimiento y la protección de los demás. Por eso se puede afirmar que tiene un segundo nivel de necesidades, las llamadas necesidades psicosociales: reconocimiento, autoestima, seguridad, pertenencia a una comunidad, confianza, etc., que aun originándose en la prematuridad del recién nacido, se prolongan en la edad adulta con otras manifestaciones. De hecho, las necesidades psicosociales son inseparables de las fisiológicas. Cuando satisfacemos el hambre lo hacemos según las pautas recibidas de la sociedad que nos acoge. Hay definiciones sociales de lo que es bueno para comer, de cómo cocinarlo, cómo llevárselo a la boca y cómo ingerirlo. Al comer saciamos el hambre pero a la vez reproducimos las acciones sociales que ratifican una y otra vez nuestra pertenencia a la sociedad”

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    2. En esa socialización del individuo necesariamente se le enseña al individuo que es responsable de sus actos, que la conducta antisocial será castigada y el resto de individuos son sujetos de derechos inalienables (como la vida, la libertad sexual) que él debe respetar.

      Aquí es donde entra la comparación. Una pregunta que podríamos hacer es: Si la sociedad humana siempre estará en estado lamentable ¿para qué enseñamos esto? Se enseña porque tiene importancia, el ser humano es racional, y nadie que defendiese sus argumentos, a pesar de esa supuesta “maldad/necedad” inherente al ser humano, defendería que no debemos enseñarlo. La segunda cuestión que surge es por qué en la época post-moderna el comportamiento del individuo es más antisocial que en las precedentes, por qué esta enseñanza tiene menores efectos, lo cual es un hecho objetivo, medible, cuantificable, por ejemplo en el número de presidiarios, en el tamaño de las fuerzas del orden, etc, así como un hecho subjetivo, que los que tenemos cierta edad no podemos dejar de reconocer que encaja con nuestra experiencia vital. Dentro de este comportamiento antisocial entra la corrupción política. Los datos que tenemos sobre ella son escasos, pero tan sólo el hecho de hayamos comenzado a medirla hace 20 años es bastante significativo, le damos la suficiente importancia como para medirla y estudiarla estadísticamente, y eso podíamos haberlo hecho hace 70 años, tirando por lo bajo. Nuestra experiencia vital también corrobora esta sensación de incremento de la corrupción.

      Esto es mucho más remarcable cuando se compara con el éxito material de la sociedad. Al comparar al individuo en Francia en el año 1900 y ahora no podemos obviar que la producción se ha multiplicado por 18

      Éxito material, fallo social

      En el artículo se plantean varias cuestiones que explican este incremento, de forma general se podría decir que la sociedad envía mensajes contradictorios, mientras mantiene el discurso de condena al comportamiento antisocial, dicta o fomenta conductas con un gran potencial de entrar en conflicto con lo anterior. La más importante es que se nos ha enseñado, y se nos ha dicho que es bueno, el comportamiento racional. Esto inevitablemente entró en conflicto con creencias religiosas, etc, que fueron desechadas como supersticiones, pero no han sustituidas por nada, por nada con tanto peso como podía tener la religión u otras fuentes del comportamiento moral. Además el comportamiento racional que se enseña es el comportamiento individual, la empatía, u otros valores que podrían haber mitigado este vacío moral, están cobrando importancia ahora, al percibir el pésimo estado de cosas. En definitiva, el comportamiento racional individual es esencialmente corrupto, puesto que al sopesar medios y fines, sale a cuenta. En definitiva, no nos comportamos de forma moral, porque nos han enseñado que lo bueno no es eso, sino el comportamiento racional individual, maximizar nuestro propio bienestar, placer (resumido, hay más causas que están explicadas en el artículo, he citado la principal)

      Un saludo

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    3. La cuestión de la producción es relevante dado que se esperaba que el aumento de la riqueza y de los niveles de vida llevase a una disminución de la violencia. Eso ha sido así en general hasta los años 60-70, después las cárceles se han llenado en todo el mundo, especialmente en EEUU

      El gulag americano

      Los homicidios, que en principio comienzan a crecer exponencialmente, consiguen frenarlos a fines de los noventa

      evolución homicidios EEUU

      También es cierto que los gastos en seguridad se han doblado

      50 años de advertencia sobre el complejo "militar-industrial"

      Esas tendencias han sido globales, al menos en occidente, cada uno con sus diferencias claro, la tasa de homicidios en EEUU es de casi 5, en Noruega de 0,3, pero el número de presidiarios ha crecido también bastante en Noruega (desde un nivel mucho más bajo). Mayor igualdad, políticas sociales, sistema educativo, etc, funcionan para mitigar estas tendencias, pero la tendencia, a mi juicio, existe.

      saludos,

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  3. Jesus, ¿has oído hablar de la propuesta de la moneda telemática? Es la abolición de la moneda anónima, utilizándose únicamente métodos como la tarjeta de crédito, la propuesta nace entre otras cosas para poner freno a la corrupción.

    http://bardina.org/nw2/index-es.htm

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    1. Por cierto, a uno de los que impresionó la idea fue Maurice Allais.

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    2. Buenas Campos,

      He mirado esa página y estamos muy cerca en nuestras propuestas sobre la Renta Básica, a la que damos el mismo sentido y finalidad (Allais habla de permitir individuos dedicados al altruismo, llegamos a la misma conclusión, es la libertad o autonomía individual).

      Respecto al dinero, como sabes, vamos en la dirección contraria: criptomoneda, como el bitcoin. Por el contrario, a mi me parece más interesante esta.

      Echaré un vistazo a los enlaces con tiempo ¿cómo llegaste a esa página? ¿La conocías de antes?

      saludos,

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    3. Por cierto, que es lo mismo que dice Graeber: ¿qué es el oro? "El equivalente histórico al maletín de un narco, lleno de billetes sin marcar"

      saludos,

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    4. "Respecto al dinero, como sabes, vamos en la dirección contraria"
      "¿qué es el oro? "El equivalente histórico al maletín de un narco, lleno de billetes sin marcar""

      Me parece que has confundido la propuesta de la moneda telemática o yo que estoy muy espeso hoy; se trata de eliminar el dinero físico porque es anónimo (un equivalente al oro como dice Graeber), y hacer únicamente las transferencias con dinero electrónico pero quedando guardado todos los intercambios, de modo que el bitcoin como moneda estupenda para tráfico ilegal al ser anónima está en las antípodas de esta idea, además otra de sus ventajas es que puede hacer de de base para una verdadera ciencia económica, pues se conocería todos los movimientos del dinero.

      Aun así a mí no me convence del todo, me parece un poco "1984" de Orwell.

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    5. No, perdón, es que me he expresado mal. Quería decir que la gente va en dirección contraria, con su ferviente apoyo a las criptomonedas como el bitcoin. Por mi parte, apoyaría la propuesta de abolición de la moneda anónima, siempre que fuese así decidido por una democracia real (no decidido de forma arbitraria por un gobernante electo), y con las correspondientes garantías judiciales, es decir, garantía de que se use para lo que tiene que usarse.

      un saludo,

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    6. Hola Jesús y Campos Sopmac, tras leer la “el poder de el dinero” en la página de Bardina, he estado pensando en un sistema monetario que uniría los conceptos de crédito social, Banca democrática (de la EBC) y dinero telemático. El sistema esta pensado para el largo plazo, de momento en el corto plazo, en cuestión monetaria, me parece bien una reforma tipo Sobby, y mas corto plazo me conformaría con que el BCE estableciera un mecanismo para hacer llegar el crédito a las PYMES (vía BEI, ICO o COFIDEX y sus equivalentes en otros países), directamente en vez de inyectar liquidez a la banca privada que no se está transfiriendo a la economía real. El sistema en grandes líneas sería el siguiente:

      1. El órgano encargado de garantizar la circulación monetaria sería una banca democrática descentralizada, los gestores serían elegidos directamente por los ciudadanos de la circunscripción correspondiente, sus salarios estarían limitados y se incluirían mecanismos de participación directa para garantizara la transparencia y una adecuada fiscalización democrática, como asambleas periódicas presenciales y/o virtuales entre otras.
      2. El crédito ofertable en un año se emitiría sin intereses en función del ahorro (que se calcularía indirectamente a través del crédito ofertado en el año anterior, corregido por la inflación o deflación, que sería la desviación)*, si este no es cubierto el excedente se redistribuiría entre todas las cuantas como un complemento a la renta básica.
      3. Las cuentas corrientes estarían garantizados en un 100% y se actualizarían según la inflación, que se controlaría disminuyendo el crédito anual disponible según lo dicho anteriormente.
      4. A medida que los créditos son devueltos, ese dinero es destruido para evitar desequilibrios
      5. La transición hacia este sistema se haría gravando las retribuciones al ahorro monetario superiores a la inflación con tasas al 90 – 95 % en el sistema privado, promoviendo el desplazamiento del ahorro hacia la banca democrática, dado que aunque en esta no habría retribución superior a la inflación al menos los ahorros estarían garantizados, no así en la banca privada dado que no tendrían apoyo de un banco central, pues su función de garantizar la circulación monetaria habría sido absorbida por la banca democrática descentralizada. A medida que el crecimiento económico vaya disminuyendo (como parece la clara tendencia en los países desarrollados) el sistema de privadote crédito mas interés será cada vez mas inestables, durante este periodo de transición no se rescatarían bancos privados sino que los servicios que estos realizaran serían absorbidos por la banca democrática.

      * Esto puede parecer un poco enrevesado, pero en el sistema que propongo solo hay cuentas corrientes, con lo que la única forma de diferenciar el ahorro del gasto corriente del ahorro es indirectamente a través de la inflación ( si ha habido inflación es que ha habido exceso de crédito con respecto al ahorro y viceversa). La razón de no establecer separación entre cuantas de ahorro y cuentas corrientes es para eliminar los intereses, que en mi opinión distorsionan el sistema económico forzando al crecimiento perpetuo.

      Un Saludo,
      Don QuiSancho

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    7. Buenas Don QuiSancho,

      La verdad que todavía no he tenido tiempo de leer la página de Bardina, por tanto mi contestación no puedo ser todo lo precisa que debería.

      Entiendo que el requisito de equilibrar ahorro y crédito es consecuencia de una economía estacionaria ¿no? Campos ha dejado un comentario de Steve Keen al respecto en el post siguiente. Si no estamos en economía estacionaria no veo la necesidad de ese equilibrio.

      Respecto a esa imposición tan alta a la banca privada, opino que el problema del sistema monetario son los bancos, y el crédito tal y como se crea y asigna ahora, no lo fondos de inversión, que sería lo que existiría una vez se adopte el coeficiente de caja del 100%. En este sentido recuerda los comentarios a la ley Glass-Stegal que aparecen en Inside Job, el problema real se crea cuando la banca comercial se fusiona con la de inversión, y los bancos pueden invertir sus fondos, creando un riesgo para sus depositantes.

      Bajo un sistema de coef. caja 100%, y con impuestos como los descritos en el siguiente artículo, no creo que el ahorro pueda convertirse en una retroalimentación positiva tan fuerte, que permita sumar más ventajas a los ya afortunados ¿tú que crees?

      un saludo,

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    8. Hola Jesús, disculpa la demora, últimamente he andado bastante ocupado, mas que a una economía estacionaria ( a la que creo que tarde o temprano nos dirigimos), me refiero a una economía no dependiente del crecimiento (sin tipos de interés), efectivamente con un coeficiente de caja 100% el efecto acumulativo sería mas lento pero no se evitaría, tarde o temprano el sistema acaba colapsando, pues, en mi opinión la causa de esto es el interés y no la expansión monetaria. La emisión de dinero sin interés puede compensar la acumulación pero no el aumento de la desigualdad y por tanto el desequilibrio en la toma de decisiones.

      Con respecto al equilibrio ahorro/crédito me refiero a una referencia para controlar la inflación que no tiene porque ser inamovible, podría someterse a votación, tampoco tiene porque convertirse en un impedimento para un posible crecimiento (si las condiciones lo permiten), pues un aumento de la eficiencia que produjera un aumento de la productividad traería consigo una deflación que se corregiría con un aumento de la masa monetaria en el ejercicio siguiente.

      Un saludo,
      Don QuiSancho.

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    9. Buenas Don QuiSancho,

      En el siguiente post hablaré de nuevo de "El plan Chicago", tal y como lo pensaron Frederick Soddy e Irving Fisher, entre otros. Es similar a lo que propone Maurice Allais, de hecho Fisher, Allais y Friedman están entre sus valedores, por diferentes razones. Si quieres, mejor debatimos a partir de ese post, donde se describirá en detalle en que consiste la solución propuesta por Frederick Soddy, que hasta ahora se ha descrito de forma muy somera.

      un saludo,

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  4. Ciertamente magistral la exposición acerca del homo corruptus. Acabo de descubrir el blog y me parece, sin duda, de un nivel intelectual muy bueno, cosa que se echa en falta en la actual política nacional, medios, sistema educativo, etc..
    Uno de los principales reponsables de dicha corrupción es, precisamente y bajo mi humilde opinión, ausencia de libertad en todos los órdenes, que permite a la casta ejercer un poder omnímodo sobre sus vasallos al más puro estilo de las monarquías absolutstas.
    Una carencia de libertad que se proyecta en la decadencia de la comunidad educativa en general, que pareciera diseñada a medida de dicha casta oligárquica que rige nuestros destinos, pero también, evidentemente, la ausencia de libertad se manifiesta en la manipulación mediática existente hoy día en los medios convencionales o medios de desinformación.
    Por tanto hasta que no consigamos una sociedad medianamente libre, esto es, realmente informada y educada con una visión crítica de la sociedad, el homo corruptus campará a sus anchas en nuestra sociedad.
    Un saludo y mi enhorabuena por tu blog.

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    1. Buenas libertadigualdadyjusticia

      Sí, estoy de acuerdo. Yo soy un gran seguidor de Zygmunt Bauman, precisamente Bauman tiene un libro llamado "En busca de la política" que viene muy al caso del alegato que haces en tu página. En ese libro Bauman decía lo mismo que tú, "no somos libres", tenemos las libertades negativas, la libertad de que nadie se interponga, pero no tenemos medios para cambiar nada, porque la política ha sido castrada, nos han arrebatado las libertades positivas.

      Reflexione sobre estas cuestiones más ampliamente aquí

      Para la libertad...(III): Libertad para el bien común

      Te advierto que es largo, pero es un tema que lo merece. Lamentablemente lo más polémico del artículo fue una frase sobre la participación de la URSS en la II guerra mundial que me podía haber ahorrado.

      En ese libro Bauman terminaba haciendo un alegato a favor de la Renta Básica de Ciudadanía. La idea viene del gran liberal Thomas Paine, Paine creía que el hombre debía ser no solo libre, sino autónomo, pero eso ya no es posible por la división del trabajo y los derechos de propiedad. Yo incorporé las ideas de Paine en mi artículos final sobre la libertad

      Para la libertad...(Epílogo): El futuro de la libertad

      un saludo,

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    2. Quería decir "reflexioné", pero como no deja editar, así se queda

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